Vilma es una mujer de 53 años de edad, originaria del oriente del país en el departamento de la Unión, pero el corazón de sus luchas está en Suchitoto. Comenta que las circunstancias la obligaron a unirse a la lucha armada a muy temprana edad (apenas a sus 12 años), y esto la condujo al departamento de Cuscatlán, en Suchitoto, lugar donde decidió quedarse y reside desde 1986. Su visión y compromiso social la hacen incorporarse al trabajo de la salud comunitaria, afirmando que siempre le llamó la atención ya que durante el conflicto armado había situaciones que afectaban la salud especialmente de las mujeres.
Vilma viene de una familia numerosa; siendo la quinta de 12 hermanos, cuenta que sus hermanas mayores por circunstancias del conflicto se alejaron de casa y ella tuvo que asumir obligaciones domesticas y ayudar a cuidar a sus hermanos menores. Entre sus memorias, Vilma refiere a un momento especial en su vida, aquella vez, cuando su madre iba a dar a luz a uno de sus hermanos, allí vive su primera experiencia como partera: “mira no está quién me atiende a mí los partos y me vas a ayudar con el niño que va a nacer, tú lo vas a agarrar, metes las manos, metes un pañal grande… Yo estaba fría, no sabía qué hacer, pero me tocó atender a mi hermano” nos relata con risas al recordar tal evento, pero aún con miedo y angustia vuelve a atender otro parto de su madre años después. Aquel evento marco su vida, y le hizo comprender que el parto es algo natural, y que saber atender a una mujer en esas circunstancias es algo especial al participar del milagro de la vida.
En 1987 nace la organización CRC originalmente como el Comite de Repobladores de Cuscatlán y luego como el Comité de Reconstrucción y Desarrollo Económico y Social de las Comunidades, formando parte de los fundadores, en este espacio inicia su formación como promotora de salud, trabajando por mucho tiempo como voluntaria.
En 1991 surge el espacio en la Concertación de Mujeres en Suchitoto de la cual también fue parte en su creación y luego en 1994 nace la iniciativa de la Asociación de Parteras Rosa Andrade. Comenta que en sus inicios el grupo reunía experiencia en la atención de mujeres en parto, pero no tenían mayor formación ni teoría, sino solo experiencia y conocimientos empíricos. Es mediante la Asociación de Parteras que empiezan procesos de formación. Es así, que mediante un grupo de mujeres medicas estadounidenses desarrollan jornadas intensas de capacitaciones para poder ser parteras profesionalmente. Este entre otras muchas capacitaciones les permitió en aquellos años atender muchos partos ya que en esos tiempos las instancias de salud no eran tan abundantes ni accesibles.
La Asociación de Parteras surge en circunstancias donde el Hospital nacional estaba funcionando como una unidad de salud, por lo cual no respondía a las necesidades de todas las mujeres, a raíz de ello la labor de las parteras fue muy importante sobre todo en las comunidades rurales desprovistas de unidades médicas y trasporte.
A pesar de su enorme aporte, al pasar los años -nos cuenta Vilma- tuvieron muchas dificultadas, ya que el Ministerio de Salud prohibió el parto domiciliar. Sin embargo, su compromiso con la salud de las mujeres continuó. Y han continuado ayudando a las mujeres con controles prenatales, planificación familiar y consejería en pareja. Las parteras han comprendido su papel he importancia de la educación y también trabajan con centros escolares que cuentan con sexto grado y bachillerato dándoles charlas del tema salud sexual y reproductiva.
Además de su trabajo como partera, Vilma labora en la Concertación de las Mujeres donde administra y organiza grupos de créditos para mujeres. Ella es coordinadora del Proyecto Espera, en el cual se encuentran 21 mujeres con créditos donde se les brinda una atención integral, ya que ofrecen modalidades de créditos, donde se trata la violencia económica, maltrato y dificultades que sufren las mujeres dentro de los espacios donde viven.
Vilma destaca, que la atención personal y cercana de mujer a mujer crea un vínculo emocional de sororidad y cercanía íntima y es algo que muchas veces no se logra en los hospitales ni unidades de salud. Todas estas acciones las convierten en mujeres protagonistas del cuidado y atención a las mujeres, una combinación de parteras, educadoras con la salud sexual y reproductiva, atención económica y de violencia donde se investiga y si se requiere el caso se refiere a otra organización hermana de la Concertación llamada APDM programa dirigido a mujeres que sufren de violencia.
A lo largo de los años, la Asociación de Parteras ha llevado a cabo 4 encuentros de tipo Centroamérica, nacional y departamental donde se aborda el tema del papel actual que tiene la partera en la salud y exigiendo al Ministerio de Salud que se les reconozca su trabajo que por años ha sido invisibilizado. Son 30 parteras las que forman parte de esta asociación que trabajan desde 1994 voluntariamente sin mayor apoyo de instituciones ni de gobierno.
La Asociación de Parteras Rosa Andrade es parte de la Concertación de Mujeres de Suchitoto y cuenta con el respaldo de la Colectiva Feminista, organizaciones hermanas que unidas luchan por los derechos y el reconocimiento de su labor en la atención de la salud de las mujeres; así como por los derechos de las mujeres del municipio.
Vilma Coreas, es una de las mujeres protagonistas de las luchas sociales de las comunidades, una de las mujeres en resistencia de Suchitoto.
Por Julissa Padilla