La lógica generalizada después de 33 años de celebrar las artes y cultura a través de un festival -junto a otros festivales- que se realizan, sería que el consumo cultural ha crecido en los últimos tiempos en Suchitoto. Tristemente la realidad es un poco diferente. Aunque a las instituciones culturales les cueste admitirlo, y a pesar de los números totales de participación, el público para la cultura no es más diverso y todavía son demasiados los ciudadanos que no asisten nunca a ninguna actividad cultural en una ciudad con poco más de diez mil habitantes.

Las artes en Suchitoto tienen un público cautivo que, participa en muchas iniciativas y actividades, como leeremos más delante en el caso de Fito. Eso sin incluir a los familiares de los artistas participantes de los espectáculos, que vienen desde San Salador a apoyar a su familiar. Si bien muchas actividades se nutren con este público, no se puede ocultar el problema de fondo, la necesidad de hacer participar de la vida cultural a aquellos que nunca lo hacen en Suchitoto, un municipio con cerca de treinta mil habitantes.

Lo antagónico de todo, es que, las personas que dirigen las entidades culturales de Suchitoto se muestran indiferentes y soslayan la importancia del abordamiento de estos temas. Prefieren mostrar un ángulo diferente de la fotografía y dedicarse cada quien por su propio lado a invitar a sus amistades.

El desinterés por el consumo cultural no es cosa simple de abordar, tiene muchas aristas. No solo se trata de llenar un espacio, tener una cifra de asistencia y publicar unas bonitas fotos en la red, donde se da la impresión de que el público tiene interés por el arte y los eventos culturales en el municipio. Es necesario y urgente reflexionar sobre esto, mirar la otra orilla y no esconderse tras débiles excusas como la de que no se puede obligar a que todo el mundo consuma cultura.

A pesar de que Suchitoto todavía cuenta con un público activo, es necesario entender que se necesita trabajar en la creación de públicos diversos. Es urgente y necesario trabajar en pequeños estudios de campo sobre consumo cultural, hacer estadísticas y marketing relacional, entre otros que nos permitan tener mayor información del público. Una mirada rápida al pasado y nos damos cuenta de que los asistentes casi siempre suelen ser -como Fito- de los mismos segmentos sociales, económico y formativos. Por lo tanto, podemos decir, que el público asistente es casi el mismo cada año con pocas excepciones. Y mucho ojo, porque no se trata de que la gente no consuma cultura, porque lo hace todos los días: escuchan música, pagan para ir a conciertos, al cine, bailes, tener internet y están al tanto de la farándula y la moda.

Por otra parte, con el auge de la internet y las redes sociales, nos encontramos que cada vez se puede acceder de manera más generalizada y fácil a la cultura en las manos, un clic y podemos ver el concierto de un artista favorito sin salir de casa. De modo que las razones y motivos de la baja participación son variadas, como tan diferentes son los gustos.

Por tanto, estar al frente de instituciones culturales conlleva cierta responsabilidad en todo esto. Lastimosamente cada quien lo quiere ver y resolver a su modo. Cuando en realidad se deberían de sentar y dialogar juntos y juntas para buscar las mejores maneras de crear públicos para la cultura en Suchitoto.    

A modo de ejemplo

Él es Fito. Fito es un amante del arte y la cultura en general.  Fito asiste a casi todos los eventos culturales que se realizan en Suchitoto. No se pierde las presentaciones del festival del Teatro Alejandro Cotto, asiste al festival de cine de Casa Clementina y cuando el CAP hace alguna presentación artística o evento cultural es el primero en llegar. Fito asiste por lo menos a 2 actividades culturales en el mes, visita una o dos veces al año los museos del municipio, no se pierde cuando hay presentaciones en el parque y sus 2 hijas participan de los talleres de arte de la Casa de la Cultura de donde es miembro activo.  Nos encontramos pues que un único usuario “Fito” quien participa de casi todas las actividades culturales del municipio, que no es que sean tantas pero las hay. Para el ejemplo diremos que Fito fue a 22 actividades en un año. Sin embargo, cada institución cultural cuantificará su asistencia, y se podría decir que 22 personas han participado de las actividades culturales de Suchitoto, pero esto es absolutamente impreciso porque se trata de la misma persona. 

En la gestión cultural muchas veces se discute cómo evaluar de forma cuantitativa la actividad y públicos para la oferta cultural o evento. Esta discusión puede resumirse entre sí se cuantifican usos (prácticas de las que se participa) o bien sí se cuantifican usuarios (aquel que participa). Cabe decir que siempre (o casi siempre) se cuantifican los usos en lugar de a los usuarios, y ese tipo de datos es el que -entre otras razones- está confundiendo a las organizaciones culturales para saber si hay un público diverso para las artes en Suchitoto.  

(I parte)

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