Por: José Carlos Landaverde
“El conocimiento nos hace libres, el arte nos hace libres. Una gran biblioteca es la libertad” -Ursula K. Le Guin
Las bibliotecas son las responsables de almacenar y custodiar la información, consideradas por algunos autores como “templos del conocimiento” por su majestuosidad de infraestructura con las que fueron diseñadas, pero sobre todo por resguardar parte del conocimiento generado por las grandes protagonistas e ilustres de la humanidad.
En Egipto y Mesopotamia, antes de la era cristiana, ya existían las bibliotecas y aunque solamente podía acceder un grupo privilegiado de la época, es decir, los sacerdotes y gobernantes, éstas no estaban abiertas al público en general. Todos los documentos resguardados se consideraban como un valioso tesoro que inspiraba a la élite de ese tiempo. Las colecciones estaban conformadas por tabletas de barro y rollos de papiro. Las tabletas, descubiertas en Mesopotamia, y que datan del segundo milenio antes de Cristo, se consideran los documentos más antiguos y cuyo soporte fue posteriormente sustituido por el papiro.
Fue en Grecia y Roma que las bibliotecas se pusieron al servicio de la comunidad, los estudiosos y eruditos fueron los principales usuarios de la época, en sus salas, se reunían para leer en voz alta, se discutían diferentes temas, intercambiaban opiniones y realizaban conferencias, entre otras actividades culturales. En el año 39 d.C. se fundó en Roma la biblioteca de Asinio Polión, considerada como la precursora de la biblioteca pública.
Así como las tabletas de barro fueron sustituidas por el papiro, debido a la facilidad con que se deterioraban, a finales de la Edad Antigua el papiro fue reemplazado por el pergamino, ya que este material ofrecía mayor durabilidad, facilidad para la escritura y comodidad para transportarlo de lugar en lugar. El pergaminofue el soporte que favoreció a la primera forma de libro.
La Biblioteca de Alejandría, conocida también con el nombre de “Biblioteca del Museo”, fue una de las más importantes de la antigüedad, su acervo tenía un estimado de 700, 000 volúmenes en sus colecciones, y en ella estaban resguardadas las colecciones del palacio del rey, lastimosamente fue incendiada y destruida por las invasiones así como por otros acontecimientos que se dieron en la época que ocasionaron su caída.
En la edad media muchas bibliotecas fueron destruidas por las guerras (entre ellas por causa de la religión) y gran parte de sus acervos eran tomados como trofeos y trasladados a otros países y ciudades. Fue durante esta época que la cultura permaneció en el amparo de los monasterios debido a este suceso nacieron las bibliotecas monásticas. El acervo de estas bibliotecas estaba conformado por tratados de doctrina, liturgia, etc. En ellas, también se atesoraban escritos cristianos como los pertenecientes a la literatura clásica profana.
En el renacimiento surge una renovación literaria, científica y artística la cual fue rescatada del olvido en el que se encontraba en la edad media. Esta época es trascendental en la historia con la difusión de la imprenta de Gutemberg en 1450, lo que propicia la formación del hábito de leer y otros acontecimientos económicos y sociales que favorecieron al desarrollo del arte, la literatura, la educación y las ciencias.
Las bibliotecas en El Salvador
En El Salvador, el 5 de julio de 1870, se funda la Biblioteca Nacional a través de un decreto creado por el Ministerio de Relaciones Exteriores e Instrucción Pública y firmado por el presidente de la República Francisco Dueñas y Gregorio Arbizú, ministro del ramo.
Entre las primeras colecciones, se destaca la que había pertenecido al Cardenal Lambruschini, secretario del Papa Gregorio XVI, la cual ascendía a unos 6.000 volúmenes y contaba con valiosos ejemplares, muchos de los cuales datan del siglo XVI y XVII.
La Biblioteca Nacional de El Salvador “Francisco Gavidia” (BINAES) tiene como tarea principal, servir de depósito y ser la encargada de controlar, organizar, conservar, y difundir la producción bibliográfica nacional.
En esta breve reseña que nos transporta a las bibliotecas de la antigüedad se puede destacar la importancia que éstas han tenido a través de la historia y como evolucionaron a pesar de los acontecimientos que se presentaron en diferentes épocas. Las bibliotecas son pilares fundamentales de la educación, pues abren puertas al conocimiento y a la cultura, desempeñando un rol fundamental en la sociedad.
La UNESCO define a la biblioteca como “una colección organizada de libros, impresos y revistas, o de cualquier clase de materiales gráficos y audiovisuales, sin olvidar los servicios de personal para proveer y facilitar el uso de tales materiales, según lo requieren las necesidades de información, investigación, educación y esparcimiento de los usuarios”
Los recursos y los servicios que ofrecen las bibliotecas dan la oportunidad de aprender; además, sirven de apoyo a la alfabetización y a la educación, y ayudan a dar forma a las ideas y perspectivas que son de gran importancia dentro de una sociedad creativa e innovadora. Asimismo, garantizan la existencia de un registro de los conocimientos creados y acumulados de generación en generación. Si las bibliotecas no existieran, sería bien difícil avanzar en áreas tan importantes como la investigación y los conocimientos humanos, preservar los conocimientos acumulados y el patrimonio cultural para las generaciones futuras (White, 2012).
En el ámbito público es primordial fortalecer las bibliotecas públicas y municipales, pues en un mundo tan excluyente no todas las persona tienen acceso por igual al conocimiento, por lo que es necesario destinar los recursos suficientes para robustecer las bibliotecas tanto en infraestructura, personal capacitado así como en recursos bibliográficos y electrónicos, y así reducir la brecha social de acceso al conocimiento sin ninguna limitante. Es obligación por lo tanto que los entes responsables destinen los fondos suficientes para el desarrollo de las bibliotecas y esto solo se puede lograr con una gestión eficiente de las autoridades responsables.
La Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA), define a las bibliotecas públicas como “una biblioteca general abierta al público (aun cuando sus servicios se encuentren destinados principalmente a una parte de la población, como, por ejemplo, niños, personas con dificultades visuales, o pacientes de hospitales) que presta servicios a toda la población de una comunidad local o regional y que normalmente está financiada, en su totalidad o en parte, con fondos públicos. Sus servicios básicos son gratuitos o tienen una tarifa subsidiada”.
La UNESCO define a la Biblioteca Pública como un “centro de información que facilita a los usuarios todo tipo de datos y conocimientos. Los aspectos más destacables e importantes son: estar sostenida por la comunidad (fondos públicos) y estar abierta a todos, sin ningún tipo de discriminación”
Así también, las bibliotecas municipales, se refieren a un tipo de biblioteca que se encuentran al servicio de una comunidad determinada, bajo la administración de un gobierno municipal. En ellas se ofrecen servicios a toda la población local sin ningún tipo de discriminación y sin ningún costo; además, están integradas en la vida de la comunidad como centros sociales pero también como centros de información y apoyo a la educación y a la cultura.
En conclusión, las bibliotecas han trascendido con el uso de las tecnologías creando diferentes formas de almacenamiento, consulta y difusión de los recursos que resguarda; asimismo el rol del bibliotecario, como administrador y responsable de gestionar grandes cantidades de información, ha sido fundamental en este largo trayecto de evolución de la biblioteca, y esto hace que el compromiso por mantenerlas vivas depende de todos, pero principalmente depende del interés y compromiso que le den las autoridades responsables del financiamiento e implementación.
Por: José Carlos Landaverde
Fotos: tomadas de Internet.
Fuentes consultadas:
Arguinzóniz, M. L. (1999). Guía de la biblioteca: funciones y actividades. Trillas.
Gaston, L. (1970). Arte y ciencia del bibliotecario. Bowker.
La función que desempeñan las bibliotecas para garantizar el acceso a los conocimientos. (s. f.). Recuperado 23 de septiembre de 2021, de https://www.wipo.int/wipo_magazine/es/2012/04/article_0004.html
Sierra, V. G., & Rodríguez, A. G. (s. f.). La misión de las bibliotecas municipales en el mundo rural. 60