El 8 de octubre de 2021, la Alcaldía Municipal de Suchitoto anunció el cierre de la Biblioteca Alejandro Cotto, argumentando que se llevarían a cabo “acciones de restauración” debido a su mal estado. La administración del exalcalde Denys Miranda prometió trabajar incansablemente para “rescatar” este y otros espacios públicos; aun así, esta fue una de tantas promesas incumplidas.
Por casi tres años, la biblioteca permaneció cerrada y sin ninguna intervención que facilitara su reapertura. No fue hasta el año 2024, con la llegada de una nueva administración municipal, que el espacio comenzó a reactivarse con actividades ocasionales, aunque sin las condiciones necesarias para su funcionamiento.
Durante este tiempo, el estado físico de la biblioteca se ha deteriorado aún más. La Gaceta Suchitoto pudo verificar la situación en una visita al lugar; sin embargo, no se nos permitió realizar un registro fotográfico que permitiera hacer una comparación con su estado anterior.
La lucha por tener una biblioteca en Suchitoto
La biblioteca fue fundada el 15 de julio de 1994 gracias al esfuerzo del exalcalde Isaías Sandoval y el reconocido cineasta Alejandro Cotto. Durante años, el lugar ofreció talleres de manualidades, círculos de lectura, y hasta un grupo de danza. Desde el año 2006, la profesora Cristina Olmedo es la encargada del espacio.
“Aquí han pasado generaciones enteras, niños que aprendieron a leer, jóvenes que hicieron sus tareas, adultos que encontraron en los libros un respiro. No podemos dejar que esto se pierda”, dice con nostalgia Cristina, quien ha dedicado 18 años de su vida a la biblioteca.
En el 2021, la noticia del cierre temporal de la biblioteca tomó a Cristina por sorpresa. Un sentimiento de incertidumbre invadió su cuerpo, pues temía por el futuro del lugar. Mientras el espacio permanecía cerrado, la profesora destinaba sus días a darle el mantenimiento requerido a los libros para evitar que se dañaran.
Según información proporcionada por Cristina, la inversión para la reestructuración de la biblioteca rondaba los 1.5 millones de dólares, considerando que además de la reparación del techo y las paredes, también planificaron la construcción de una segunda planta. Sin embargo, los trabajos de ampliación y reparación de la casa no se llevaron a cabo. El presupuesto final para la reparación es de aproximadamente 500,000 dólares, sin incluir la expansión.
La reapertura de la biblioteca llegó en el año 2024. “El alcalde (Carlos Sánchez) impulsó la idea de ponerla en funcionamiento nuevamente”, dice Luis Castillo, encargado de la Unidad de la Cultura de Cuscatlán Norte. Según Castillo, su labor inicial consistió en “hacer gestiones, diseñar proyectos para hacer un perfil de reapertura y rehabilitación”. Sin embargo, el proceso se vio dificultado por la reestructuración que sufrió el territorio debido a la ley de municipalismo.
“No contamos con los recursos inmediatos para poder operar la biblioteca”, añade Castillo. Ante esto, decidieron sacarla a las comunidades a través de un proyecto que realizaron en centros escolares enfocado en las “narrativas identitarias para prevenir la violencia hacia la niñez”. Esta acción fue un intento de ofrecer y poner a disposición los recursos de la biblioteca fuera de su espacio físico.
En cuanto a otras actividades, Castillo mencionó que la falta de recursos no les ha permitido avanzar, pero que están intentando reconstruir el tejido social desde el trabajo que realizan con la niñez de Suchitoto. Destacó también la colaboración de JICA a través de Ayana Inoue, quien con su trabajo ha aportado a darle vida a la biblioteca a través de actividades pedagógicas con la niñez.
“Me siento contenta, contenta y con muchos ánimos”, dice Cristina, destacando el apoyo de Ayana y Luis.
Desde febrero de 2025, la biblioteca recibe a un grupo de estudiantes para brindarles refuerzo escolar. “Estamos atendiendo a niños de manera personalizada”, dice Castillo. Con respecto a las medidas de seguridad por el mal estado de la infraestructura de la casa, asegura que han decidido no atender a tiempo completo, sino que en horarios específicos y adaptados a la cantidad de usuarios.
Para Cristina, recibir a los niños y niñas en la biblioteca le ha hecho volver a vivir la experiencia de años anteriores. «Ahorita solo nos han venido dos niños con dificultades en la lectura», comenta. Aunque el número de estudiantes es pequeño, están trabajando con cada uno con mucho entusiasmo.
Además, han logrado tener un acuerdo para que los niños no pierdan clases en la escuela, ajustando el horario de la biblioteca para no interferir con su jornada escolar. La población ha respondido positivamente, y las mamás, que en su mayoría son las encargadas de llevar a los niños, están satisfechas con el apoyo recibido.
“Ahorita la mayor preocupación es con la Atención a Primera Infancia (ATPI). Son 26 niños con sus madres que vienen, incluso desde San Martín, solo para que los atiendan acá. Entonces, para seguridad, utilizamos solo el corredor que está en mejores condiciones”, Castillo. Agrega que ya realizaron las gestiones pertinentes para que, al menos, reparen los corredores de la biblioteca y disponer de más espacio para seguir atendiendo a la niñez.
Sobre el futuro de la biblioteca, Castillo comenta que ya cuentan con un perfil de proyecto para rehabilitarla por completo. “Lo que estamos esperando es poder buscar algún cooperante al que podamos presentarle el proyecto. (…) Queremos que la biblioteca de Suchitoto sea un Centro de Educación Integral para Cuscatlán Norte, pero también ofrecer información en línea, historia, literatura y material especializado para estudiantes”.
A pesar de las dificultades y el abandono histórico de diferentes administraciones municipales, la biblioteca ha sobrevivido gracias al esfuerzo de Cristina, Luis y Ayana.
Por Carolina Mena
