La historia olvidada de los cines de Suchitoto: cuando la gran pantalla reinaba en el pueblo

Durante las décadas de 1960 y 1970, Suchitoto vivió una época dorada en la que las tardes y noches de cine eran el principal entretenimiento para sus habitantes. Aunque hoy muy pocos lo recuerdan, el pueblo llegó a tener tres salas de cine, un privilegio que pocas ciudades de El Salvador podían presumir en aquel entonces, nos comenta don Raúl González, quien fue uno de los últimos proyeccionistas del último cine que sobrevivió a los años ´70 en Suchitoto.

.

El Cine Suchitoto: los orígenes

Mucho antes de que el Cine Xotlán se convirtiera en un ícono, existió el Cine Suchitoto, propiedad de don Alfonso Cotto y su esposa doña Margoth Paz de Cotto, padres del reconocido cineasta Alejandro Cotto. Este cine funcionaba en lo que hoy es el espacio que ocupa la Caja de Crédito (Fedecredito), en el corazón del pueblo.

En aquella época, las proyecciones de las películas se realizaban con equipos de celuloides de 25 mm o 18 mm —no hay certeza del dato exacto—, pero eran con pantalla cuadrada y en blanco y negro. Las películas de Charles Chaplin, Harold Lloyd, Los Tres Chiflados, Tarzán, Cantinflas, Tongolele y Fannie Kauffman “La Vitola” eran parte del repertorio que hacía reír, soñar y asombrar a los habitantes de Suchitoto, recuerda don Raúl.

.

El Cine Coliseo: aire libre y modernidad

Sin precisar en los años, con el tiempo, surgió un nuevo espacio: el Cine Coliseo, instalado en un patio al aire libre en la casa de la familia Figueroa, frente a la antigua “Pensión Cañas” en el barrio San José. A diferencia del Cine Suchitoto, este contaba con proyectores del Circuito de Teatros Nacionales, lo que le daba un toque más moderno y lo hacía muy popular entre los jóvenes de la época.

El Cine Coliseo ofrecía era algo muy particular y eran funciones bajo las estrellas, lo que sumaba un encanto especial a las veladas cinematográficas. Era un lugar de encuentro, de noviazgos, de amigos y familias que buscaban desconectarse de las rutinas del pueblo a través de la magia del cine.

56742664 2499440803412895 5509901879183671296 n

.

El Cine Xotlán: el coloso de Suchitoto

Finalmente, llegó el Cine Xotlán, un proyecto impulsado por el entusiasta ciudadano Rutilio Melgar, quien también fue alcalde en tiempos bastante difíciles para el municipio. El Xotlán se construyó con una visión moderna: un escenario amplio, pantalla acrílica, cortinas elegantes y equipos de proyección Phillips importados desde Holanda, que para su tiempo eran considerados de lo más avanzado en El Salvador.

El cine Xotlán fue el último bastión de la era dorada de las salas de cine en Suchitoto. Situado en el centro del pueblo, ofrecía funciones de comedias musicales, humor blanco y las grandes producciones que llegaban con meses de atraso desde San Salvador, pero que para Suchitoto eran el máximo adelanto tecnológico que les permitía conectarse con el mundo del espectáculo.

Ir al cine era más que ver una película; era una experiencia comunitaria, una fiesta popular que reunía a familias, amigos, jóvenes enamorados y niños curiosos. Las filas frente a su taquilla eran testigos del fervor que despertaba cada función, donde los sueños y la fantasía se proyectaban en una pantalla gigante que deslumbraba en medio de la oscuridad.

Aunque en San Salvador ya existían cines como el Presidente, Vieytes y Apolo, para Suchitoto el Xotlán era un verdadero coloso. Representaba el máximo adelanto tecnológico y cultural del momento. Ver películas musicales, de humor blanco o de aventuras en su pantalla gigante era una experiencia inolvidable para quienes tuvieron la suerte de vivir esa época.

Todos los que vivieron esos años, recuerdan que estos espacios también sirvieron de escenario para graduaciones escolares, conciertos y otras actividades culturales y sociales que necesitaban de un lugar donde poder reunirse.

.

El ocaso de los cines en Suchitoto

Como en muchas partes del país, la evolución tecnológica, la aparición de la televisión y los altos costos de operación y mantenimiento fueron mermando la industria del cine en los pueblos. Poco a poco, las salas cerraron sus puertas. El Xotlán fue el último en resistir, pero finalmente también tuvo que despedirse en la década de los años 70, dejando una huella imborravle en la memoria de muchos suchitotenses y un vacío en la vida del entretenimiento social y cultural del municipio.

Hoy, muy pocos recuerdan que Suchitoto fue una vez un pueblo cinéfilo, con tres salas de cine que proyectaban sueños, risas y aventuras en blanco y negro. Esta breve reseña es apenas es un acercamiento a la historia de esos espacios dedicado al cine que forman parte de la identidad y la memoria cultural que merece ser rescatada en Suchitoto.

Sin duda, cuando hablamos de Suchitoto como ciudad cultural y cuna del cineasta Alejandro Cotto, pocos recuerdan estos años donde el cine ocupaba un lugar importante en la vida de los suchitotenses. Y mucho menos se recordará el aporte de los padres de don Alejandro Cotto con su cine que sin duda influyeron en su hijo, o la familia Figueroa y don Rutilio Melgar, quienes con valentía y visión soñaron con darle a su pueblo un espacio de arte y entretenimiento, aún cuando el contexto político y social de la época no era tan favorable.

Las salas de cine sin duda fueron símbolos de resistencia cultural, de apertura a la modernidad, de encuentro y convivencia comunitaria. Y aunque aún existe una de sus edificaciones, en los recuerdos de quienes vivieron esa época, las salas de cine, como el Xotlán, fueron templos de sueños colectivos que iluminaron generaciones, y nos recuerdan que la cultura, aunque frágil, tiene el poder de transformar y unir a las comunidades.

488075758 1067738855390917 8431890035167985255 n

.

Este artículo es también un reconocimiento a aquellas personas como don Alfonso Cotto y su esposa, la familia Figueroa, y Rutilio Melgar, cuyo entusiasmo y visión hicieron posible que el cine tuviera un lugar privilegiado e importante en la vida de Suchitoto. Gracias a ellos, generaciones de suchitotenses pudieron disfrutar de un arte que transformó la manera de ver el mundo y que hoy forma parte de la memoria histórica de Suchitoto.

Esta nota contó con la valiosa colaboración del escritor suchitotense Raúl González quien nos compartió algunos recuerdos y memorias de aquellos años.

PD: Estimado lector/a si usted tiene información, datos o fotografías de estos años, mucho agradeceremos nos las comparta para seguir construyendo la memoria histórica de Suchitoto.

Scroll al inicio
Ir al contenido