Este año, será uno de los más recordados en la historia contemporánea del mundo. Lo recordaremos como el año del coronavirus. Esta pandemia que puso al flamante mundo moderno y de tecnologías invencibles totalmente patas arriba. Un año de cuarentena, confinamiento, escuelas cerradas, medio mundo enmascarado, los distanciamientos, el aislamiento, la incertidumbre, las carencias y los más de un millón y medio de muertos por un virus° complejo, pero que irónicamente se destruye con agua y jabón.
Sin duda para Suchitoto tampoco ha sido nuestro mejor año. Desde que se anunció la cuarentena obligada en marzo, todo ha sido un caos para la normalidad de vida del municipio. La economía, la cultura, el turismo, las luchas sociales, las tradiciones, comunidades, el bienestar y la salud han sido golpeados al punto de hacer tambalear nuestras certezas colectivas sobre el futuro.
Valientemente las familias, colectivos y comunidades poco a poco han venido comprendiendo las dimensiones de la pandemia y adoptando las medias y protocolos de bioseguridad mínimas (uso de mascarillas, lavado de manos frecuente, uso de alcohol gel, distanciamiento físico) como las únicas armas existentes a nuestro alcance para defenderse de este virus. Durante estos meses hemos visto desde las acciones más altruistas, solidarias y empáticas hasta las acciones más absurdas, desafiantes y peligrosas como las de convocar a celebrar las fiestas patronales con bailes en medio de una crisis pandémica.
Sin duda el 2020 ha sido un año muy difícil, pero lleno de muchas lecciones. Este año aprendimos que, en medio de un mundo con grandes avances y tecnologías capaz de conquistar el universo, aun seguimos siendo vulnerables a las cosas más pequeñas. Nos dimos cuenta que Hollywood nos mintió y que el mundo no se unió para vencer al enemigo mundial, que la fuerza esta en cada uno y una y en la comunidad conciente y solidaria. Entendimos que debemos aprender a vivir en armonía con nuestro medio ambiente, respetando al animal más grande, al árbol más pequeño o a la bacteria aparentemente más insignificante.
Aprendimos a reconocer el valor de compartir en comunidad, y el significado de la empatía y la solidaridad. Descubrimos el poder que tienen las tecnologías al usarlas bien y comunicarnos y a valorar mejor nuestra familia y amistades. Aprendimos a cultivar nuestros huertos, a frenar la vida, a vernos hacia adentro, y ordenar nuestras prioridades. Aprendimos a sobrevivir en casa, a conocernos mejor y ver el mundo de una forma diferente. Aprendimos que las acciones individuales pueden tener consecuencias colectivas, y que, cuidándonos, cuidamos a nuestras familias y la comunidad.
La pandemia del COVID-19 cambio muchas cosas, entre ellas las perspectivas del periodismo que estamos haciendo en Suchitoto. Estos meses de cambios y situaciones inesperadas en los estilos de vida, en las prioridades y necesidades del municipio nos encaminaron a profundizar en la búsqueda de un periodismo de soluciones que nos siga llevando al principio y fin de todo: la unidad y fortaleza de trabajar en comunidad.
Desde la Gaceta Suchitoto, durante todos estos meses de pandemia nos hemos esforzado por compartir contenidos constructivos que aporten a la concienciación y reflexión en torno a la nueva realidad que vivimos y cómo podemos convertir esta crisis en una oportunidad para transformarnos y repensar un municipio más empático, solidario y unido en medio de tanta incertidumbre. Porque cómo hemos dicho en repetidas ocasiones lo peor que puede pasar de toda esta crisis es que no pase ni trasforme nada en nuestras formas de vernos y reconocernos en comunidad.
Al mirar al 2021 lo hacemos con esperanza, dejando de lado sin duda los deseos egoístas y triviales de la vida y nos concentramos en pedir un mundo con salud y sin más coronavirus. Esperanzados la mayoría celebramos la aparición de vacunas para detener y contener el contagio en el 2021.
Mientras tanto solo queda, ir paso a paso, atesorando los momentos y las pequeñas certezas de descubrirnos solidarios y empáticos con todas las personas que sufren y luchan por la vida. Así que, en estos días de festividades, es tiempo de quedarnos en casa, de cuidarnos y posponer los encuentros, las fiestas y celebraciones grupales, es tiempo de cuidar la vida y comprender que la razón que hacen especiales estas fechas son nuestros deseos y anhelos de paz, amor y un futuro mejor para todas y todos. Volvamos al verdadero espíritu navideño de estar unidos con nuestra familia en nuestro hogar y demos gracias por la vida y la salud que gozamos hasta hoy, sin necesidad de exponernos ni exponer a los demás al coronavirus. Hagamos que nuestras acciones sean coherentes con nuestros deseos de noche buena.
¡Felices fiestas para todas y todos! ¡Un abrazo fraterno de todo el equipo de Gaceta Suchitoto!
°Los virus, a diferencia de las bacterias, las plantas y los animales, no son seres vivos. Los virus son moléculas cuya única razón de existir es buscar seres vivos para apoderarse de su sistema reproductor y elaborar miles de millones de copias de sí mismos, solo para buscar a la próxima víctima y repetir el ciclo. Los virus no nacen, no crecen ni mueren, solo se reproducen. La ciencia no ha encontrado ningún remedio específico contra los virus. O los vencemos con nuestro sistema de defensa o nos matan. Uno de esos virus es el Covid-19.