En Suchitoto algo ha cambiado. Las calles son las mismas calles, pero ya no tiene la algarabía y alegría de antes. Pocas personas salen, presurosas, con mascarillas, unas de colores, otras quirúrgicas y otras sencillamente blancas. Todas caminan apresuradamente como huyendo de algo, corren para abastecerse de comida para luego regresar a refugiarse a sus casas. Veo abuelos y abuelas que caminan a paso lento, llevando en sus manos alguna bolsita de compras donde llevan café y azúcar sin dudar.
Compras de pánico, en horas tempranas de la mañana el mercado municipal luce con mucha gente. En las tiendas luego de un par de días se empezaron a agotar algunas cosas. Las personas buscan harina de maíz, agua, aceite, granos básicos, azúcar, café entre otros. En horas de la tarde, Suchitoto se vuelve desolado. Por las noches pareciera un pueblo fantasma y solitario que está en eterna madrugada. En las noches apenas escucho el murmullo de la familia vecina y donde antes se escuchaba “música “desde las 6:00 am ahora hay silencio, está ausente la alegría y solo se escucha el cantar de los pájaros, esa melodía que hace mucho se ahogaba en el ruidoso amanecer del vecindario.
Suchitoto ha cambiado su ritmo de vida en estos días, El Salvador y el mundo, todo ha cambiado. El pueblo encantador de calles empedradas, casitas de colores y arquitectura colonial, su calor característico de todo el año, siguen igual. Pero en el ambiente algo ha pasado, entre el miedo, la valentía y humor las personas enfrentan una cuarentena exigida por el gobierno central. Pero el hambre y la necesidad no saben de cuarentena, y muchas personas deben de salir a trabajar. La gente de Suchitoto es trabajadora, emprendedora, generosa y de buen corazón, saben que hay que proveer y proteger a la familia.
Suchitoto es el terruño de Cuscatlán más visitado en nuestro El Salvador, una tierra mágica llena de belleza y esplendor donde encuentras bellos lugares por visitar. Hoy toda la actividad turística está detenida en el tiempo, el Turicentro del Lago Suchitlán, la Cascada los Tercios, Museos, Centros Culturales y Teatro están cerrados. Muchos hoteles, bares, están cerrados o con servicios limitados. Algunos restaurantes, comedores y pupuserías siguen trabajando con servicios solo para llevar, y algunos se lo llevan hasta su hogar.
Son tiempos difíciles para todos y todas, y lo son más crueles para aquellos que tienen muy poco o depende día a día de sus trabajos. Quienes viven en lo rural, siguen trabajando en sus campos, en sus siembras esperando las cosechas para poder vender en la ciudad. Seamos solidarios evitemos compras de supermercado y apoyemos el consumo local de nuestros agricultores.
Tengamos fe, todo esto va a cambiar. Pronto volveremos a disfrutar de la ciudad, saldremos a la calle libres a gozar de nuevo de esas tardes de domingo en el parque central, para compartir un atole chuco o una minuta con amigos y familia, pero mientras esos días llegan observemos y sigamos las recomendaciones de guardar distancia, lavarnos las manos y quedarnos en casa.
Recordemos que por ahorita estamos en cuarentena. Sé que es difícil, sé que es sacrificante, sé que para muchos nos ha costado asimilar todo y quedarnos en nuestras casas. Sé que hay muchas personas que día a día se ganan el pan diario con mucho esfuerzo y dedicación y deben salir a trabajar o vender, cuídense. Apreciemos su esfuerzo de abrir sus negocios con la esperanza de proveer a sus familias. Recordemos que muchos dependen de sus ventas para llevar el sustento a casa. Otros están dedicados a ayudar. Pero si no tienes nada importante o urgente que hacer afuera, quédate en casa, esto tendrá que pasar así sea en dos meses, o tres, o un año no lo sabemos, pero hay que tener paciencia.
Por eso hoy es cuando debemos solidarizarnos con nuestra gente, con nuestros vecinos, con nuestras amistades. Recuerde que, si usted puede ayudar o compartir con los demás, hágalo. No son tiempos fáciles y quizás vendrán peores, pero ahora es el momento de demostrar de que estamos hecho, de mostrar que somos fuertes, que somos solidarios, que somos gente de buen corazón esa gente que hace de Suchitoto un verdadero pueblo encantador.
Hoy es el momento de dar la mano al más necesitado. Si tú tienes un poco más que alguien que no tiene una tortilla para el día siguiente porque no dar un poco de lo que tenemos. Hay muchas personas que esta noche no dormirán pensando en que comerán sus hijos el día de mañana porque no todos tienen la capacidad de “acaparar” y tener reservas en sus casas y no salir de ella por unos cuantos días.
No olvidemos que somos más fuertes cuando trabajamos juntos y ayudamos a los demás. Ayudémonos todos y todas, extendamos la mano a quien de verdad lo necesita, en tu barrio en tu colonia en tu pasaje. Somos suchitotenses de corazón este tiempo pasará y todo estará bien. Pronto volverán días mejores llenos de luz y de esperanza. Ahora es tiempo de ayudarnos y ser fuertes, sabiendo que la mejor manera de estar juntos es quedándonos en casa, apoyando a nuestras familias porque juntos saldremos de esta.
¡Arriba esos ánimos que pronto vendrán tiempos mejores!
Por Julissa Padilla
Fotos: Edwyn Guzmán