Suchitoto, Gaceta noticias -El Slavador-

Nosotras: una historia en resistencia

Las mujeres hemos sido marginadas de la “historia oficial” esa que se cuenta en los libros y se enseña en escuelas o en las universidades. Tan sólo desde hace un par de décadas atrás que tenemos la posibilidad de irnos descubriendo en la historia para derribar los estereotipos que se imponen desde el sistema social del patriarcado.

Las mujeres desde siempre no solo hemos aportado en el sostenimiento de los hogares sin ser reconocido el trabajo doméstico que realizamos. También hemos realizado una importante labor en el desarrollo político, científico, social, cultural y económico que la historia tampoco ha reconocido.

Porque de acuerdo a esta historia oficial son los hombres quienes han sido los únicos protagonistas de los grandes acontecimientos del desarrollo de las ciudades, de los sistemas de pensamiento, de los avances en las ciencias y en la industria. Pero ¿y las mujeres? ¿Por qué no aparecemos en la historia?

Uno de los conceptos claves para entender la razón de la anulación de las mujeres en la historia es el del patriarcado, entendido como aquel modelo de sociedad donde las mujeres nos encontramos en condiciones desiguales en relación con los hombres.

Contar y analizar la historia desde una perspectiva de género significa abordar la historia desde la visión y participación de mujeres y hombres, y no solamente desde la visión de los hombres como se nos ha impuesto. La historia de los hombres no es la historia de la humanidad, por eso es necesario incluirnos a nosotras en la historia.

Las mujeres hemos sido protagonistas a pesar de los muchos obstáculos, marginaciones, anulaciones y violencias patriarcales, hemos tenido grandes y significativos aportes en las trasformaciones del mundo.

Debido a que no vamos a esperar que los hombres nos den el lugar en la historia, debemos recordar que todas las mujeres tenemos la capacidad de escribir nuestras historias, de recordarlas, de hacer memoria. Por eso es vital hacer el ejercicio de juntar nuestras memorias, recuerdos, testimonios y olvidos, porque de esta manera estamos construyendo y tejiendo nuestra memoria colectiva, nuestra memoria histórica.

Las personas que estudian la historia (historiadoras e historiadores) narran el pasado a partir de ciertos instrumentos y herramientas académicas que les permiten hacer un trabajo científico. Pero nosotras las mujeres podemos contribuir en la reconstrucción de la historia a través de la recolección de  nuestros testimonios, fotografías y documentos. De allí la importancia de compartir las historias de centenares de mujeres que desde su cotidianidad luchan por las trasformaciones socioeconómicas y culturales de nuestro municipio.

Son pocas las investigaciones y textos dedicados a la participación de las mujeres en la historia de El Salvador. Los espacios en la historia se han conquistado por la lucha de muchas mujeres que rompen el imaginario social que nos excluye. Es el movimiento feminista y el trabajo de sus organizaciones que poco a poco va cambiando el panorama, logrando abrir espacios para reconocer nuestros derechos como  mujeres, y reconocer nuestros nombres, historias y luchas, que nos permite escuchar en la actualidad otras voces y testimonios.

Consideramos que reivindicar los derechos de las mujeres implica incidir en múltiples escenarios. Cambiar la forma de ver la historia y a sus protagonistas es fundamental para modificar los estereotipos y concepciones sobre las mujeres, y nuestro papel en la historia y la sociedad.

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En Suchitoto más de la mitad de habitantes somos mujeres. La mayor parte de nosotras vivimos en situación de pobreza, dedicándonos al comercio y la agricultura. Casi todas cargamos las responsabilidades domesticas y pocas de nosotras tuvimos y tenemos acceso a una educación formal superior.

Muchas de nosotras perdimos nuestras casas y no pudimos estudiar por la guerra de los años ´80 y en varios casos las secuelas y traumas del conflicto aun nos afectan física o emocionalmente.  Repoblamos las Comunidades sin alternativas de aprender oficios o tener trabajos remunerados dignos. Tuvimos que aprender a parir a nuestros hijos e hijas en casa y en los montes. A pesar de los esfuerzos los servicios de Salud en las comunidades son escasos y muchas veces inadecuados. Muchas de nosotras tenemos que cargar con las responsabilidades de educar y mantener a nuestros hijos e hijas solas. Somos víctimas de diferentes formas de violencia.  Pero a pesar de todo, con todo y sobre todo somos mujeres que luchamos por la igualdad y la equidad en Suchitoto, hemos aprendido a luchar y defendernos para sacar adelante a nuestras familias y comunidades.

Así que nuestra ciudad de Suchitoto a pesar de estar llena de olvidos y omisiones también está llena de nombres anónimos de grandes mujeres que con sus pequeñas historias han hecho enormes transformaciones.

 

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