Pese a que repetidamente solemos llamar a Suchitoto: la capital de la cultura, pocas veces nos detenemos a pensar en su significado e implicaciones. Como toda ciudad turística y con un rico legado patrimonial, Suchitoto a tenido sus días de gloria y bonanza en las artes.   Sin embargo, los últimos años han estado marcados por una carente y alarmante falta de atención hacia dos pilares fundamentales para el desarrollo y la identidad de cualquier sociedad: las juventudes y las artes.

Pese al enorme esfuerzo de entidades independientes como el Centro Arte para la Paz, el Teatro Alejandro Cotto, la Casa de la Cultura y la fundación Clementina, la alcaldía en lugar de ser una catalizadora de oportunidades, y fuente de apoyo y oportunidades para las juventudes parece sumida en una larga inercia que a dejado a las nuevas generaciones y a la rica tradición artística en un segundo plano, generando un vacío cultural que no pudo destacar y clama por ser llenado.

Las juventudes, con su energía, creatividad y potencial transformador, merecen ser reconocidas y apoyadas por las autoridades municipales. Sin embargo, en estos años han sido evidentes la falta de programas educativos, culturales e innovadores destinados a la juventud y las artes de Suchitoto, reflejando una desconexión alarmante. El espacio para el crecimiento y la participación activa de los jóvenes se vio limitado, desperdiciando un recurso invaluable que podría impulsar la ciudad hacia un futuro vibrante y prometedor.

Con un hermoso espacio cultural, la municipalidad no pudo generar un programa de actividades y acciones para darle vida al Centro Cultural para la Convivencia Ciudadana, lejos de trasladar la Biblioteca Municipal a este lugar prefirió cerrarla indefinidamente, bajo el pretexto que no tenía un lugar adecuado. Pese a existir una política de la juventud, durante su gestión no pudo realizar ningún cabildo abierto con las juventudes, lejos de eso cerró sus puertas a las organizaciones juveniles que pidieron audiencias, debilitando así el tejido social que limita las oportunidades de crecimiento y desarrollo integral para los jóvenes. La alcaldía, en lugar de invertir en el potencial creativo de la juventud, parece haber profundizado la brecha del distanciamiento. Mantener algunos cursos con el INSAFORP (ya desaparecido para el 2024) y otras entidades, sin bien resultan ser un aporte, no reflejan ninguna apuesta estratégica por las juventudes y las artes en Suchitoto.

Con una inversión desconocida se pintaron paredes y pusieron luminarias en el centro. Pese a las necesidades de empleo en las juventudes ningún joven fue contratado.  Las artes, por su parte con su capacidad para trascender barreras y conectar comunidades, también se vieron desatendidas en Suchitoto. La riqueza cultural de la ciudad requiere de un respaldo firme para preservar y promover expresiones artísticas locales.

Frente a un gobierno municipal que prometió brindar apoyo a las juventudes y las artes y no cumplió, es de vital importancia que las nuevas candidaturas para gobernar el municipio revalúen sus prioridades y reconozcan la importancia estratégica de invertir en las juventudes y las artes. La creación de programas educativos, la habilitación de espacios culturales y la promoción activa de la participación juvenil y artística deben convertirse en ejes fundamentales de las futuras autoridades de la gestión municipal.

La cultura y la juventud no son simplemente adornos estéticos en la construcción de una ciudad, son pilares fundamentales que definen la identidad y le confieren vitalidad a Suchitoto. Ignorar estos aspectos es arriesgarse a perder el alma y razón de ser de esta ciudad cultural.

La más grande deuda con las juventudes y las artes quizá sea la falta de espacios para el dialogo y el entendimiento, reconocer las carencias y falta de recursos, no es lo grave, pero si lo es, no impulsar un acercamiento y diálogo necesario que lleve a la comprensión y búsqueda de acciones conjuntas. Suchitoto ha sido y tiene el potencial de seguir siendo un faro cultural y un espacio vibrante para las juventudes. La alcaldía independientemente de sus colores tiene la responsabilidad de liderar este proceso y de convertir la atención a las juventudes y las artes en un pilar central de su gestión, pero la presente gestión no encontró el camino para lograrlo y hacerlo.

El futuro de Suchitoto dependerá de la capacidad de sus líderes futuros para reconocer, valorar y nutrir el potencial transformador que yace en la energía de la juventud y en la expresión artística que da vida a la ciudad, a esa que aún se sigue le llamando la capital de la cultura.