En el contexto de la conmemoración del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, compartimos una entrevista con Verónica Salazar, una mujer defensora de derechos humanos y de mujeres que viven situaciones de violencia. Es integrante de la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local desde hace 12 años aproximadamente.

Hoy visibilizamos una voz valiosísima en la lucha por una vida libre de violencia hacia las mujeres. En esta entrevista, Bea, como gusta ser llamada, aborda uno de los problemas más delicados, denunciados y poco atendidos en Suchitoto: las cantinas. El punto central esta vez, sin embargo, es el sinsentido de tener negocios de este tipo frente a una unidad de salud sin ningún tipo de regulación; ebrios en la vía pública, cultivo perfecto para violencia, acoso, desórdenes y ruido. Hechos delicados teniendo en cuenta que a estos centros de salud asisten mujeres embarazadas, niños, ancianos y adolescentes.

¿Qué opinión le merece que en Suchitoto el fenómeno de los expendios de aguardiente en zonas residenciales esté tan extendido y normalizado por nuestra población?

“Creo que es un verdadero problema que se sigan dando permisos para la venta de alcohol sin ningún tipo de regulación. ¿Por qué razón? Porque este problema no solo pasa a nivel urbano, sino también comunitario, es decir, en las zonas rurales. En estas partes del pueblo la venta de alcohol adulterado y «legal» provoca un sinfín de inconvenientes que ponen en riesgo la vida de las mujeres principalmente, y también en la salud de quienes lo consumen en exceso. Por otro lado, en el área urbana hemos señalado muchas veces a estos negocios desde un diagnóstico de brechas de desigualdad de género en Suchitoto que hicimos en el año 2009, cuyo contenido incluía un mapa que exponía las situaciones de riesgo que las mujeres percibían a diario, y que los lugares que propician estos riesgos son las cantinas. De ese modo, este problema ha sido señalado por nosotras desde hace mucho tiempo, pues la apertura de estos negocios causan serios flagelos a la población”.

¿Son pues, las cantinas fuentes de malestar y cultivo para hechos de violencia hacia las mujeres?

“Por supuesto, como les digo, en ese diagnóstico hicimos preguntas a muchas mujeres sobre los lugares más inseguros para ellas, y los más mencionados fueron las cantinas. ¿Qué pasa en estos lugares para que sean considerados así? Estamos hablando del acoso a las mujeres y niñas, de los desórdenes que provocan los borrachos que consumen licor en estos lugares y que afectan directamente a la población que vive cerca. Incluso hasta hay ebrios desnudos en la calle. Entonces, pues, esto no representa solamente un problema de imagen al pueblo, sino de la inseguridad que nos provoca a las mujeres caminar por estos lugares mientras hay personas borrachas que acosan, agreden e incluso persiguen a mujeres cuando pasan caminan por la calle”.

Ya que lo menciona, hay evidencias de lo que usted denuncia. Existen quejas y pruebas sobre un ebrio que, al estar borracho, persigue e insinúa cosas sexuales a mujeres que transitan por donde consume aguardiente. Además de otros sujetos que se ponen a beber en una de las calles principales del barrio El Calvario.

“Sí, es un serio peligro. Porque también niños y niñas caminan por esos lugares. Entonces, ¿qué garantías tienen de que no sufrir agresiones y acoso sexual? Lo empeora el hecho de que no exista control real de estas situaciones y se sigan dando permisos. Sin embargo, también se carece de programas de rehabilitación para estas personas, pues el alcoholismo es una enfermedad como tal. En tal sentido, no hay preocupación alguna de las instituciones públicas en resolverlo, pues se ha visto que cuando hay denuncias para que desalojen a borrachos, lo que hacen es moverlos a otro lugar, lo cual no resuelve de ningún modo el problema”.

¿Cuáles cree que son las consecuencias directas sobre el entorno donde funcionan este tipo de negocios?

“Violencia, inseguridad, conflictos, suciedad, pues muchos de ellos hacen sus necesidades en plena vía pública. El alcoholismo no solo es un problema de hombres, también lo sufren tristemente mujeres. Yo no veo a nadie atendiendo este problema de salud pública. De hecho, hemos constatado que mujeres ebrias han sufrido abusos sexuales en estos lugares por personas que, supuestamente, están en su sano juicio”.

De manera concreta, ¿abona más la libre venta y consumo de alcohol al fenómeno de la violencia hacia las mujeres? Teniendo en cuenta que hay muchos casos documentados de acoso y violencia sexual.

Por supuesto que sí. A ver, entre más espacios de venta haya, mayor riesgo de que hechos como estos sucedan, pues se piensa que solo por estar ebrios hacen actos de violencia, cuando es sabido que el alcohol refuerza o les da más valor para hacerlo. Con la justificación de que su comportamiento solo es porque estaba bolo. Como te imaginas, la violencia comienza con palabras y luego termina consumándose en agresiones y violaciones sexuales.

¿Conoce si existe alguna ordenanza o regulación de estos negocios?

Hay una ordenanza que regula todo esto, pero parece ser que hay desconocimiento generalizado. De hecho, hace varios años la PNC junto con la Alcaldía unían esfuerzos para decomisar alcohol adulterado e ilegal en las zonas rurales, pero eso ya no se hace. En otras palabras, hay toda una ordenanza para esto, pero está engavetada ni se hace efectiva. Como sabes, estos negocios también son lugares propicios para otro tipo de ventas ilegales, como drogas y demás cosas.  Recuerdo, además, que se creó una organización junto a la alcaldía y otras personas para hacer una ley contravencional que protegiera los espacios públicos para una sana convivencia, y en esta ley se trataba el tema especialmente de las cantinas. En síntesis, las autoridades competentes no hacen mayor cosa para resolver esto, sabiendo que es un deterioro

¿Qué debería hacer la Alcaldía Municipal de Suchitoto en el manejo de este problema que afecta a las mujeres que transitan por estas calles  y a los vecinos de estos negocios?

“Aplicar la ley. Además, visibilizar a la población esta ordenanza, que la conozcan y sepan usarla para regular de mejor manera estas situaciones. Suchitoto es un municipio turístico, ¿no? Entonces qué estamos haciendo para proteger la imagen y el desarrollo del pueblo. Solo hemos escondido estos defectos, ya es tiempo de arreglarlos”.

En este sentido, ¿cómo valora el trabajo de la municipalidad en este problema?

A ver, de manera personal, nosotras como organización, hemos hecho una enorme labor para hablar sobre diversos problemas que atentan contra las mujeres, y niñas y adolescentes Hemos hecho marchas, plantones, hemos señalado los lugares donde hay personas que acosan y han existido violaciones. Hemos dicho hasta la saciedad en cada marcha y en cada protesta.Aquí hay personas que acosan, en esta cantina pasa esto, en este lugar hay riesgos para las mujeres, pero no vemos preocupación por parte de las autoridades en resolverlo. Siempre se preocupan cuando ya hay fallecidos, ¿entonces para qué? No solo se ve falta de atención de la alcaldía, también de la PNC, incluso del Ministerio de Salud.

Como Colectiva Feminista, ¿qué opinan del hecho de que en Suchitoto haya cantinas frente a una Unidad de Salud y en zonas residenciales? En clara violación a los siguientes artículos de la Ley de Convivencia Ciudadana:

Artículo 27, literal: i) Todo empresario que se dedique a la venta y consumo de bebidas alcohólicas y establecimientos de actividades de exclusividad de adultos, no deberá establecer sus negocios en cercanías de establecimientos educativos, religiosos, de salud y espacios de recreación pública; así como, no permitir el ingreso a este tipo de establecimientos, ni la venta a niñas, niños y adolescentes de dichas bebidas.

Artículo 44.- Ingerir cualquier tipo de bebida alcohólica, en aceras, parques, vías o cualquier otro lugar público o privado con acceso al público no autorizado. Perturbar la tranquilidad pública de los habitantes, participando o promoviendo en estado de ebriedad, escándalos o desórdenes en lugares públicos o privados.

“Como te digo, lo hemos dicho innumerables veces, señalado y denunciado en todos los gobiernos municipales que han estado en Suchitoto. No es saludable ni correcto que haya una Unidad de Salud donde llegan mujeres a pasar consulta, ya sea por embarazo u otra causa, con sus hijos e hijas y a los cinco metros haya una cantina. Es absurdo. En zonas residenciales se hace una venta indiscriminada, donde no existe regulación alguna sobre los ruidos, suciedad y malestar que generan. Estoy de acuerdo en que la gente disfrute con una bebida, pero no hacerlo en lugares públicos, donde atentan contra la tranquilidad y la sana convivencia”.

Entonces, ¿esta falta de interés por parte de las autoridades es debido a incapacidad o indiferencia?

Yo creo que son las dos. El desarrollo del municipio no solo tiene que ver con el aspecto de infraestructura o económico, sino abordar todo el ámbito social. Si las personas no estamos bien, el municipio tampoco puede estarlo. Se pueden tener las calles más bonitas, lugares hermosos, pero si la población se siente insegura al caminar por calles donde hay borrachos haciendo desórdenes, es imposible convivir así ni mucho menos tener un municipio seguro. Yo veo negligencia y poca disposición de todas las instituciones públicas competentes. Siempre buscamos evadir los problemas que tenemos enfrente, y así piensa mucha gente que no vive en estas zonas, pero ¿y los vecinos que tienen que soportar esto todos los días? Es triste.

Por consiguiente, ¿considera vital que se eliminen estos espacios de venta y consumo de alcohol en zonas habitacionales?

“Claro, por supuesto que sí. Aunque es complejo, pero existen mecanismos que lo permiten. Nosotras mismas lo hemos propuesto. En ese sentido, la alcaldía debería aplicar multas o sanciones para no se venda licor a menores de edad, que no se consuma alcohol en las aceras ni en ningún lugar público, etcétera. Por otra parte, esa falta de regulación da lugar a la venta de otras cosas, es decir, la venta de cerveza puede ser el camuflaje para ilícitos. Es una realidad que a muchos les cuesta aceptar, pero que está sucediendo. Finalmente, entiendo que los dueños de estos negocios necesitan un ingreso económico, pero que ese beneficio no perjudique a los demás, que mi negocio no afecte mi entorno. Esa es la clave”.

¿Algún llamado que quiera hacer a las autoridades competentes, PNC Turismo, CAM, Alcaldía Municipal de Suchitoto para subsanar estos problemas?

“Que lo abordemos como organizaciones comprometidas con el desarrollo de este municipio. No dar más permisos, regular o trasladar las existentes. No podemos tener negocios de este tipo cerca de escuelas, iglesias, centros de salud o zonas altamente transitadas. Una vez más, las instituciones públicas no están poniendo interés a esta problemática. La estamos dejando crecer sin pensar en los riesgos. ¿Hasta cuándo actuarán los encargados de solucionar esto? ¿Hasta que haya un asesinato frente a una cantina o un hecho de violencia grave? No sé, es preocupante. Desconozco si actúan por desconocimiento, pero como te digo y repito, nosotras desde el 2009 venimos denunciando y señalando todo esto. Hemos hecho mapas que señalan a las cantinas como principales lugares que son inseguros para las mujeres. Los mostramos a todas las instituciones para alertar sobre estos peligros. Además, dichos mapas fueron elaborados con base en la opinión de las mujeres en relación con la inseguridad que les transmiten algunos lugares, mencionando la casa, las carreteras, las calles por donde hay cañales, etcétera. Entonces ahí está todo lo que está denunciando la gente”.

¿Desea hacer un llamamiento a la población de Suchitoto para que tome conciencia sobre estos fenómenos?

“Que nos unamos, que señalemos y denunciemos para que se apliquen las sanciones que existen actualmente. El problema no es solo de los que sufren de alcoholismo, sino también para nosotras y los demás. No hay que permitir que siga extendiéndose con permisos. ¿Seguiremos permitiendo que bolos persigan y acosen a mujeres sin ningún inconveniente? ¿Vivir en esta inseguridad? Lo que hacemos es voltear la mirada, pero no sabemos si mañana podemos ser nosotros los agredidos o cosas peores.

Nos mantenemos en un cajón, pensando en que no puede cambiar. Yo pienso en la regulación de estos negocios, pero también cerrar aquellos que atenten contra la vida y el bienestar de los vecinos. Qué ejemplo le estamos dando a los niños y jóvenes, que el alcoholismo es normal. Por ejemplo, vos venís por la calle principal del barrio La Cruz y lo primero que te encuentras son grupos de borrachos departiendo en la calle. Eso es lo que pasan viendo a diario los estudiantes de bachillerato. Es vital la regulación, sé que es complicado, pero es perfectamente posible. Solo es cuestión de voluntad y compromiso con convertir a Suchitoto en un municipio libre de violencia, en especial hacia las mujeres”.

Por Luis Castillo