Debido al conflicto armado, los habitantes de la comunidad El Papaturro, en Suchitoto, se vieron obligados a dejar sus hogares y buscar refugio en un lugar seguro. Con el cese de la violencia, ocasionada por la guerra, en 1990 muchos decidieron regresar para reconstruir sus vidas y a la comunidad. Para revitalizar el tejido comunitario, los hermanamientos, solidaridad y apoyo de la cooperación internacional han sido importantes.
Para conocer sobre la historia de repoblación de la comunidad y los lazos fraternos de apoyo solidario para la reconstrucción de El Papaturro, conversamos con Francisco Martínez, habitante y líder comunitario, quien además es presidente de la Asociación de Desarrollo Comunal (PROGRESO).
Podría hablarnos sobre la historia de la comunidad, ¿en qué año repoblaron El Papaturro?
El Papaturro se ha repoblado un 25 de noviembre del año 1990, donde las primeras familias fuimos 25. Posteriormente, la comunidad fue creciendo. Cuando se distribuyó la tierra, se distribuyó entre 69 familias, acá se le otorgó a cada familia tres manzanas y media.
Aproximadamente, ¿cuántas personas habitan en esta comunidad?
En El Papaturro hay 150 familias, somos alrededor de unas 450 personas, entre hombres, mujeres y niños.
¿Puede compartirnos alguna anécdota sobre los días de repoblación de la comunidad?
Cuando llegamos a la comunidad, fue la parte de la construcción de las viviendas, porque las primeras champitas eran de puro plástico negro. Tuvimos que limpiar toda el área donde estábamos, vivimos como unos dos años en champas de plástico, hasta que, gracias a la cooperación internacional, los hermanamientos, logramos empezar a hacer la parte de construir. Íbamos a traer el agua en cántaros, no teníamos agua potable, íbamos a los ríos. Y era difícil la llegada porque todavía estábamos en el conflicto armado y se dieron algunos combates en plena comunidad.
¿Qué celebran hoy?
Celebramos los 32 años del hermanamiento de la comunidad El Papaturro. Luego de finalizar el conflicto armado, hermanos estadounidenses se solidarizan por la reconstrucción y el regreso a casa de las familias.
¿Puede contarnos más sobre el hermanamiento? ¿Con qué ciudad de Estados Unidos tienen esta relación?
Nosotros estamos «hermanizados» gracias a la cooperación internacional y cooperación solidaria, en ese momento la comunidad llega de 1990 a 1992. Cuando se firman los Acuerdos de Paz, empiezan a llegar las delegaciones internacionales a estas comunidades para solidarizarse por el respeto a los derechos humanos, pero también para apoyar en la reconstrucción.
Yo recuerdo la primera delegada que nos apoyó para instalar la primera tubería con sistema de agua, que era poliducto, se llama Pati Loli, que vive aquí con nosotros. Y nos hermanizamos con Pati Loli, con una delegada que se hizo ya parte de la comunidad. Gracias a la ciudad de Kansas hoy conmemoramos pues 32 años, 32 años de contar con ese apoyo moral y solidario.
¿Qué beneficios le ha traído a la comunidad el hermanamiento?
Además del apoyo moral, solidario en todas las luchas reivindicativas que hicimos desde los 90 a los 2000, cuando estaba el tema de los tratados de libre comercio, la privatización del agua, la privatización de la salud, nos acompañaron todas las delegaciones en ese apoyo a la lucha que teníamos el pueblo salvadoreño en ese momento; pero luego directamente a la comunidad, el apoyo en la parte de educación, en la parte de salud nos han brindado mucho apoyo, a veces con medicina, con brindar educación a los niños con algún libro, también han apoyado en campañas para desarrollar procesos de formación con jóvenes para que mantengamos fuertemente la organización y a la comunidad, la comunidad es ejemplar en el tema organizativo con la juventud.
A partir del hermanamiento, ¿qué actividades o proyectos se han llevado a cabo en beneficio de la comunidad?
Se ha promovido fuertemente lo que es la educación en el tema ambiental a nivel de la escuela y a la juventud, hay un comité ecológico que ha sido apoyado por la cooperación solidaria para mantener una comunidad limpia y una comunidad sana, gracias a Dios, eso nos ha fortalecido.
¿Hay alguien en particular que cree que deba ser reconocido por su contribución a la comunidad?
Tenemos especialmente a Pati Loli que ha sido parte del Proyecto El Salvador que ha apoyado fuertemente al programa de mujeres, el primer comité de ahorro aquí en Suchitoto inició en esta comunidad gracias al apoyo de Pati Loli y el Proyecto El Salvador. Y también el hermanamiento de Laura en Kansas que ha estado siempre apoyándonos fuertemente aquí.
¿Qué mensaje le gustaría enviar a la ciudad hermana?
En estos 32 años, quisiéramos enviarle un saludo especial a las nuevas generaciones que se han incorporado al hermanamiento de El Papaturro, de Laura en Kansas y Proyecto El Salvador a través de Pati Loli que van trasladando gracias por esa conciencia social hacia la nueva generación de jóvenes para que sigan hermanizados. Es una de las comunidades que todavía conserva el hermanamiento en Suchitoto.
El mensaje es ir trabajando a la nueva generación de jóvenes para que se integren a hermanizarse con una comunidad aquí en El Salvador, ya que la pobreza sigue avanzando, las desigualdades sociales siguen creciendo en este país y necesitamos el apoyo solidario de estos pueblos que siempre han estado con El Salvador.
Por Elvis Salguero