El XI Festival Internacional de Cine en Suchitoto (FICS) reunió a cineastas, actores y amantes del séptimo arte en un evento que destacó por su curaduría y su compromiso con la comunidad. El festival inicio con una muestra de producciones salvadoreñas, entre los participantes sobresalió Horacio Flores, un productor mexicano con una profunda conexión con El Salvador y con el pueblo de Suchitoto, tras haber rodado aquí su cortometraje Cuerpo Presente en el 2019.
En entrevista, Flores compartió lo que lo motivó a ser parte del festival, sus recuerdos de Suchitoto y su perspectiva sobre el papel del cine en esta comunidad.
Un regreso necesario
Flores confesó que había seguido el festival desde hace tiempo, aunque las circunstancias y la pandemia le habían impedido participar antes. “Cuando filmamos Cuerpo Presente en Suchitoto, no programaban cortometrajes, pero esta edición finalmente abrió ese espacio, y sentí que era justo y necesario presentar nuestro trabajo en el lugar donde fue creado”, comentó.
Su experiencia en el festival fue más que positiva: “Es un evento muy bien armado, con una curaduría impecable. Me siento honrado de haber asistido junto a todo el equipo de Meridiano 89 y parte del elenco, y ver cómo la gente local se involucra. Suchitoto es un lugar muy especial para mí, lleno de cultura, arte y personas comprometidas”.
Suchitoto: más que una locación
La relación de Horacio Flores con Suchitoto comenzó como la de cualquier visitante curioso, pero evolucionó profundamente tras la filmación de Cuerpo Presente. Para el productor, el pueblo ofrece un encanto único. “Es un lugar con mucha personalidad y un misticismo particular, atemporal, que captura un universo latinoamericano con magia y misterio natural”, describió.
Flores recordó los días de filmación y producción en las calles del pueblo con nostalgia y cariño tras la convivencia y colaboración con los habitantes locales: “Todo fluyó de manera providencial. La disposición de las personas para ayudar y participar fue increíble. La vibra de la ciudad, sus sonidos y su calor humano hicieron que la experiencia fuera inolvidable”.
Al comparar el Suchitoto que conoció en 2019 con el de 2025, destacó que su visión ahora es más cercana. “Antes lo visitaba como turista. Ahora tengo amigos, veo caras conocidas y siento que el vínculo es más profundo. Además, la participación activa de la gente en el festival fue emocionante”.
El impacto del cine en la comunidad
El FICS le permitió a Flores apreciar cómo el cine puede integrarse en el tejido social. “El festival tiene una relación íntima con la comunidad; las personas asisten a las proyecciones, las disfrutan y se interesan. Es un evento que sienten suyo”, aseguró.
Además, reconoció la buena organización y selección de películas: “La programación es muy cuidada. Cada cortometraje narraba historias de ausencias, amor y recuerdos, construyendo una identidad local y universal al mismo tiempo”.
Al preguntar su impresión sobre el público salvadoreño y su interés por el cine, Flores nos dice: «Desde que conozco El Salvador (hace más de 20 años) me sorprende la calidad que tienen en la producción como Meridiano 89 con Santi y Carlos y Patechucho, con Diego y Maya, en como en ESCINE estimulan la realización de historias a todos los niveles y motivan a la gente a contar sus historias y como la gente está interesada en contarlas, de explorar el lenguaje cinematográfico sin miedo. Y como con Paula y el festival de Suchi también se fortalece la producción y no a un nivel solemne y agrio sino muy democrático al alcance de todos. En todos estos casos es muy estimulante no solo para el cine sino para el arte y como nos vinculamos con nuestra realidad y el mundo.»
El potencial cinematográfico de Suchitoto
Para Flores, Suchitoto tiene muchas cosas positivas para convertirse en un referente cinematográfico regional. “Hay talento, compromiso y un interés genuino por contar historias. Además, es una locación perfecta para narrar historias no solo salvadoreñas, sino de toda Latinoamérica”, afirmó.
A los cineastas emergentes salvadoreños les envió un mensaje alentador: “Sigamos creando, no tengamos miedo a explorar, experimentar, que desde la independencia artística también se pueden contar historias, producir, descubrir cosas, contar de nuestra realidad y de lo que queremos cambiar de nuestro entorno. Y pues que no seamos tibios y nos atrevamos a crear»
Un vínculo perdurable
Aunque no tiene un proyecto inmediato para filmar en El Salvador, Flores confiesa que siempre está pensando en nuevas ideas. “Estoy escribiendo un guión con tintes de realismo mágico que podría encajar perfecto en Suchitoto. Además, mantengo contacto con grandes cómplices creativos salvadoreños como Santi Gutiérrez, Diego Figueroa y Maya Molina. En cualquier momento podemos armar algo”.
Finalmente, Flores describió su visita al festival y a El Salvador como “fascinante”. “Cada vez disfruto más venir. Me siento local, como si en otra vida hubiera sido salvadoreño”, concluyó.
El XI Festival Internacional de Cine en Suchitoto reafirma cómo el arte y el cine pueden unir culturas, fortalecer comunidades y seguir inspirando a generaciones de creadores.
Foto cortesía: Horacio Flores