En más de 162 años de ser ciudad, el municipio nunca había vivido una situación que paralizara la actividad social y económica amenazando la salud, el bienestar y el progreso de toda la población.
El 2020 será recordado como el año del COVID-19 con un antes y un después en la vida de todo el municipio, el país y el mundo. El municipio -al igual que el resto del mundo- está experimentando una crisis sistémica sin precedentes la cual, además de ser una emergencia sanitaria, ha tenido terribles repercusiones en términos económicos, sociales, culturales y ambientales. El Covid-19 a afectado negativamente a las comunidades, el acceso al empleo, la educación, la salud, el bienestar, el desarrollo humano en todos los territorios del municipio.
El Covid-19 vino a poner en evidencia la falta de preparación del gobierno local viéndose en la necesidad de adoptar soluciones improvisadas para brindar una respuesta de salud que mitigara la propagación de la epidemia COVID-19, y distribuyendo ayuda alimentaria frente a la precariedad de muchos hogares. La paralización y suspensión de todos los ámbitos del quehacer social trajo consigo nuevos desafíos y al mismo tiempo puso en evidencia lo que ya sabíamos fragilidades, inequidades, retos estructurales preexistentes y las tensiones de la polarización política partidaria que arrastramos como lastre insuperable.
La prolongación y expansión rápida del Covid-19 paso de ser una emergencia sanitaria a una grave crisis humana con repercusiones especialmente significativas para los grupos de la población en condiciones de mayor vulnerabilidad, como niños, niñas y adolescentes, mujeres, personas mayores, trabajadores y trabajadoras informales, y grupos familiares en extrema pobreza, así como personas con enfermedades pre existentes entre otros grupos.
El Covid-19 efectivamente vino a poner en riesgo el avance del municipio, que venía pujante en las luchas sociales por los derechos humanos de las mujeres, derechos económicos, sociales y culturales, y el derecho humano al agua, entre otros. Pero también a afectado su progreso en el desarrollo económico vinculado principalmente al turismo que venia pujante atrayendo a más de 100mil turistas cada año, inyectando una fuerte actividad económica para decenas de negocios locales que sobreviven de la actividad turística.
Desde los años ´90 cuando el turismo empieza cobrar fuerza en el municipio, jamás se había tenido tan duro golpe a su desarrollo y progreso como el ocurrido en el 2020. Mas de 50 negocios locales (grandes y pequeños) conectados al turismo han sido fuertemente afectados por el Covid-19. Disminuido en menos de un 30% el turismo necesitará de un plan y una fuerte estrategia de reactivación que va más allá de la implementación obligatoria de las medidas sanitarias.
Recuperar el lugar privilegiado que tenia en la preferencias de miles de turísticas implicará trabajo conjunto de los 4 actores claves del municipio con estrategias multidimensionales de resiliencia y adaptación.
Esto implica atender las desigualdades de género, que constituyen la brecha transversal más grave que ha evidenciado la pandemia a nivel de municipio, posicionando a las mujeres en una situación de vulnerabilidad extrema frente a la crisis, la cual se acentúa al vivir en situaciones de pobreza y violencias doméstica. Otro sector vulnerable al que habrá que darle atención es a las organizaciones sociales y culturales, así como a los y las artistas huerfanos en esta crisis, que dan vida a las decenas de actividades y festivales que mantienen viva la vida cultural del municipio.
Pero toda crisis trae consigo aprendizajes y oportunidades; por eso es importante crear procesos de dialogo y construcción de estrategias colectivas que vayan más allá de la de respuesta inmediata para preservar la salud y salvar vidas hacia respuestas de mediano y largo plazo para atender los impactos económicos y socioculturales derivados de la pandemia.
La “nueva normalidad” en Suchitoto debe buscar la continuidad de las actividades cotidianas en el territorio, reactivando en lo posible su actividad turística con responsabilidad compartida, bajo nuevas condiciones de higiene, cuidado y protección ante un virus que continuará presente durante un largo tiempo sin contar con una vacuna o un medicamento eficaz que detenga su propagación.
La insistencia de tener un plan de reactivación económica y social obedece precisamente a la urgencia imperativa de construir encuentros y consensos colectivos sobre cómo salir de la crisis provocada por el Covid-19 en Suchitoto, desde la visión participativa y construcción colectiva. No se puede seguir improvisando o dejando a la deriva el futuro del turismo en Suchitoto.
Frente a esta situación es ineludible señalar la responsabilidad de la municipalidad, en torno a la creación de un plan piloto que permita marcar la ruta a seguir en la reactivación de la vida social y económica del municipio.
Tal como hemos señalado no se trata únicamente de seguir promoviendo las medidas y protocolos sanitarios, sino más bien de trascender y elaborar diagnósticos, consensos y construir propuestas de reactivación con estrategias claras y practicas sobre cómo se reactivarán los diferentes sectores de la vida económica y social del municipio.
Como toda crisis, se trata de un momento clave para cuestionar y aprender de los errores pasados, para superar las diferencias y generar encuentros y soluciones innovadoras para fortalecer los lazos de alianza y colaboración compartida en resiliencia.
A estas alturas, debemos comprender que la recuperación no puede ser abordada desde una mirada vertical o sectorial, sino desde una mirada multidimensional horizontal, en donde las organizaciones, empresarios, municipalidad y comunidades se consideren bajo un mismo paraguas de construcción colectiva para la economía local, desde una perspectiva de género y la garantía de derechos humanos.
La pandemia del Covid-19 sigue afuera, sin embargo, debemos avanzar hacia una nueva normalidad que proteja a la ciudadanía, pero al mismo tiempo que promueva la reactivación de la economía y el turismo, sin dejar a fuera a las comunidades en los territorios.
Una de las grandes lecciones dejada por esta crisis, es que esta pandemia se supera, se estanca o aumenta a partir de la corresponsabilidad entre las autoridades y la ciudadanía. Esta lección aplica para la fase de recuperación socioeconómica, es un compromiso y responsabilidad compartida. Será de muy poca utilidad tener un plan de reactivación socioeconómica si no se cuenta con el respaldo de las organizaciones, empresarios y ciudadanía para que sea implementado. En tales circunstancias, en Suchitoto hay mucho por hacer.