Suchitoto, Gaceta noticias -El Slavador-

Un libro para la gente fácil de corazón

Guillermo Flamenco es un escritor terriblemente mentiroso. Con su nuevo libro EL ESCAPULARIO VERDE, un manojo de historias añejas mágicamente tratadas y a punto de salir de la imprenta, nos hace creer que hacer literatura es una tarea fácil. Especialmente porque la lectura de sus relatos se vuelve tan amena, tan coloquial, tan fácil de digerir que el lector termina creyendo que escribir historias literarias es lo más fácil de las tareas humanas. Pero no hay nada más lejos de la realidad. Lograr historias amenas de fácil digestión solo lo logra un buen escritor. Un buen escritor como Guillermo.

Rectifico, pues, el enunciado con que comienzo este texto: Guillermo no es mentiroso, es un magnífico escritor que arma los argumentos, y caracteriza y da vida a sus personajes con esa habilidad que solo se encuentra entre sus manos.

En todo caso, es la pasión de Guillermo lo que nos entrega esa visión ficcionada sobre la tarea de escribir. Es la facilidad con la que él va dando forma a las imágenes literarias, es el barro que moldea con el alma, el abono espiritual con que alimenta las palabras, la memoria mágica con que se auxilia para recordar una camándula, o un escapulario, de armoniosos detalles.

Guillermo goza de un peculiar estilo de escribir. Un estilo que persiguen muchos escritores que carecen de la capacidad de utilizar anacronismos, oraciones y frases, aparentemente mal escritas, con el único propósito de hacernos recordar el habla de épocas que cabalgan el pasado. Y es que Guillermo conversa con sus lectores y hace hablar a sus personajes con un lenguaje coloquial que le impide recurrir a palabras rebuscadas para escudriñar el diccionario. No solo porque no lo necesita sino porque con ello nos facilita la lectura.

Suchitoto

Para recrear la cotidianidad de aquellos días en que coloca sus historias, y para generar el efecto de los diálogos, el autor se auxilia en el lenguaje de sus abuelos -de su abuela, especialmente-, un lenguaje que en aquella época se restringía a los pobladores de Suchitoto.

Los textos presentan una radiografía del habla popular que utilizó esas palabras exactas que ahora lucen abandonadas o han dejado de existir. La tradición de los diminutivos entre los nombres propios de Suchitoto aparecen haciendo fiesta. Y ahí, en medio de ese vocabulario, hay una riqueza enorme en el trabajo de Guillermo, una contribución para rescatar el habla antigua de Suchitoto que bien podría permitirnos hacer un paralelo con las alteraciones idiomáticas de Salarrué.

Tal como se desprende de las historias estructuradas por Guillermo, literatura es ese ejercicio estético que recurre a las letras para recoger las sombras de los fantasmas que divagan donde no hay más espacio y trasladarlas a la palabra escrita o hablada en complicidad con la necesaria suspensión de la credulidad.

Y es precisamente con esa suspensión de la credulidad que Guillermo nos lleva de la mano por los rincones de Suchi, por los meandros de las historias prohibidas de sus coetáneos, y por el alma de sus personajes. La sociedad de Suchitoto ha quedado desnuda al rojo vivo.

Entre las páginas de este libro he visto llorar duendes invisibles, me he encontrado con el momento justo en que se rompen relaciones sentimentales que nacieron para siempre, y he visto apariciones fugaces de genios que jamás se volverán a ver. He visto filas de hombres esperando turno para comprar la ternura de esa mujer a quien esperaron todo el año para colocarla en la cresta de sus deseos.

Los relatos de Guillermo Flamenco van más allá de lo que se puede ver. No son relatos mitológicos ni cuentos basados en leyendas del pueblo. Son historias que nacieron en la cotidianidad de Suchitoto en los tiempos en que la industria de la purería era más que humo y puro, y las pureras colaboraban en la producción nacional de los derivados del tabaco.

De hecho, los personajes son gentes comunes, humildes. Son personas que también vivieron en medio de las necesidades económicas de este país que aun no logra hacer despegar su economía. Aquellos días, sin embargo, se maquillaban con la magia de las fastuosas fiestas patronales y sus carreras internacionales de caballos, con las carrozas apoteósicas, con los primeros autobuses que desplazaron el servicio de los carros, con la prepotencia de los guardias nacionales. Eran los días en que Suchitoto era el sueño para los jóvenes vecinos que pretendían iniciar sus estudios.

Guillermo recurre a estos personajes para presentarnos el alma de aquella época que se nos fue entre las manos a causa de la modernidad y de la posmodernidad. En aquellos días, la ciudad gozaba de un momento económico floreciente: su insuperable posición geográfica la convertía en la estación obligatoria de la ruta entre San Salvador y Chalatenango. Entonces no existía la carretera Troncal del Norte y el acceso a Chalatenango se alcanzaba pasando precisamente por Suchitoto antes de abordar el ferry que atravesaba el río Lempa. Un ferry pequeño y primitivo, por cierto, atado por un cable a los dos lados del río para evitar que lo arrastrara la corriente. Tampoco había buses y el viaje desde San Salvador se hacía en carros de alquiler lo que determinaba que muchos de los pasajeros pernoctaran en Suchitoto a la espera del ferry que los trasladaría al otro lado del Lempa.

Si nos quedamos con el texto, es necesario afirmar que la historia sobre María Tiznado no solo es una generosidad para esos seres humanos que se ganan la vida vendiendo amor: también es un reclamo a la doble moral que planeaba sobre la vieja sociedad de Suchitoto, y sobre todas las esferas sociales del país. Es un baldazo a la hipocresía y un reclamo a las costumbres machistas. Pero también es una alabanza a esa “gente tan generosa y solidaria, fácil de corazón y cercana a la felicidad”, como las define Guillermo.

Como era de esperarse de un trabajo literario que evoca un pueblo que vivió las penurias de la guerra civil del siglo pasado, la obra también contiene referencias a las contradicciones que sufrían las familias con miembros repartidos entre la guerrilla y el ejército nacional, entre la represión y la esperanza. Incluso nos presenta las más íntimas contradicciones que sufrían los agentes represivos que protestaban contra la barbarie.

Hay algo, sin embargo, que no quisiera obviar y por lo que el lector inteligente sabrá indultarme: a la hora de publicar este libro, Guillermo Flamenco tiene casi 86 años de edad. Posiblemente sea el escritor activo más longevo. Eso lo convierte en un ícono de la literatura nacional y un modelo para muchos seres humanos que pierden sus sueños antes de su primera decepción.

A esta edad maravillosa, pues, en que la experiencia y los sueños logran encontrarse, Guillermo estrega este libro no solo para la gente fácil de corazón, sus amados coterráneos, sino también para lectores como usted y como yo que estamos en búsqueda de la buena literatura.

Por el momento, quedamos en la ansiosa espera del día en que Guillermo hará la presentación de EL ESCAPULARIO VERDE en su querida Suchitoto.

Por Danilo Umaña Sacasa

Columnista

10 comentarios en “Un libro para la gente fácil de corazón”

  1. Chamba Salvador Acosta

    Antes que nada agradecer a Danilo por tan buena radiografía y acercamiento al libro de Don Memo Flamenco. Estoy a la espera de leer este segundo Escapulario Verde libro en el cual estoy seguro encontraré los recuerdos y un acercamiento a la identidad e idiosincrasia de este pueblo que nos vio crecer. Recordarle a los lectores de este medio digital que Don Memo no solamente ha escrito libros, si no también ha formado parte y contribuido al desarrollo de la cultura gráfica, las letras y enseñanza en nuestro país.
    Multifacético personaje necesario para cualquier sociedad que hoy deja otra huella integra y creativa a través de su talento literario para Suchitoto y nuestro país .

  2. Leí un poco del principio de este libro y estoy esperando con ansias que podamos disfrutarlo al calor de un buen café, me capturó la frescura de su lenguaje, florido, sencillo, apacible y simpático, reflejo del autor al que tengo el placer de conocer de toda mi vida, Guillermo es cálido en su trato, expontaneo en su humor e inteligente en su exposición, lo cual es el fiel reflejo de sus obras, yo sigo esperando la fecha para que nos haga conocer el desenlace de esta bella historia

  3. Es bueno que medios como este difundan el talento de la cuidad de suchitoto. A la espera de la presentación de este libro para interactuar con la historia de esta novela, que como sabemos las novelas pueden ser entre realidad y ficción, no es todo real, y para contemplar una obra más del artista Guillermo Flamenco.

  4. Herman Rodolfo Martinez

    Me e encontrado con esta farsa de Guillermo Flamenco y no se como es que ustedes las han permitido porque las historias que dice que son de el son de otra persona sino me equiboco creo que el berdadero dueño de estas historias es don Alejandro Coto que el si era un berdadero artista. Yo por casualidad lei esas paginas que tenia un amigo en una cafeteria de esas donde vende donas aquí en San Salvador y me di cuenta que no son de el y ahora viene este chocho a decir tantas cosas que tampoco son ciertas. Cuanto le abrá pagado Guillermo a este nica para que escriba todas estas tonteras? lo pior es cuando lo compara con Salarrue de donde? por que lo único berdadero que dice este señor sobre el pelota es que es un escritor mentiroso si es que podría ser considerado un escritor.
    Imagínense ustedes que Guillermo defiende a una prostituta con un escapulario sagrado como es eso? a este lo deberían de excomulgar de la iglesia católica por jugar con las cosas sagradas de la iglesia porque con eso no se juega eso se respeta. Para colmo de males a Suchitoto nunca a llegado ninguna mujer como la que dice Guillermo. la Tiznado? yo no me acuerdo de ella y creo que si hubiera llegado yo me acordaría por eso digo que son mentiras de Guillermo. Ahí dice que el libro lo van a presentar en Suchitoto y seria bueno ir a eso porque quien sabe cuanta gente le va a pelar la cara al pelota y ojala se sepa de antemano y con suficiente tiempo de anticipación para ir a gritarle un par de cosas que bien meresida se las tiene.
    Yo lo único que les pido es que tengan mas cuidado y que no se dejen sorprender de la buena fe de ustedes porque yo conosco al pelota y ese nunca a escrito nada ni siquiera cartas a escrito.

  5. Frida Carolina Flamenco

    Un talento increíble el de mi padre… En minutos se inspira y escribe porq es un apasionado soñador. Escritor,maestro normalista y creativo publicitario todo de vocación, genético… Mi papá.

  6. Triny Hernández Jr.

    Yo orgullosamente nieto de Guillermo Flamenco, un ejemplo de abuelo, padre, amigo, esposo y persona en general; ahí estaremos haciendote barra en el lanzamiento, dale con todo «Tatá» ????

  7. Conozco a don Guillermo desde que yo estaba muy pequeño pues nuestras familias son muy amigas, en algunas ocasiones por pura causalidad nos hemos encontrado en Míster Donut en San Salvador y el me ha leído los avances de sus escritos los cuales el me va detallando del significado de cada parte por supuesto que lo disfrutó pr que a mi edad conozco parte de esa historia y del personaje que presenta. Felicidades Don Guillermo gracias por su aporte literario .

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