| Especial Día de la Tierra
Cada 22 de abril, el mundo se detiene por un instante su inercia para reflexionar sobre el estado del planeta. El Día de la Tierra no es solo una fecha simbólica: es un llamado urgente a cuidar el hogar común que habitamos. Sin embargo, en los entornos comunitarios del distrito de Suchitoto, departamento de Cuscatlán, la contaminación sigue siendo una realidad silenciosa y persistente, arraigada en las prácticas cotidianas, y muchas veces, invisibilizada.

A lo largo del recorrido entre el distrito de Aguilares y el de Suchitoto —un trayecto de apenas 20 kilómetros— se pueden observar diversas problemáticas medioambientales que evidencian la falta de una cultura ambiental y la ausencia de políticas locales efectivas. Hace dos décadas existía una ordenanza municipal que promovía la limpieza del territorio y sancionaba a quienes arrojaban basura en la vía pública. Incluso se hacían monitoreos constantes para evitar estas prácticas. Hoy, ese compromiso intermunicipal parece haberse desvanecido.



Un reciente esfuerzo investigativo realizado por el Complejo Educativo Caserío Los Almendros nos da una valiosa radiografía del deterioro ambiental que enfrentan más de 19 comunidades rurales. Estudiantes, equipados únicamente con sus celulares, capturaron imágenes impactantes de los lugares que habitan. Las comunidades indagadas incluyen El Líbano, San Francisco, Buena Vista, La Asunción, Haciendita I y II, Apolinario Serrano, La Mora, Mazatepeque, La Pita, Las Guaras, Santa Eduviges, El Barío, El Sitio, entre otras.


Entre los hallazgos más alarmantes se encuentra el antiguo puente de San Francisco, donde la barranca aledaña se ha convertido en un vertedero de basura a cielo abierto. La mayor parte de cunetas de la carretera están repletas de plásticos y desechos, muchos de los cuales serán arrastrados por las lluvias hacia los ríos, profundizando aún más el daño ambiental. Se está dando el fenómeno que, por las noches, personas inescrupulosas salen en vehículos a tirar bolsas o sacos llenos de basura.

En torno a las canchas de fútbol comunitarias —espacios de encuentro y recreación— abunda la basura, especialmente bolsas plásticas de agua, un reflejo de la falta de conciencia ambiental en eventos masivos. Las comunidades no cuentan con servicio de recolección de basura, lo cual obliga a muchas familias a quemar sus desechos o arrojarlos a espacios baldíos, perpetuando una práctica dañina tanto para la salud como para el ecosistema.

También se ha documentado la tala de árboles y la caza de fauna silvestre como pericos, venados, cusucos y garrobos, poniendo en riesgo la biodiversidad de la zona. A esto se suma la preocupación por la contaminación del agua potable como ha sido el caso de la Comunidad El Barío, los habitantes afirman que el agua dejó de ser apta para el consumo desde que inició la operación de la Granja “La Cuchera”. Esto ha despertado incertidumbre por parte de los lugareños que habitan en los perímetros aledaños a la nueva granja ubicada en la comunidad La Mora, que, dicho sea de paso, ya muestra evidencias de contaminación del aire por los malos olores que de ahí se generan.



Estas problemáticas no solo evidencian una crisis ambiental, sino también una crisis cultural y estructural. Malos hábitos, costumbres arraigadas y la falta de articulación entre liderazgos comunitarios, autoridades municipales y organizaciones sociales han permitido que el deterioro avance sin mayor resistencia.

En este Día Mundial de la Tierra, no basta con la reflexión. Es imprescindible la acción. Urge reactivar políticas locales que protejan nuestros entornos, fortalecer la educación ambiental desde los diversos sectores (las escuelas, Alcaldía, ADESCOS, SALUD, PNC y otras instancias locales) para fomentar una cultura comunitaria de cuido, colaboración y corresponsabilidad. El medio ambiente no es un tema accesorio: es un Derecho Humano fundamental.
La Tierra nos da todo para vivir. ¿Qué estamos dando nosotros a cambio?
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Una colaboración del Complejo Educativo Caserío Los Almendros, Cantón El Zapote, Suchitoto