Hay sueños que se miran desde lejos y parecen imposibles, volar entre las nubes y tocar el cielo podrá parecer una ilusión lejana, pero nunca imposible de alcanzar. Esta es la historia de una niña, que al escuchar el sonido de los aviones corría al jardín de su casa, para desde allí, verlos pasar por los cielos de su pueblo. Esta es la historia de una niña que mirando al cielo y extendiendo sus brazos un día se dijo que ella también podía volar.

¿Volar? ¿Se imaginan lo que significa volar? Volar fue el sueño imposible de Leonardo Da Vinci, quien hizo tantos inventos como intentos por volar. Pero esta es la historia de Alexandra, la niña de Suchitoto que un día salió del pueblo, para estudiar, luchar y alcanzar su sueño de aprender a pilotear aviones y volar por los cielos del mundo.

Fátima Alexandra Vásquez es un joven de apenas 24 años originaria de Suchitoto, quien al preguntarle como nace su pasión y sueño por convertirse en una piloto aviador nos recuerda aquellos momentos de su infancia donde salía al encuentro de los aviones que cruzaban el cielo de su natal Suchitoto, ella nos dice: Realmente es algo difícil de responder, pues desde muy pequeña sentí ese amor y admiración hacia el cielo y los aviones, no sé exactamente cuando inició, pero cada vez que intento recordarlo llego a la conclusión que siempre estuvo ahí. Mi familia recuerda que solía gritar de emoción cada vez que veía un avión y corría al jardín a decirles adiós cómo todo niño. Recuerdo que cuando aprendí a usar un reloj lo primero que hice fue tratar de calcular los horarios a los que los aviones pasaban por mi casa para salir a observarlos. Ahora que soy piloto descubrí que Suchitoto está debajo de una ruta importante para los aviones que vienen a nuestro país, por eso es que los veía tanto de pequeña.

 Pero lograr estos sueños no es cosa fácil, Alexandra nos cuenta que lograr sus metas, ha requerido de mucho esfuerzo y dedicación, que la llevaron primero a estudiar mecánica de aviación y obteniendo el título de técnico en mantenimiento aeronáutico en el Instituto Técnico EXSAL y luego ingresa a la Escuela de Aviación Flight Training El Salvador donde por fin luego de mucho empeño obtiene el título de piloto aviador, logrando de esta manera escalar su ascenso progresivo hacia su gran sueño de pilotear un avión y volar de manera profesional.

Al hablar sobre su formación ella nos cuenta: Nuestra educación es con base a licencias, cada licencia es un nivel de exigencia mayor al anterior, inicias como piloto estudiante y es ahí donde vuelas solo por primera vez. Luego piloto privado, en esta licencia estás capacitado para realizar vuelos internacionales con algunas limitaciones de distancias y poder realizar vuelos de manera segura sabiendo responder a emergencias. Luego está la habilitación por instrumentos donde aprendes a volar una aeronave en condiciones donde tu visibilidad es nula como en vuelos nocturnos y en mal clima, posteriormente está piloto comercial donde perfeccionas todas tus habilidades y estás capacitado para volar con pasajeros. El siguiente nivel es la habilitación bimotor donde aprendes a volar aeronaves de dos motores, pues estas requieren mucha más habilidad y conocimiento y por último piloto instructor donde aprendes a reconocer las necesidades de cada estudiante y enseñarle a volar, actualmente soy mecánica de aviación y piloto instructor.

¿Cuál sería tu trabajo soñado?

Me encantaría trabajar como piloto en una aerolínea que realice vuelos transatlánticos, para poder cruzar los continentes casi a diario y sobrevolar los océanos.

¿Qué tan común es que las mujeres estudien para ser pilotos? Y ¿cómo te sientes al  haber estudiado esa carrera?

Cuando inicié éramos muy pocas niñas dentro de la carrera, en mi escuela de aviación éramos sólo 2, ahora gracias al esfuerzo de la autoridad de aviación civil por incluir mujeres en aviación somos muchas más, pues motivan a las niñas a seguir sus sueños y nos alientan a demostrar que podemos ser iguales o incluso mejores que los hombres, de hecho todo es muy equitativo en la carrera y no hay ningún trato diferente sin importar si eres hombre o mujer y eso es algo que realmente nos hace sentir satisfechas de nuestro desempeño.

¿Qué es lo que más te gusta de volar?

Cuando vuelas, vivís cada segundo y estando en el aire puedes apreciar el mundo de manera diferente, ves el lado más lindo de todo; estando allá arriba te olvidas de absolutamente todo lo que hay en tierra y la paz que sentís es indescriptible. No sé qué tiene el aire, no sé qué tienen los aviones, no sé qué tiene la inmensidad del azul del cielo que llenan muchísimo el alma.

¿De qué parte de Suchitoto eres originaria?

Nací y crecí mis primeros años de vida en el centro de Suchitoto. Luego de mudarnos, solía pasar mis fines de semana y vacaciones junto a mi familia jugando en sus calles empedradas.

¿Sigues visitando el municipio?

Sí, Suchitoto es uno de mis lugares favoritos, vuelvo cada vez que puedo, incluso cuando tengo que hacer vuelos turísticos trato de sobrevolarlo, Suchitoto me llena de nostalgia y melancolía, me hace recordar muchos de los días más bonitos de mi vida.

¿Qué le dirías a todas esas niñas y mujeres que sueñan con estudiar aviación?

Sigan soñando, pero que ese sueño sea la razón por la que se levantan y siguen adelante cada día, los sueños se cumplen para quienes se entregan por completo, la aviación es el todo por el todo, sean disciplinadas, resilientes y constantes, cuando menos lo esperen estarán diciendo su nombre como piloto al mando de un avión.

De esta manera Alexandra ha ido alcanzando sus metas y sueños, tanto que hoy puede volar y mirar desde arriba el pueblo, su casa y aquel jardín desde donde un día una niña quizá sin quererlo descubrió su amor por los aviones, la pasión del vuelo y su sueño de pilotear un avión y volar, volar, volar.

Por Erika Morales