Las entidades culturales a lo largo de los años han sembrado la semilla del arte entre la niñez y las juventudes de Suchitoto, y tal como relata la parábola del sembrador*, las semillas lanzadas a la tierra, no siempre caen en buenas tierras, por diferentes circunstancias, algunas no alcanzan a crecer o dar sus frutos o se quedan en el camino, sin embargo, hay semillas que caen en buena tierra y rinden cada una con esfuerzo, sus propios frutos.

Este es el caso de uno de los jóvenes que pertenece a la primera generación de EsArtes. Él es un ejemplo de lo insospechado que pueden ser los frutos de las semillas que se siembran entre las juventudes del municipio, donde ellos y la vida los lleva y enrumba en nuevos caminos, donde si se tienen perseverancia, claridad y buena actitud pueden realizarse y alcanzar sus metas y sueños.

Compartimos una breve semblanza de Mauricio Cruz, quien nos habla de sus orígenes, su infancia vendiendo tamales pisques, sus oportunidades y la lucha por alcanzar sus sueños, vinculados al arte y el gran mundo de los audiovisuales, donde con fe y perseverancia va abriéndose camino a través de una de las productoras de audiovisuales independientes del país.

Mauricio Cruz: “La buena actitud te abre puertas aquí y allá” 

¿Quién soy yo?

Mi nombre es Mauricio cruz, tengo 26 años y soy originario de Suchitoto, pero tuve que emigrar hacia San Salvador en el 2010 en búsqueda de mejores oportunidades de crecimiento profesional.

Actualmente trabajo en la productora de audiovisuales Meridiano 89 Films. Inicié como Grip (luminotécnico), ahora también soy Camera Man (operador de cámara) y para ciertos proyectos director de fotografía.

Soy una persona llena alegría y me encanta compartirla. Pienso que la buena actitud te abre puertas aquí y allá, en Suchi y en cualquier parte del mundo.

Sobre mi infancia, Suchitoto y algunas experiencias:

Nací en una familia de escasos recursos. Mi padre tuvo que emigrar a EUA cuando yo tenía seis años y desde entonces, el cargo de seis hijos prácticamente quedó en las manos de mi madre .

Puedo decir que en mi infancia fui muy afortunado, aunque por una parte, tuve que trabajar desde muy pequeño vendiendo tamales pisques que hacía mi madre y cuidando los carros de turistas que llegaban a los restaurantes. Pero por otra parte, siento que recibí el cariño , apoyo y guía de muchas personas, las cuales fueron claves para mi desarrollo personal.

Al hablar de mi infancia en Suchitoto tengo que hablarles de mi mejor amigo Pablo Luers, a quien conocí mientras pasaba por una de las calles empedradas del Barrio Concepción vendiendo los tamales. Vi que tenía unos zapatos con llantas, y no podía dejar ir la oportunidad de preguntarle como se llamaban puesto que nunca había visto algo así. Él me respondió, bajé el huacal y de una vez me invitó a ponérmelos. A partir de ese momento nos hicimos muy amigos y, con el paso del tiempo pudimos compartir el estilo de vida de cada uno. Entonces mi infancia ya no era solo para trabajar.

Mi relación con el arte:

Mi primer contacto vino en el 2010 con el lanzamiento del proyecto ESArtes. En ese momento, la mayoría de mis amigos y yo estábamos involucrados en la cultura del Hip-hop y presentimos que el proyecto era una muy buena oportunidad para seguir desarrollando nuestros talentos.

Durante el primer año sentí que la actuación, como forma de expresión artística, no era lo mío, pero me llamaba mucho la atención la creación de ambientes a través de la luz, el montaje y todo lo que tenía que ver atrás con la puesta en escena. Entonces, un año después de haber participado en el lanzamiento del primer montaje “Voces de los cerros”, se me dió la oportunidad de ingresar a la escuela-taller, en donde inicié a estudiar una carrera técnica. Pero siempre con la idea de aplicar el conocimiento para el desarrollo de los montajes en las futuras obras y graduándome como técnico  en electricidad avalado por la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET).

Mi experiencia en ESArtes:

La describo con un antes y un después porque más allá de haber sido una escuela para la formación artística, para mí fue una escuela de formación para la vida. Pertenecer a EsArtes me ayudó a enfrentar muchas inseguridades personales, mejorar mi convivencia social y tener un panorama más claro de la realidad.

La generación de jóvenes, con la que me gradué, son una muestra palpable de que la semilla del proyecto no cayó en tierra infértil. Ahora puedo ver, en cada uno de mis excompañeros, la seguridad y las ganas con las que están llevando sus proyectos de vida. La mayoría son artistas que siguen explorando y algunos, lo hacen fuera del país, otros se han quedado en el proyecto y otros, continuaron con sus estudios universitarios.  A todos admiro, respeto y quiero muchísimo.

Mi experiencia en producción audiovisual:

Por mis conocimientos en electricidad llegué a ser contratado por la productora Meridiano 89 Films, en donde tuve la suerte de encontrarme con personas que se tomaron el tiempo para enseñarme sobre el equipo, la organización y la disciplina. A los tres años y medio de haber empezado a trabajar en el área de la producción audiovisual, el director Arturo Menéndez junto a Meridiano 89 Films inician la producción del largometraje Malacrianza. En ese proyecto fue donde pasé a realizar más y distintos roles. Uno de ellos fue ser el segundo en grabación de audio directo y en otras ocasiones ser quien operaba el equipo de iluminación (gaffer).

En 2015 con una con producción entre El Salvador y Estados Unidos se lleva a cabo la película Relentless, en la cual pasé a ser el jefe de eléctricos. Luego, en el año 2018 con el apoyo de los fondos Pixels, Menéndez, Meridiano 89 Films, entre otros, producen la película La Palabra de Pablo, en la cual puedo decir que tuve la oportunidad de ver la producción audiovisual a mayor escala porque pude aprender más aspectos junto a un equipo de profesionales destacados en la producción audiovisual salvadoreña y mexicana. Y así obtuve el crédito de segundo asistente de cámara.

En la actualidad, sigo trabajando en la productora para campañas publicitarias, políticas e institucionales.

Mi opinión sobre las oportunidades de desarrollo para las artes en Suschitoto:

Considero que Suchitoto siempre ha tenido a personas que han estado comprometidas con el desarrollo de la ciudad y de las nuevas generaciones, abriéndonos y manteniendo los espacios en donde la población pueda tener el contacto con el arte, la historia y espacios para la libre expresión. Mas bien, creo que se debe de promover y motivar más a la población para que haga uso de ellos.

Y sobre el rubro audiovisual, pienso que Suchitoto podría desarrollar a través de la industria creativa una plataforma de crecimiento económico y social porque estoy seguro de que tenemos mucha historia, potencial artístico y lugares a disposición que podríamos sacarle provecho.

¿A quién admiro? Admiro a todas las personas que luchan para un mejor vivir en este mundo.

¿Qué para que sirve el arte? No es que me considere artista pero, tengo en el arte un oficio que me permite vivir, conocer y disfrutar mi existencia.

Quiero motivar a todos los que una vez, y a los que siguen viviendo, en Suchitoto a sentirnos aún más orgullosos de nuestra ciudad, a que cuidemos y valoremos todos los espacios que tenemos. Porque el bienestar de nuestra ciudad depende de cada uno de nosotros, ¿o no?”

Fotografìas cortesìa de Mauricio Cruz

* “…Un día un campesino salió a sembrar. Mientras sembraba, algunas semillas cayeron en el camino. Poco después vinieron unos pájaros y se las comieron.

Otras semillas cayeron en un terreno con muchas piedras y poca tierra. Allí pronto brotaron, pues la tierra era poco profunda.  Pero las plantas no vivieron mucho tiempo porque no tenían buenas raíces, y se quemaron cuando salió el sol.

Otras semillas cayeron entre espinos. Cuando los espinos crecieron, las apretaron y no las dejaron crecer.

Pero otras semillas cayeron en tierra buena y produjeron una cosecha muy buena. En algunos casos, las semillas sembradas produjeron espigas con cien semillas, otras produjeron espigas con sesenta semillas, y otras produjeron espigas con treinta semillas...” (Mateo 13: 1-9)