El agua, ese líquido vital que por generaciones hemos defendido, se ha ido convirtiendo en un bien cada vez más escaso en los barrios y colonias de Suchitoto. La falta de agua y los recurrentes cortes en el suministro, han desencadenado una crisis que no solo afecta el día a día de los habitantes, sino que, también pone de manifiesto la urgencia de una educación y concienciación ambiental enfocada en el cuidado y uso responsable del agua.

El escenario de los últimos meses no ha sido nada alentador: vecindarios enteros sufren la incertidumbre diaria de si contarán con agua para cubrir sus necesidades más básicas. Los cortes prolongados, la presión insuficiente en las redes y la mala gestión del recurso hídrico han llevado a una situación insostenible, donde la población se ve forzada a adaptarse a una realidad de privaciones y desafíos constantes.

Esta crisis no solo se limita a la falta de acceso al agua potable, sino que pone al descubierto la necesidad urgente de políticas públicas efectivas y una educación ambiental integral que promueva la conciencia sobre el uso responsable del agua. La población en general debe comprender la importancia de conservar este recurso invaluable y adoptar prácticas que permitan su preservación para las generaciones futuras. La población debe comprender que la forma en que nos relacionamos y protegemos el medio ambiente en las zonas rurales, afecta el suministro del agua en la ciudad. Resulta imperativo entender que el agua no nace del grifo, sino que viene de las montañas, que no basta con pagar una factura, sino que es necesario cultivar en todas y todos una conciencia ambiental responsable.

La educación ambiental debe empezar desde el hogar y las aulas, involucrando a estudiantes desde temprana edad en programas que enseñen la importancia del agua, sus ciclos y la manera de cuidarla. Pero esta educación no puede limitarse solo al ámbito escolar. Los esfuerzos deben extenderse a la comunidad en general, mediante campañas de concienciación, talleres y actividades que fomenten el cuido de nuestros bienes naturales, el uso eficiente del agua en el hogar, y la amenaza que representan los proyectos extractores del agua, como la agroindustria desmedida y la tala de árboles.

Por otro lado, es fundamental que las autoridades locales asuman su responsabilidad en la gestión adecuada de este recurso. No se trata de culpabilizar a alguien, sino de encontrar soluciones, donde la municipalidad tome el liderazgo que le corresponde. La honestidad y transparencia de la situación real de disponibilidad del recurso hídrico, los planes de distribución o racionamiento equitativo, el mantenimiento de las redes y políticas para la conservación y cuido del agua son aspectos cruciales  a transparentar y atender para restaurar la confianza de la población en la gestión del recurso hídrico en Suchitoto.

La municipalidad debe centrarse en las necesidades reales, es tiempo de acciones concretas y comprometerse con la búsqueda de una solución acorde a las necesidades de la población. La crisis del agua en Suchitoto no puede seguir siendo ignorada ni postergada. Se requiere una colaboración estrecha entre el gobierno municipal y las entidades gubernamentales pertinentes (ANDA), EMASA y la ciudadanía para implementar soluciones a corto y largo plazo.

Sin embargo, la emergencia hídrica que enfrenta la ciudad no solo demanda soluciones inmediatas, sino un cambio cultural en la relación de la sociedad con el agua. Gota a gota el agua se agota y cada gota cuenta, por tanto, es responsabilidad de todas y todos proteger este recurso invaluable para garantizar un futuro sostenible y próspero para Suchitoto y sus habitantes.

El racionamiento del agua que sufre hoy la población del casco urbano no es nuevo, cada año los veranos son peores y peores los racionamientos, los afluentes se van secando en la medida que vamos destruyendo el hábitat de la naturaleza, y permitiendo que empresas extractoras usen nuestros recursos.

La crisis del agua no es solo un problema de la ciudad, la crisis del agua tiene que ver con la defensa de los territorios con sus bienes y recursos naturales de las comunidades.  La crisis del agua en el casco urbano, tiene que ver con nuestro compromiso en la defensa del agua y medio ambiente en las comunidades rurales, que es de donde viene el agua. En ese sentido, esto nos debe de servir como un llamado de atención sobre la urgencia de unirnos en la protección y defensa del medio ambiente. No se puede seguir viendo las luchas por defender el agua en las comunidades como algo ajeno al casco urbano, porque este tipo de crisis son el resultado.

Es hora de actuar, educar y colaborar en la búsqueda de soluciones para mitigar esta crisis y construir un futuro donde el agua sea un derecho accesible para todas y todos. Es hora de que el casco urbano de un paso al frente y se una a la lucha por defender el recurso hídrico en las comunidades y exigir a las autoridades tomen las decisiones correctas en la defensa del agua y -en la actual coyuntura- exigir la búsqueda inmediata de soluciones para que la población tenga acceso al agua potable en sus hogares hoy y en el futuro.

En la presente crisis del agua solo nos queda un camino: 
unirnos a la lucha por la defensa del agua.