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El arte, ¿ayuda a prevenir la violencia en Suchitoto? la opinión de Paolo Luers

El artículo El arte, ¿ayuda a prevenir la violencia en Suchitoto?” demuestra que existe una gran confusión entre el arte, su enseñanza y su ejercicio en proyectos comunitarios, por una parte, y la prevención de violencia, la cultura de paz, la educación para la convivencia pacífica, etc.

No digo que ambos campos no tengan nada que ver uno con el otro, pero no es legítimo y no sirve para nada mezclarlos de esta manera que el arte y su enseñanza se conviertan en “herramientas efectivas en la prevención y contención de la violencia”.

Sin embargo, no solo en el artículo de Milton Doño se expresa esta confusión, sino en casi todas las discusiones que se tiene en las ONGs y otras instituciones que se encargan de la enseñanza y el ejercicio de las artes en nuestras comunidades.

La tendencia de mezclar estos dos campos y de poner uno en función del otro, no surge tanto de las definiciones teóricas o ideológicas de los protagonistas, surge más bien de las necesidades de financiación. El Estado y la Sociedad Civil, enfrentando la crisis de la delincuencia y violencia, han definido la prevención de la violencia y la inclusión social como prioridades para complementar las políticas de Seguridad Pública. Desde entonces, los amplios fondos para prevención/inclusión se han convertido en las principales fuentes del financiamiento para grupos culturales y de arte.

De repente, grupos de música, teatro, museos populares, y danza compiten con proyectos religiosos, de deporte, educativos, de formación cívica y de valores por los mismos fondos. Fondos que nunca han estado disponibles para los artistas en los rubros clásicos de cultura.

En el instrumentario para la prevención de violencia y la inclusión social que manejan las burocracias estatales y las ONGs, de repente cursos de danza contemporánea, de teatro o de escultura figuran a la par de los clásicos cursos de panadería, computación, carpintería y ‘valores’ para ‘jóvenes en riesgo’.

Debido a esto, proyectos como ESARTES están en peligro de perder su identidad como escuela de teatro, y de abandonar su ambición de excelencia artística y profesional – y terminan como un proveedor más de cursos de prevención de violencia para jóvenes. Ya sus talleres y cursos no se dirigen a los jóvenes que podrían encontrar en el teatro y las profesiones asociadas (actuación, danza, vestuario, video, utilerías, escenografías, productores…) su autorrealización personal, académica, artística y profesional – sino se dirigen a la gran masa definida como ‘jóvenes en riesgo’ o ‘marginados’.

Hay dos verdades que hay que resaltar a esta altura del debate, y ponerlas en relación:

1) El arte no es un instrumento de prevención, inclusión o cualquier otra causa noble y necesaria en el campo social, político o ético. Cada arte tiene  un fin en sí, que tiene que ver con el desarrollo pleno de la persona y su creatividad, con la excelencia, con profesionalidad, con rigor, con disciplina y con el disfrute de lo que se está creando.

2) Por supuesto, el arte, cuando es desarrollado, enseñado y practicado en la comunidad,  puede tener un impacto sobre el peligro que los jóvenes participen en actos violentos y delictivos.

Hay que hablar de la relación entre estas dos tesis para que no haya confusiones. Si en una comunidad mucha gente, por ejemplo muchos jóvenes, se dedican en serio al arte, cuando desarrollan su personalidad, su creatividad y abren un potencial de realización profesional, indudablemente tendrá impacto sobre la comunidad; habrá más iniciativas, más liderazgo, más experiencia a compartir, etc.

Pero para llegar a esto, primero hay que tomar las artes como lo que son: profesiones que hay que aprender, practicar y desarrollar, buscando excelencia y grados mayores de profesionalidad.

Si de antemano las artes son vistas como pasatiempos sanos para distraer a los jóvenes de actividades dañinas, el potencial impacto positivo de las artes nunca se va a dar.

Si el aprendizaje y el ejercicio de las artes desde el principio es mezclado con la adquisición de habilidades sociales o éticas, inmediatamente existe el peligro que el arte se vuelva panfleto, moraleja, sermón o discurso político – cosas que no solo son aburridos y por tanto provocan rechazo entre los jóvenes, sino también son incompatibles con  el propósito de generar creatividad, independencia de criterio, capacidad crítica, autoestima, que son los propósitos del arte.

Para hablar de Suchitoto, sus proyectos culturales y de arte necesitan más profesionalidad de enseñanza, necesitan definir bien el grado de profesionalidad que sus alumnos van a adquirir. Y necesitan incorporar en sus planes la creación entre sus alumnos, de grupos profesionales que les ofrezcan perspectivas laborales y de superación profesional y creativa.

Estas metas hay que priorizarlas y no permitir que se mezclen con supuestas didácticas para adquirir habilidades sociales y valores. La enseñanza y la práctica de las artes por sí proveen elementos positivos para el estado de la comunidad y su capacidad de superar la violencia y la exclusión. Cualquiera que ha observado o acompañado las generaciones de jóvenes que han pasado por los talleres de Esartes o el Centro Arte para la Paz es testigo de esto. Estas instituciones tienen bien clara su responsabilidad social, pero tienen que cuidarse que no se confundan con las otras docenas de instituciones que proveen cursitos y tallercitos y didácticas cuestionables a los organismos estatales de prevención con presupuestos generosos.

Texto: Paolo Luers.  Fotografía: Centro Arte para la Paz

6 comentarios en “El arte, ¿ayuda a prevenir la violencia en Suchitoto? la opinión de Paolo Luers”

  1. Me llama mucho la atención que sigamos enfocando nuestra respuesta en las personas y no en lo que ellas argumentan, por el contrario, en lo dicho hasta hoy sobre el tema en discusión, el único ataque que encuentro es contra lo que lo que destruye las artes, me explico:

    -Para un artista profesional puesto que no es un mecenas, ni un coleccionista, ni un historiador o crítico de arte, lo único que cuenta en una obra es que tiene que ser «lograda” y es precisamente en ello que reside su poder. La persecución de la maestría o excelencia artística, se convierte entonces en un proceso permanente e integral. ( Don Juan Matus).
    -Para el facilitador, la enseñanza de las artes es una necesidad impostergable en la formación integral de la niñez y juventud.
    -El activista, generalmente se conforma con las TÉCNICAS ARTÍSTICAS y no con el ACTO CREATIVO que tarda y cuesta mucho alcanzar y generalmente no tiene tiempo, su trabajo es coyuntural.
    – y, OJO: un desempleado en apuros, por ejemplo, solo ve una oportunidad para salir del hoyo, y es aquí donde el oportunismo y la corrupción nos llevan a la mediocridad generalizada, neutralizando el potencial transformador del arte. Sí somos observadores y sinceros, abundan los ejemplos y su alza amenaza los esfuerzos que se desarrollan a favor de su enseñanza y difusión.

    1. Estimada Tania,
      No sé cómo entendiste mi artículo como piedra y como intento de destruiro que se está haciendo en las iniciativas culturales de Suchitoto.
      Ni siquiera quise hacer una crítica. Creeme, sé hacer críticas, y son diferentes.
      Desde una perspectiva de amnistad, solidaridad e interés que tengo lor Suchitoto intenté aportar a provocar una discusión abierta y honesta sobre cultura, arte y prevención.
      Que para alguna gente parece incómodo que se participe en esta discusión es lamentable. Pero tampoco me va a desanimar. Nadie es dueño de este tema ni censor de este debate.
      Hablando libremente todos podemos aportar, todos podemos aprender y todos podemos ganar.
      ¿Y de dónde te nació esto de «la comodidad de la vida burguesa»? Muy poco sabés de mi historia y mi vida, parece…
      Mejor platiquemos. Saludos, Paolo

      1. gacetasuchitoto

        Estimado Paolo
        Agradecemos el envío de su nota y comentario a nuestro periódico. La Gaceta Suchitoto efectivamente busca generar espacios de diálogo y debate constructivo sobre temas de interés para el municipio, estimulando para ello la participación ciudadana a través de la aportación de ideas y opiniones.
        En ese sentido estamos abiertos a recibir propuestas y opiniones que consideremos contribuyen a fomentar diálogos y discusiones constructivas que permitan el ejercicio de ciudadanía participativa.
        Creo que usted más que nadie sabe que no existen verdades absolutas y que todo es relativo desde la perspectiva de donde se vean las cosas. De modo que, si de verdad desea contribuir a generar un diálogo y discusión de manera responsable desde esta plataforma, le sugerimos centrar sus comentarios y respuestas (en redes sociales y este medio) a debatir y defender sus ideas y no personalizar las cosas, pues distraen y alejan la razón de ser de la discusión.
        Como medio apreciamos, respetamos y defendemos la libertad de opinión y pensamiento, y todos nuestros lectores y lectoras merecen un espacio donde exponer sus ideas de acuerdo a sus preocupaciones y visiones. Como autores somos responsables de no perder el foco del tema y continuar un diálogo que sea constructivo, donde la opinión de todas y todos sea respetada y valorada en su dimensión correcta.

  2. Lo que me molesta es que critica a Milton Doño, que es un artista, alguien que dice que es experto, no se de qué, pero por eso escribe. Yo nunca lo leo porque no suelo consumir las plataformas en las cuales le dan espacio, pero casualmente me encontré este comentario y a pesar del autor, lo leí detenidamente para comprobar una vez más que este señor es ignorante en una gran cantidad de temas y opina sin pensar. Estoy seguro que leyó el artículo de Doño, luego buscó en internet algo sobre arte y prevención de violencia y luego se dedicó a armar un texto sin coherencia ni propósito. En todo caso le aclaro señor Luers: el arte surge, permanece y debe estar presente en todos los elementos de la cultura: educación, costumbres, tradiciones, espiritualidad, religión y por supuesto que violencia. No se puede separar ya que la obra artística es fruto de los paradigmas del que la hace, basado en sus vivencias y reflexiones, en ese sentido el arte se utiliza, no para prevenir la violencia directamente, sino para producir en el individuo una serie de reflexiones y descubrimientos acerca de su identidad personal y colectiva, acerca de la estética y la belleza y acerca de los fenómenos sociales, de tal manera que algunas ocasiones los individuos se descubren artistas y su esquema mental cambia y genera cierto compromiso social, y los que no son artistas, pues descubren la belleza de las cosas simples y no sólo las del mercado, por lo que disfrutan igual ir a un parque que al cine, de tal manera que su vida deja de estar llena de presiones por «tener» en lugar de «ser», y entonces el dinero pasa a segundo plano, si no ve cómo implicitamente se está previniendo la violencia pues lo invito a que estudie acerca de este tema antes de opinar sin pensar.

  3. Este don esta mas confundido que la confusión primero confundiendo la definicion de arte con los usos que puede tener el arte, luego dice que las cosas no se deben mezclar y despues felicita a las organizaciones porque las mezclan, no se no le entiendo. La cosa es que en Suchitoto el arte a servido para prevenir la violencia y a transformado la vida de muchas personas. Solo el hecho de dedicar tiempo a aprender un arte ya es una gran ganancia, que los aleja de los malos caminos y malas influencias Ya sean cursitos o tallercitos no hay que desanimarse y sigamos promoviendo el arte entre los niños y jovenes del pueblo.

  4. Tania Mata Parducci

    Basta de destruir con palabras innecesarias. No necesitamos lenguajes rebuscado; ni discursos arrogantes sin base teórica escritos desde la comodidad de una vida burguesa. No necesitamos esas “verdades» que menciona, como si fueran las únicas.

    Tuve el privilegio de estudiar en un colegio de arte desde mi infancia hasta el bachillerato. No todas salimos artistas; pero es que el arte, sea como sea no te quita nada, siempre da. Todas las maneras de acercarse a estas experiencias suman y por pequeñas que sean, para muchas personas nos son suficiente.

    No entiendo la necesidad de atacar a estas iniciativas. El enemigo está en otra parte, nosotras necesitamos construir diálogos constructivos, con propuestas reales que se acomoden nuestra realidad. Por supuesto que necesitamos ser más críticas con lo que estamos haciendo y de qué manera, pero las críticas construyen cuando vienen con propuestas; sino se vuelve aburrido, vano y cansado.

    Ya basta de tirar la piedra sólo para provocar.

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