El término “patrimonio” suele definirse como el legado del pasado, nuestro activo en el presente y la herencia que dejaremos a las futuras generaciones para que ellas puedan aprender, maravillarse y disfrutar de él. Cuando pensamos en patrimonio, lo hacemos en términos de lugares, objetos y tradiciones que deseamos conservar, que valoramos porque vienen de nuestros ancestros, porque son parte de nuestra vida cotidiana o porque son ejemplos irremplazables de fuente de vida e inspiración y se constituyen en puntos de referencia para nuestras vidas.

Pese a saber que el 70% del planeta y el cuerpo humano está compuesto por este vital líquido y que la vida no sería de ningún modo posible sin su existencia,  la situación mundial del recurso hídrico está en una grave crisis. Evidentemente no estamos valorando uno de los “patrimonios” más valiosos e irremplazables que te tenemos: el agua, como fuente que sostiene todo tipo de vida y energía vital para el planeta, el desarrollo humano, social y económico.

Aunque parezca inagotable, el agua disponible en el mundo es limitada y su uso inadecuado ha puesto en riesgo la provisión en calidad y cantidad a muchos lugares del mundo. Cerca de 1500 millones de personas en el mundo no tienen acceso al agua potable y se estima que dos tercios de la población mundial vivirán en severas condiciones limitadas de agua en 2025, según la ONU.

Por ello debemos tomar conciencia y actuar en defensa del vital y único líquido que sostiene la vida del planeta. Se dice que no podemos amar ni valorar lo que no conocemos, y a pesar de que el agua es la esencia de la vida, cada día actuamos sin apreciar ni valorarla lo suficiente.

 ¿Y si creamos un lugar donde vernos en un espejo para entender el valor irremplazable del agua? Un espacio para reflexionar y ver como el recursos hídrico sostiene al planeta y es fuente de vida y energía infinita?

Un espacio para escuchar los ríos, y contemplar la biodiversidad del mar, para conocer el ciclo del agua,  la importancia y usos de los ríos y lagos, un espacio para conocer la memoria del agua que sostiene el planeta, y ver que hemos hecho con sus fuentes en el planeta. ¿Que tal si creamos un espacio lúdico, un museo, una casa del árbol desde donde nos podamos ver interactuando y aprendiendo el verdadero valor del agua?