Fotografías y texto de Jorge Menjívar
Caminan por las calles, juegan, ayudan a barrer frente a sus casas sin pensar en la preocupación que tienen sus padres y madres. El 15 de noviembre del 2018 es la fecha límite para abandonar el terreno donde viven. La orden de desalojo fue emitida por la Corte Suprema de Justicia. Llegaron el 6 de agosto del 2013, fundaron la comunidad Schafik Hándal –en honor al líder histórico del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional FMLN- un grupo de 30 personas que no tenían donde vivir y no contaban con la capacidad económica para continuar pagando los elevados costos de alquiler en la ciudad “Pájaro Flor”; también conocida como la capital de la cultura y denominado como el primer “Pueblo Encantador”
Poco a poco las familias que integran la comunidad fue creciendo, ahora son 83, quienes viven en un terreno propiedad del Estado salvadoreño, en un principio estaba a nombre del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) pero posteriormente fue transferido al Ministerio de Salud (Minsal) quien tiene proyectado la construcción de la Unidad de Salud del municipio; por ahora este establecimiento presta sus servicios a la población en una casa alquilada. “No es fácil estar siempre preocupados sobre qué pasará el día de mañana, que vamos a hacer, tenemos hijos y nietos; ¿a estos niños que les vamos a dejar?” dijo Linda Menjívar habitante de la comunidad, ha visto el crecimiento del lugar y como las familias han construido sus casas con láminas, carpetas y otros materiales. Todas las personas tenemos derechos y la salud es uno de ellos; está muy bien que construyan la Unidad de Salud donde hoy vivimos, pero “necesitamos que nos aseguren un lugar para vivir”
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Entre acuerdos y desacuerdos, un conflicto que inició hace seis años está a punto de llegar a su fin. “Hay un alto porcentaje de personas que no están de acuerdo con el traslado porque consideran que en el municipio hay otros terrenos donde podrían construir la Unidad de Salud” expresó José Simeón Morales; sin embargo, se mostraron abiertos a colaborar y ubicarse en un nuevo terreno, que sería financiado por la Alcaldía Municipal de Suchitoto. Tendrán la posibilidad de contar con títulos de propiedad y construir una casa digna con servicios básicos.
Desde el primer día que llegaron al terreno donde funcionó el extinto Instituto de Regulación y Abastecimiento (IRA) no han dejado de buscar la legalidad para tener lugar seguro para sus familias, solicitaron al MAG la donación del terreno, llevaron a la presidencia una petición sin obtener una respuesta. Mientras tanto, los rumores hicieron crecer un conflicto entre los habitantes de la comunidad y las autoridades municipales “si la alcaldesa dice que nos quiere ayudar, nosotros estamos dispuestos a ayudarle, para no estorbar el trabajo”. Pero si la fecha límite llega y no tienen nada seguro para las familias, no será posible que se vayan de la comunidad porque no tienen los recursos para buscar una casa para alquilar en cualquiera de los barrios de la ciudad.
“Ella (alcaldelsa) nunca nos había tomado en cuenta, siempre había pretextos, pero estuvimos dispuestos para recibirla y dialogar sobre nuestra situación” Pero fueron las organizaciones de mujeres que tienen trabajo, un continuo y sostenido en el municipio, quienes se acercaron, mediaron entre la municipalidad y la comunidad. Coordinación que les llevó a conformar una mesa diálogo para buscar soluciones creativas y colectivas, para solventar las realidades que viven las familias del lugar.
Integrantes de la junta directiva de la comunidad afirmaron que hay un mandado del presidente salvadoreño para encontrar un nuevo terreno y construir el nuevo asentamiento. El terreno proyectado para que las familias se mudarán, financiada por la municipal. El propietario solicitó cantidad mayor del valúo realizado por el Ministerio de Hacienda.
Faltan dos semanas que para que el orden de la Corte Suprema de Justicia sea ejecutada y aún no hay seguridad del lugar donde los habitantes de la Comunidad Schafik Hándal puedan mudarse; por el elevado costo del terreno, la opción es una propiedad municipal, pequeño y no es suficiente para todas las familias. “No vemos nada claro”, pero, “confiamos en las palabras de la alcaldesa de Suchitoto.