Desde hace muchos años hemos visto desde la ciudad como las aguas del lago se cubren continuamente de una enorme alfombra verde de plantas: es la Eichornia crassipes, mejor conocida como  jacinto de agua o ninfa. Vista como una amenaza para la vida del ecosistema y desplazamiento de las embarcaciones, cada año se realizan diferentes acciones para detener o regular su proliferación en el espejo de agua más importante del país.

En el año 2014, el gobierno de El Salvador a través del Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales MARN adquirió una barcaza, -la primera de este tipo para el país- diseñada exclusivamente para recolectar de forma más rápida, eficiente y autónoma estas plantas invasoras que afectan principalmente las lagunas de Olomega, El Jocotal, la Laguna de Metapán en el complejo Güija y el Embalse del Cerrón Grande.

El jacinto de agua, es una planta acuática de alta proliferación que afecta las posibilidades de navegación y pesca en el espejo de agua, afectando la perdida de luminosidad y eutrofización. Por esta razón el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) con el apoyo de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), a través del proyecto Fondo del Agua invirtió más de $221,000 dólares en la compra de este equipo.

La barcaza recolectora, cuenta con una pala mecánica en forma de caja abierta que funciona como cortadora de plantas sumergidas, y recolectora de plantas flotantes, lo que permitirá realizar acciones de recolección de estas plantas con un espacio de 11 metros cúbicos y una capacidad máxima de carga de aproximadamente unas 4,600 libras.

La barcaza tiene el objetivo de contribuir a recolectar y disminuir la presencia de especies invasoras, pues se ha convertido en uno de los problemas que afectan anualmente la vida de los humedales. Sin dejar de señalar el alto grado la contaminación, la sobrepesca o pesca inapropiada, caza furtiva, la quema y tala ilegal, que afectan los humedales al generar erosión y pérdida de biodiversidad. Y suponemos algún día llegará a Suchitlán, mientras tanto…

De invasora a fuente de trabajo y recursos

La erradicación total de esta planta flotante es imposible, debido a su acelerada proliferación y los numerosos problemas que plantean los métodos de eliminación mecánica y química en una superficie tan grande como la del lago Suchitlán. Por lo tanto, en lugar de verla como una amenaza la debemos de ver como una oportunidad y adaptarla a las necesidades de crecimiento y generación de trabajos sostenibles para el municipio.  Por otra parte, esta visión nos hace apreciar y defender la coexistencia con la abundancia de estas plantas.

Así que, en lugar de verla como una planta invasora para la vida del ecosistema del humedal, proponemos verla como una excelente oportunidad para el desarrollo colaborativo de proyectos de experimentación e innovación en el medio rural, desde donde puedan construirse una industria verde con productos creativos, generando materias primas que aporten riqueza, empleo e identidad al municipio.

En artículos anteriores hemos hablado del añil, (ver artículos de Alejandro Gómez) como un recurso que puede convertirse en una Denominación de Origen, enmarcado dentro del concepto de “economía verde” y desarrollo sostenible que busquen la creación de industrias creativas amigables con el medio ambiente, el aprovechamiento de los recursos renovables, promoviendo procesos incluyentes y participativos que primen el bienestar social y la creación de empleos.

Una economía verde debe mejorar el bienestar del ser humano y la equidad social, a la vez que reduce significativamente los riesgos ambientales y la amenaza del daño ecológico, aportando a la generación de empleos. En este punto el añil y el jacinto de agua, son dos buenas alternativas para desarrollar proyectos de colaboración y experimentación socio-económica en Suchitoto.

Las ventajas del jacinto de agua, es que existe y se reproduce en grandes cantidades y no requiere ninguna inversión en cultivos. Es como el maná que en lugar de caer del cielo surge del agua.

En ese sentido proponemos la creación de un proyecto colaborativo que permita la utilización del jacinto de agua para elaborar productos que se puedan comercializar y favorecer la reproducción del proceso con otros recursos, como el añil, el sisal, el papiro y los juncos, además del polietileno y los plásticos.

Creemos que, desde alguna ONG, la Municipalidad o el gremio empresarial se puede impulsar una iniciativa que explore seriamente la viabilidad de esta industria, para aprovechar esta planta herbácea y convertirla en un elemento diferenciador para desarrollar una amplia gama de artículos, como muebles, artesanías, platos y utensilios desechables orgánicos, elementos de joyería y productos de papel, además de biogás, compost y paneles de jacinto.

Así que, la próxima vez que vea ese verde paisaje sobre las aguas del lago, piense en la cantidad de posibilidades y beneficios que podría traer al municipio si impulsamos el desarrollo de un proyecto colaborativo de experimentación e innovación que convierta al jacinto de agua en materia prima de una industria que de identidad y promueva el desarrollo creativo de una economía verde con la producción de recursos orgánicos y biodegradables.

La materia prima, la creatividad y la mano de obra están allí, solo hace falta la determinación por apostar en la inversión de proyectos innovadores que generen condiciones y pongan al municipio en la ruta del desarrollo de economías solidarias y verdes que cambien la visión tradicional del agro, el desarrollo, el empleo y la industria en Suchitoto.

Suchitoto debe tener en cuenta que no puede seguir sosteniendo su importancia en el sector turístico y cultural, sin generar acciones de desarrollo socio-económico dentro y con las comunidades. Eso significa explorar proyectos colaborativos que esten en armonía con el desarrollo sostenible y el medio ambiente. En un siguiente articulo exploraremos las grandes posibilidades del jacinto de agua o ninfa con algunas ideas para su implementación.   (Parte I)

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