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Recientemente la Dirección de Obras Municipales entregó en un acto público los resultados de la revitalización del centro histórico de Suchitoto. Hoy -según el discurso oficial- la ciudad ha sido testigo del máximo esfuerzo de revitalización y la ciudadanía por fin tiene el Suchitoto que todos se merecen.

Sin embargo, para quienes viven en la ciudad, resulta más que difícil, no sentir que esta supuesta «revitalización» no es más que un intento de ponerle un maquillaje y lucecitas a una realidad que en el fondo sigue siendo la misma.

Cuando pensamos que ya había pasado el gran proceso de la revitalización del centro histórico de Suchitoto, olvidamos que faltaba la foto para el Facebook con la celebración e inauguración de la nueva «revitalización» del centro histórico, que fue presentada con bombos, platillos y fuegos artificiales. Se dice que las ciudades a veces tienen, lo que sus ciudadanos merecen. El propósito detrás de esta «revitalización» parece en el fondo ser más sobre la creación de escenarios pintorescos para las fotos de Instagram que sobre la mejora genuina de la vida de las y los habitantes de Suchitoto. Las fachadas pintadas, las calles empedradas y las lucecitas del portal y la Iglesia son perfectas para las fotos en redes sociales, pero ¿qué impacto real tienen en la calidad de vida de la población? ¿Es este tipo de intervenciones lo que Suchitoto necesita? ¿Es esta revitalización genuina o simplemente un disfraz brillante para ocultar las verdaderas preocupaciones y necesidades de la ciudad?

El arte de las apariencias. En un esfuerzo “por parecer” modernos y atractivos, las casas que conforman el centro histórico de Suchitoto han sido pintadas y se agregaron lucecitas de colores para decorar la ciudad. Pero ¿realmente cuál es el aporte de una mano de pintura a las casas del centro histórico sino más que proporcionar una fachada de atractivo temporal? Parece que, en lugar de abordar los problemas subyacentes, la ciudad ha optado y se conforma por un enfoque de «pinta y decora», creyendo que un par de capas de pintura pueden resolver los grandes problemas de la ciudad.

Parece ser que los eventos relucientes, disimulan mejor los problemas persistentes. Con algarabía y fuegos artificiales se presentó el nuevo rostro de la ciudad, que después de pintura y luces nuevas no deja de ser la misma, con sus grandes problemas reales de infraestructura, educación, la persistencia de desigualdades económicas, el acceso a servicios básicos y oportunidades de empleo son entre otros, problemas urgentes que siguen sin resolverse. No importa cuántas capas de pintura se den a las paredes, o cuantas luces brillantes se enciendan en la plaza central, esto no cambiará la realidad de la vida cotidiana de quienes habitan Suchitoto.

Mientras muchos negocios locales, sigan siendo incapaces de competir con los grandes empresarios que siguen llegando y encareciendo la ciudad. Mientras las escuelas de Suchitoto sigan careciendo de las condiciones mínimas para funcionar. Mientras la ciudadanía siga siendo vista como el escenario y no como los protagonistas de la película de hacer crecer a Suchitoto. Parece que la autenticidad de la ciudad continuará siendo sacrificada en el altar de un escenario para Instagram.

Si la nueva revitalización del centro histórico de Suchitoto fue un caso, su presentación parece ser el show clásico de «mucho ruido y pocas nueces». Mientras las autoridades de la ciudad y el gobierno se jactan de su brillo superficial, la verdadera esencia y las necesidades de la ciudad parecen haber sido dejadas de lado. Y lo más grave de todo, siguen ocultando al público los grandes costos económicos de estas intervenciones.  Es hora de dejar de lado las apariencias y enfrentar los desafíos reales que enfrenta Suchitoto.

La verdadera revitalización no viene en forma de capas de pintura brillante, sino a través de un compromiso genuino con el desarrollo integral y sostenible de Suchitoto. Por ahora, parece que Suchitoto seguirá siendo una ciudad con apariencia y rostro bonito, pero con problemas estructurales sin resolver puertas adentro. Un escenario para llegar y tomarse la foto para las redes sociales y seguir esperando sus transformaciones reales.