En estos tiempos de conflicto y violencia, vemos como se alzan las banderas del arte y la cultura como elementos positivos que a través de estrategias y acciones bien implementadas pueden contribuir al desarrollo social y económico inclusivo, a la sostenibilidad medioambiental, la convivencia, la cohesión social, la paz y seguridad.

Situar a la cultura en el centro de los programas de desarrollo municipal con la co-participación activa de las organizaciones y el sector empresarial, es el único camino desde donde se puede convertir en realidades los ideales de transformación social que prometemos en discursos bonitos.  Desde aquí se pueden construir recomendaciones y acordar compromisos en materia de cooperación en el municipio.

Hemos visto en el gobierno central el cambio de una secretaría de cultura a un ministerio, pero el cambio de un nombre, no significa de ninguna manera la priorización del arte y la cultura como elemento transformador de realidades en nuestras comunidades, al final es solo eso, un cambio de nombre con más promesas que cambios reales.

Siguen siendo los colectivos en las comunidades los verdaderos artífices del cambio social mediante su compromiso comunitario con el arte y la cultura. Y es aquí donde cobra vital importancia la unión de sinergias en las transformaciones sociales que se invocan en cada esfuerzo librado en las calles, plazas y comunidades.

La sostenibilidad de los pueblos está basada en tres ámbitos prioritarios: el social, el medioambiental y el económico, pero este modelo se encuentra incompleto si en el municipio no se incluye la cultura como el “cuarto pilar del desarrollo en Suchitoto”. El desarrollo social y económico de Suchitoto, se complementa  con su diamante cultural y turístico, que se encuentra en las canteras de jóvenes artistas, en los relevos generacionales, y el resurgimiento organizacional sostenible.

Cada vez resulta evidente  que las iniciativas existentes empiezan a tomar conciencia de esto, pero los enfoques son tan individualistas, que cada quien prefiere acarrear agua pero para su molino, desperdiciando la oportunidad  de construir colectividad y convertir al municipio en una industria cultural que potencie su desarrollo y lleve beneficios a todos y todas.  Dubitativas las organizaciones culturales hacen gestos de alianza, se dan la mano, se miran y en lugar de comprometerse y construir puentes comunicacionales sucumben a la indiferencia y descalificación de las voces que  piden un cambio.

Algunos líderes, cómodos en pequeñas zonas de confort (guetos de aldea), ven como los jóvenes después de meses de trabajo y aprendizaje en los diferentes talleres de artes, se desesperanzan y  dejan de creer en la promesa y los ideales del arte y la cultura. Y terminan interpretando el arte como algo que efectivamente puede mantenerlos ocupados y alejados de la violencia, pero tristemente desilusionados al no ver un futuro.

El arte y la cultura es un puente que enlaza los ecosistemas humanos y naturales pero además, cumple un papel de carácter instrumental constitutivo del desarrollo: es un medio y un fin en sí mismo.

Los tiempos cambian como los diferentes enfoques sobre la relación entre cultura y desarrollo sostenible asumiendo una doble faceta: por un lado la vinculada a las políticas públicas de los gobiernos, pero  por otro lado está el que corresponde a los sectores culturales como patrimonio tangible e intangible, la creatividad y las industrias culturales, el arte o el turismo cultural, entre otros.

En este sentido, la dimensión cultural precisa estar presente y ser asumida por  todos los sectores del municipio, Para ello se requiere incorporar la dimensión cultural dentro de las diferentes políticas y programas de desarrollo en ámbitos vinculados a la educación, el turismo, la innovación, género, la salud, la comunicación, el medio ambiente, el comercio, la seguridad y la justicia, entre otros.

Para avanzar en esta línea es preciso continuar insistiendo en la necesidad de crear mecanismos de diálogo y coordinación intersectorial y garantizar la horizontalidad en los mismos para su puesta en marcha y promover la creación de un espacio de colaboración y un marco normativo que involucren a los diversos sectores en la implementación de los acuerdos.

Responder a los desafíos y oportunidades que implica el desarrollo sostenible en Suchitoto, requiere de acuerdos que incluyan el arte, el respeto de la diversidad cultural y la protección del patrimonio cultural, así como acciones de refuerzo de valoración de las expresiones, identidades y conocimientos ancestrales de las comunidades.

Esto implica entender el turismo como una actividad de índole cultural y social que posee uno de los más grandes potenciales e impacto en el plano económico y que involucra diversos campos y ámbitos de carácter interdisciplinario.

El turismo cultural es uno de los principales  motores del desarrollo sostenible, siempre y cuando se lleve a cabo a través de una gestión responsable y políticas de preservación y valorización del patrimonio, la educación, las artes y las industrias culturales y creativas, desde una visión transversal y  asumiendo las orientaciones de las convenciones culturales, documentos marco y referencia legal en la materia.

Pero todo esto pasa por planificar, por sentarse y dialogar, por dejar poses de saberlo todo, y comprometerse por crecer en colectividad. No podemos seguir sosteniendo discursos individuales, o creando guetos o grupitos, debemos trascender, y no verse como rivales o competencia, sino mas bien como un todo, donde el trabajo en colectividad es el camino para el encuentro con el futuro y el beneficio de todos.

Ademas de ser necesario crear programas y foros de encuentro y discusión, asi como estrategias de colaboración entre diversos territorios, promoviendo la integración y abriéndose a otros horizontes. Ello supondría avanzar en la construcción de nuevos modelos de asociación entre los diversos sectores culturales, sociales y económicos e impulsar la participación de las juventudes con propuestas de emprendimientos artísticos entre otras edificantes  y colectivas iniciativas.

La  cultura es el camino vital desde donde se puede convertir en realidades los ideales de transformación social del municipio. Solo falta creerlo, en serio solo falta que usted lo crea y empecemos a dialogar abiertamente y construir  en colectividad.

Fotografías: Gerson Tobar

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