Normalmente sentimos asombro y admiración cuando vemos a una mujer desempeñarse en lo que típicamente es “un trabajo de hombre”, pero, ¿qué pasa cuando es al revés? 

Conozcamos la historia de Alejandro Lemus, un joven suchitotense, originario del barrio Santa Lucía, que desde muy temprano se dio cuenta de su amor al mundo de la belleza, y que hoy en día, vive su sueño de trabajar en lo que ama. 

Con creces, Alejandro nos demuestra y nos recuerda que los trabajos NO tienen género, y que hacer con pasión lo que te gusta, nos hace dignos de admiración. Conozcámoslo un poco más: 

¿Cuándo empezó tu pasión por el maquillaje?

Desde pequeño me ha gustado el mundo de la belleza, claro, antes no tenía los recursos y tampoco sabía si tendría el apoyo para empezar en este ámbito, pero ya después de tener al alcance el internet comencé a ver fotos y videos, y me gustó tanto el cambio que genera un después de haber realizado un maquillaje, no sólo visualmente sino también el cambio emocional de la clienta. Esto es algo muy satisfactorio, poder decirles que ya están listas y que se vean en el espejo. Ver cómo su expresión cambia y decirme “que lindo le quedó” o ”no esperaba tanto, gracias”. Marcar una sonrisa de satisfacción, saber que les gustó mi trabajo es realmente gratificante. Así es como mi pasión por el maquillaje crece cada vez más.

¿Cuál fue tu proceso de aprendizaje en esta rama de la belleza? 

La mayoría, por no decir todo, fue a base de tutoriales, claro, asistí a un pequeño curso de cosmetología, pero sólo aprendí lo más básico. Las habilidades que hoy en día tengo las adquirí viendo videos para saber aplicar ciertos productos de maquillaje, aprender diferentes técnicas, o saber qué productos utilizar y cómo. Con respecto a las uñas, el ver fotos y atreverme a hacerlo sin siquiera antes haber intentado realizar algún diseño me ha ayudado bastante. Sé que las cosas no siempre salen como uno quiere y sé que también me falta mucho más por aprender.

¿Cómo te sientes al pertenecer a esta área de trabajo en un pueblo como Suchitoto? ¿Se te han abierto puertas? 

Puedo decir que me siento orgulloso de mi y de lo que hasta ahorita he logrado sin salir del pueblo. Si no me equivoco, soy el único hombre que se dedica a esto aquí en Suchitoto. Me siento dichoso de mi trabajo, ya que como es bien sabido, no está bien visto que un hombre se dedique a esta área, y aunque ahora ya es más visible, de igual manera seguimos viviendo en una sociedad machista y llena de prejuicios, pero gracias a Dios siempre he tenido el apoyo de mi familia, especialmente de mi madre que lo es todo para mí y de mis amigos y amigas que han estado ahí siempre. 

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¿Se me han abierto puertas? ¡Claro! Tal vez alguien puede decirme que ni siquiera me he dado a conocer fuera de Suchitoto, que no trabajo en cierto lugar o algo por el estilo, y sí, puede ser, pero con el hecho que alguien recomiende mi trabajo significa muchísimo para mí, y afortunadamente he tenido trabajo hasta ahora. Gracias a Dios muchas veces trabajo todo el día, y claro, otros que han estado súper calmados, pero hay trabajo.  Me han buscado para maquillar hasta 10 señoritas en una jornada, y alrededor de 4 veces me han buscado para maquillar a las candidatas de las fiestas patronales de aquí de Suchitoto. Así es como he crecido poco a poco. 

¿Qué es lo bueno y lo malo de desempeñarte como maquillista? 

Lo bueno es que me dedico a algo que me encanta como no tienen idea. Amo lo que hago, me fascina realizar maquillajes y tener personas que me apoyan siempre. Por otro lado, lo malo y creo que vuelvo a lo mismo, el vivir en una sociedad machista, ya que no les debería de importar tu orientación sexual o tu identidad de género para poder trabajar o dedicarte a lo que te gusta, nadie debería ser cuestionado o señalado por hacer lo que le apasiona, con solo hacer bien tu trabajo y que a las personas les guste debería bastar, y no tener que llenar todo de prejuicios.

Háblanos también de tu experiencia con las uñas acrílicas.

Mi experiencia en las uñas fue lo que dio inicio a todo esto, comencé por dedicarme a decorar uñas, siempre a domicilio, así es como me di a conocer, haciendo dibujos a mano alzada. Sin duda ha sido una experiencia única ya que comencé con unos cuantos esmaltes, pintándole las uñas a una de mis tías (Tía Tocha como le decimos). Cuando ella descansaba me iba a su casa a pintárselas y poco a poco una que otra muchacha que me conocía o veía la decoración que le había hecho a otra me pedía que llegara a decorárselas a ella también, y así fui haciendo clientas. Luego me dediqué a hacer uñas acrílicas, aunque al principio no era tan común que alguien quisiera andarlas, no era algo que estaba tan en tendencia como ahora. 

Al hablar de maquillaje ¿Cuáles son tus aspiraciones? ¿Cómo te ves en el futuro?

Mis aspiraciones al dedicarme a esto es llegar a ser cada día mejor, que a mis clientas les siga gustando mi trabajo, poder especializarme y tener siempre lo mejor y lo que está en tendencia.

En un futuro me veo con mi propio local y no hablo de un alquiler si no uno propio, decorarlo como yo quiero y  que cada persona que llegue se vaya con la mejor de las satisfacciones de saber que se le realizó un trabajo limpio, dedicado y con el mejor de los gustos.

Y por último, pero no menos importante, darme a conocer no sólo fuera del pueblo si no fuera del país también.

¿Qué le dirías o qué consejo le darías a todas esas personas que sueñan con ser maquillistas también? 

Les diría que no dejen de hacer lo que les gusta, que no dejen que terceras personas arruinen sus sueños y sus metas, que confíen en ellos mismos porque el mundo del maquillaje es tan lindo y es prácticamente un arte.

¿Qué puede esperar una clienta de tus servicios?

A parte del uso de productos de calidad, también una atención personalizada, amabilidad, un buen servicio y sobre todo siempre al día con las tendencias en belleza.

Compártenos tus redes sociales o los medios por donde pueden contactarse para agendar contigo. 

Por Erika Morales