Suchitoto, Gaceta noticias -El Slavador-

La violencia y la paz se aprenden y desaprenden

Cada vez, nos alarmamos menos con la violencia cotidiana y sus múltiples manifestaciones y efectos. Vemos los noticieros, salimos a la calle y presenciamos todo tipo de expresiones de violencia con tanta frecuencia que parece que fuera algo tan normal, como si fuera parte natural del trato entre humanos, aunque no lo sea.

Todo tipo de violencia como forma de relación es aprendida y normalizada mediante procesos que pueden ser conscientes o inconscientes, pero ocurre que estamos tan acostumbrados a hacerlo que ni cuenta nos damos. A veces llegamos al punto de ver la violencia como formas de afecto y cariños malinterpretados.

Este proceso de normalizar la violencia es complejo y multifactorial, los estudiosos de sociología y antropología, lo llaman violencia cultural. ¿En qué consiste la violencia cultural? “Son tradiciones, costumbres, creencias, pensamientos, actitudes y conductas que tienen como objetivo justificar, minimizar y normalizar las manifestaciones de violencia en las relaciones intra e interpersonales”.

En todas las culturas existen costumbres, prácticas habituales individuales y/o colectivas que se han establecido por medio de la repetición y la costumbre. Se siguen y se repiten de generación en generación, muchas veces sin cuestionarse o modificarse. El resultado más evidente de estas, lo vemos reflejado en el patriarcado, el machismo y la falta de libertades o derechos de las personas.

Las frases populares que repetimos sin pensarlas tienen un poder en la normalización de la violencia, como por ejemplo el dicho “Ella se los busco” respuesta ante la violencia hacia las mujeres que culpabiliza a la víctima, una costumbre en los casos de violencia sexual, donde se le interroga a la víctima sobre su forma de vestir y el por qué se encontraba en el momento y lugar del delito. Esas actitudes y conductas hacia las víctimas -entre muchas otras- son una manifestación de la violencia cultural; porque minimizan, justifican y normalizan la violencia ejercida, además de generar la impunidad para los responsables y la revictimización de las víctimas.

Vale la pena reflexionar con tranquilidad y conciencia en los mensajes ocultos detrás de estas frases y de muchas costumbres que tienen como objetivo el no asumir la responsabilidad de las acciones. El hecho de que muchas personas sigan una creencia, no la convierte en correcta o benéfica, es necesaria una reflexión profunda y cuestionar si está basada en el respeto.

MauricioCruz

¿Cómo ocurre el proceso de normalización de la violencia?

Por lo regular no cuestionamos las costumbres, simplemente las seguimos. Tampoco cuestionamos las creencias que se nos han enseñado, la mayoría las adoptamos como propias sin pensar en su validez, veracidad o su utilidad para nuestra vida. A veces es complicado observar y analizar las costumbres y tradiciones, mucho más lo es cuestionar las creencias, es normal que se genere resistencia a hacerlo, pero es un esfuerzo que vale la pena, ya que podemos descubrir trasfondos sorprendentes.

Así como la violencia puede ser aprendida, de la misma forma la convivencia pacífica y equidad pueden enseñarse y aprenderse como forma de relacionarse con una y uno mismo y con los demás. Porque el concepto de cultura de paz comprende un conjunto de valores, tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en el respeto como pilar y fundamento, respeto a la vida, a la soberanía, a los derechos humanos y libertades fundamentales, y a la igualdad de derechos.

Pero para practicar el respeto como fundamento de la paz es necesario tener clara su definición e iniciar con una y uno mismo. El respeto a una y uno mismo implica observar la propia realidad y aceptarla cual es, la propia identidad y dignidad, con una actitud abierta, de aceptación y tolerante hacia las propias creencias y formas de expresión, sin rechazarla o declararla la única con validez, no es ni un extremo ni el otro. El punto de equilibrio esta en el autorespeto y se manifiesta en la capacidad de aceptación y validación que se tiene de las experiencias de otras personas. Quien no se respeta a sí mismo no manifestará respeto hacia los demás, partiendo desde el principio de que no se puede dar lo que no se tiene.

Una acción que todos podemos realizar para dirigirnos a una cultura de paz es reconocer la violencia en nuestras relaciones, primero con una y uno mismo y después con los demás. Este proceso puede ser doloroso, sobre todo cuando asi nos han educado y ha sido la forma en la aprendimos a tratarnos y a tratar a los demás, pero es necesario cambiar para redirigir nuestras acciones y contribuir a la paz. El cambio es posible, aprender a tratarnos con respeto requiere mucho esfuerzo y paciencia, pero tiene muchas recompensas. Por eso ante las costumbres y formas de relacionarse pregúntese y reflexione: ¿Qué es lo que seguimos sin siquiera cuestionar?, ¿Qué creencias y valores están guiando nuestra conducta?

Fotografías: Mauricio Cruz

Bibliografía consultada: Galtung, Johan. (2003). Tras la violencia, 3R: reconstrucción, reconciliación, resolución. Afrontando los efectos visibles e invisibles de la guerra y la violencia.

.
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Lo último

Espacio para Publicidad
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio esta protegido por reCAPTCHA y laPolítica de privacidady losTérminos del servicio de Googlese aplican.

Publicaciones

Scroll al inicio