La historia nos ha enseñado que el arte es entendido como esa acción humana realizada con finalidad estética y comunicativa, que expresa ideas, emociones o alguna visión del mundo, y que sobre todo nos transmite sentimientos y que puede ser transformadora. En esa línea, luego de la pintura, escultura, literatura, la arquitectura, la danza y la música; surge el cine con la intención de dar a conocer historias, ideas, lugares, formas de vida entre otros, alcanzando tal auge que es denominado el séptimo arte.

Desde hace ya algún tiempo, en Suchitoto se hacen esfuerzos para traer el cine a la localidad, pero no cualquier cine, sino un cine alternativo a “la gran industria”, un cine que proyecte realidades cercanas más que fantasía.

Cine Mujer es uno de esos esfuerzos, una propuesta que surge desde la Casa Clementina y la Casa de las Mujeres en Suchitoto, buscando propiciar un lugar de encuentro colectivo donde se pudiesen juntar personas del municipio para ver películas escritas y dirigidas por mujeres o sobre la vida de mujeres, conocer sus historias, experiencias o propuestas. Así mismo tener un rato de plática y debate sobre lo que estas películas inspiran, las emociones que nos provocan y lo que enseñan.

La Casa de las Mujeres en Suchitoto, ha sido el lugar apropiado para esta iniciativa, lo convierte en un lugar de referencia para muchas personas, no solo a mujeres que han participado en reuniones o talleres de capacitación, sino también a otras y otros para promover vínculos locales, para organizarse o promover acciones en el municipio.

La Casa de las mujeres en Suchitoto cuenta con un salón amplio y cómodo, con buenas instalaciones para garantizar la calidad de las proyecciones.

Además en un espacio que busca promover la reflexión sobre diversos temas y problemáticas, con una mirada desde las mujeres, intentando generar empatía, para entender cómo se viven diversas formas de discriminación, de violencias, o cuáles son los intereses, prioridades y propuestas de las mujeres.

En Suchitoto hay pocos espacios que promueva que la ciudadanía se reúna para tener un rato de ocio de forma colectiva; la televisión, los teléfonos inteligentes y las redes sociales, han impuesto formas de ocio y recreación aislados e individuales; debilitan la comunicación entre las personas cercanas y desvinculan el tejido comunitario, minimizando las posibilidades de juntarse con otras personas, ya sean amigas, conocidas o desconocidas, para que se puedan fortalecer los vínculos y convertirse en nuevas amistades.

Desde Cine Mujer, se considera el cine como una poderosa herramienta cultural que proyecta y nos acerca a realidades propias y de otros y otros, nos acerca a experiencias conocidas y desconocidas. El cine puede enseñar, emocionar y entretener, pero ante todo el cine es una forma de comunicar ideas y transmitir valores. Por lo tanto, no basta con simplemente ver una película; es necesario discutirla, interpretarla, analizarla con ojo crítico. De esa manera se puede comprender mejor las películas, se puede descubrir qué es lo que quiere comunicar, el valor de su mensaje y la enseñanza que intenta dejar.

Estas sesiones de cine se hacen con la intensión de llegar a diferentes personas del municipio, mujeres y hombres, jóvenes y adultos, con interés y curiosidad por tener acceso a un cine no comercial, que no sea solo de violencia, fantasía  o aventuras, sino que aporten nuevas visiones sobre problemas y situaciones que nos afectan. A personas que trabajan por la mejora de sus barrios y comunidades. A mujeres y jóvenes que quieren que la sociedad garantice sus derechos y vivir sin acoso ni violencia, y con oportunidades para desarrollarse y lograr sus metas.

Se procura seleccionar películas que generen interés y reflexión por los temas que se abordan, que transmitan información sobre problemas que nos afectan o nos muestren realidades de otros pueblos y sociedades que es importante que no queden olvidadas. Se prefieren películas filmadas en países latinoamericanos o en otros continentes, pero que no es fácil que veamos en los cines comerciales o en la TV. Es una forma de reivindicar y conocer un cine que queda marginado por las grandes cadenas de distribución cinematográfica.

Algunas de las películas proyectadas

En abril de este año, la película argentina “Verdades, verdaderas. La vida de Estela”, que cuenta la vida de Estela Barnes de Carlotto, una ama de casa, cuya hija fue secuestrada y asesinada entre 1977 y 1978, por la dictadura militar argentina, y su nieto Guido que fue robado del regazo de la madre muerta. Estela se movilizó para buscar a su nieto junto a otras mujeres con historias similares, y formaron las Abuelas de la Plaza de Mayo, una organización que durante años ha luchado por recuperar a estos niños robados. Una experiencia que también vivimos en nuestro país con miles de personas desaparecidas por los escuadrones de la muerte y el ejército en los años 80. Todavía hoy la Asociación “Probúsqueda” trabaja en El Salvador buscando niños secuestrados por el ejército durante la guerra.

En el mes de mayo presentamos “También la lluvia”, una película que aborda la lucha de la ciudadanía, en Bolivia contra la privatización del agua por empresas españolas. Pensamos que era una buena reflexión unos días antes de que se celebrara en Suchitoto la Consulta Popular para declarar el agua como un derecho humano.

En septiembre se presentó “La bicicleta verde” filmada en Arabia Saudí, uno  de los países del mundo donde existe mayor violación de derechos a las mujeres, incluso no pueden conducir un carro o montar en bicicleta, la película nos narra el deseo de una niña por tener una bicicleta.

Estas películas han generado emociones que provocaron debate y reflexión de las personas que asistimos a las proyecciones. Aunque son películas de países diferentes al  nuestro, las historias que nos cuentan muestran situaciones que también vivimos en El Salvador.

Si bien es cierto, es ambiciosos pensar que con estas sesiones de cine podemos generar cambios en nuestra sociedad, pero el hecho de reunirnos personas de diversos barrios y comunidades de Suchitoto, ver en común estas películas y después analizarlas y reflexionar sobre que impresiones han generado, contribuye a que tengamos posiciones más informadas y críticas sobre algunos aspecto de nuestra realidad, como el tema pendiente de los niños secuestrados durante la guerra por el ejército o la necesidad de una Ley de Aguas que la proteja como un bien público o la necesaria garantía de los derechos de las mujeres y las niñas. Reflexionar colectivamente puede ser el inicio de actuar unidos.

Texto: Laura Herrera y Alberto Romero. 

Fotografías tomadas de facebook Casa Clementina.