En el marco del Día Internacional de la Mujer, te hablaremos sobre la lucha de las mujeres jóvenes de la zona rural de Suchitoto. La vida de ellas también ha tenido obstáculos para poder llegar a puestos que antes no les era permitido.
Como ya se sabe, por mucho tiempo, la mujer ha tenido dificultades para poder estudiar, ser profesional o aspirar a un cargo, algunas de las razones marcadas ha sido la falta de recursos económicos, el traslado desde la zona donde viven hacia la universidad, o simplemente porque adoptan el papel de madre al cuidar a sus hermanos menores, cuando sus padres tiene que trabajar.
“Es un día que ayuda a que cada mujer recuerde que es importante, no más, no menos, pero si igual y con los mismos derechos que los demás, día en el que se ve que no ha sido fácil pero no es imposible lograr nuestras metas”, dice, Deysi Lizeth Avalos Artiga, una joven 19 años de edad, originaria de Suchitoto. Vive en la comunidad Copapayo a unos 13 kilómetro de la ciudad. Nació un 22 de junio del 2000. Ella nos cuenta su lucha para poder ser profesional.
“Me saben decir Deysi y para mí está bien” dice la joven. Ella cuenta que en su familia son cinco en total, de los cuales cuatro son mujeres: su madre, sus dos hermanas y ella. Expresa que una de las dificultades que tuvo su madre para no ir a la escuela, fue la guerra que vivió nuestro país. La cual les arrancó a muchas mujeres los sueños de ser profesoras, doctoras, enfermeras, entre otras. “Mi mamá estudió hasta 2° grado, pues el conflicto que nuestro país enfrentó en los 80’s no le permitió continuar”.
Su hermana, Erika Avalos, fue la primera de su familia en asistir a una universidad, pero por problemas de salud de su madre, tuvo que abandonar sus estudios. Erika estudiaba Licenciatura en Lenguas Modernas, en la Universidad de El Salvador. Aunque actualmente, ha continuado con un curso de inglés en el Centro de Arte para la Paz.
Deysi cuenta la situación de salud de su madre:
“Mi mamá enfermó un día después de haber nacido Daniela (mi hermanita menor), mientras ella estaba en hospitales (de la mujer y Rosales) mi papá viajaba todos los días a visitarla, saliendo a las 5:15am y llegando a casa en ocasiones 7 u 8pm, a veces caminando, porque lo dejaba el último bus que llega hasta mi comunidad, Copapayo”.
“Mi mamá pasó un poco más de tres meses internada, de los cuáles sólo dos semanas estuvo consiente, por dicho motivo mi hermana mayor, con 1 año en la Lic. Lenguas Modernas de la UES decidió dejar sus estudios… Ella y yo cuidamos desde los dos días de nacida a nuestra hermana, con ayuda de una tía quien nos orientó mucho sobre cómo se cría un bebé, también familiares y amigos nos ayudaron con lo que podían…”
La situación de su madre fue muy delicada, ya que un año después de haber nacido, Daniela, la mamá fue dada de alta. “En ocasiones recuerdo que realizaba las tareas con mi hermana en brazos” dice Avalos
“Cuándo estaba pequeña recuerdo que decía que sería una profesora”. Expresa Deysi, ella ha destacado mucho en su centro escolar en el cual estudió. Las buenas notas y el excelente comportamiento la llevaron a ser apreciada por sus profesores, ya que a pesar de las dificultades que vivían en su hogar, trataba de dar todo de sí, para no dejar morir su sueño de ser una profesional en el futuro.
Es así como en el 2018, aspira a estudiar Licenciatura en Psicología, en la Universidad de El Salvador. “Al principio me llamó la atención porqué conocí la función de una psicóloga, la cual busca ayudar a las demás personas en lo que consideran les está afectando, veía mucho dolor, sufrimiento y dificultades que las personas reprimen y yo quería poder ayudarles a salir de eso. Mi propósito es tener una base teórica-científica, una preparación académica que me respalde y oriente a ejercer dicha ayuda “añadió.
Sin embargo, el camino no ha sido del todo fácil. Lo económico es su principal obstáculo, aunque sus padres le ayudan con dinero, obtenido de la agricultura son “ingresos que no cubren los gastos de la universidad” en su totalidad. No obstante, se siente orgullosa de recibir la ayuda de sus padres, ya que “también sé que estarán orgullosos de mí al final si logró terminar y graduarme, por lo que sigo”, dice.
Por otra parte, Deysi agrega “me aceptaron la solicitud para un programa de préstamos universitarios, así como la solicitud para una casa estudiantil, con la cual inicié y aún sigo mis estudios, en ocasiones omito una hora de comer, o el tener algo que me gustaría, pero sé que es porque quiero seguir y lograr esa meta”.
Al preguntarle: ¿Qué crees que es lo más difícil para una mujer en esta sociedad? Dijo:
“Ser mujer aún sigue siendo sinónimo de inferioridad, con estereotipos tan marcados en nuestras mentes, al respecto se crea una barrera para todas las mujeres que buscan ser profesionales y laboral, que buscan estar en un lugar digno y merecedor de acuerdo a su capacidad y no a su género. ¡Lo más difícil para una mujer es romper los prejuicios que minimizan a las mujeres en general y que nos impiden en ocasiones tomar la iniciativa para buscar un cambio y luchar por ser quienes queremos ser (licenciadas, ingenieras, etc.) y no lo que esperan que seamos!” Afirmó.
Asimismo, le preguntamos ¿Crees que en la actualidad existen las mismas oportunidades para las mujeres como para los hombres? “Sí, ya se ha ampliado el ámbito o camino para las mujeres, legalmente puede participar en política, puede seguir sus estudios superiores, puede ser parte de las diferentes entidades de seguridad de nuestro país, etc. Pero lo que falta es aún más importante, falta el que las mujeres podamos creernos capaz de llegar hasta ahí y eliminar lo que los demás digan e impiden, falta un apoyo al desarrollo por igual, sin restricciones de género estatus social o económico”.
Por ello, se describe como una mujer fuerte, capaz y solidaria, que le gustaría trabajar en pro de las mujeres, para que puedan desarrollarse en diferentes espacios.
“Muchas mujeres de mi municipio no tienen acceso a información sobre temas básicos e importantes como salud sexual y reproductiva, derechos humanos, círculos de violencias, habilidades para la vida, plan de vida, etc. Por lo cual se aumentan los embarazos no deseados, poco nivel educativo y a consecuencia de ello pocas oportunidades de ingresos económicos necesarios para una buena calidad de vida… y muchas dificultades y problemáticas que se quedan sin mencionar”, añade.
Por otra parte, ha trabajado por el desarrollo de la juventud de su comunidad, en refuerzo de PREPAES, para estudiantes de bachillerato. Ha impartido clases de matemáticas a alumnos de segundo ciclo de la escuela en la cual estudió. Asimismo, está participando en un taller sobre Salud Sexual y Reproductiva con adolescentes de su comunidad.
¿Qué espacios te gustaría que existieran para las mujeres en Suchitoto?
“Espacios de atención psicológica y ayuda legal en procesos que se requiera un defensor cuando los recursos de las mujeres no puedan respaldarse por lo económico, asesoría y apoyo en dificultades de violencia, acoso, prevención en adolescentes sin acceso a conocimiento sobre temas sexuales que se les haga saber cómo de forma responsable vivir sus cambios biológicos en la adolescencia y sin riesgo a largo plazo que impidan su desarrollo y crecimiento personal”, finalizó.
Por Oscar Orellana