En las orillas del lago Suchitlán se encuentra ubicada la comunidad El Sitio Cenícero de Suchitoto, donde vive una joven cuya determinación y compromiso se han convertido en ejemplo de liderazgo y amor por su comunidad y tierra. Maritza Estela Ayala Rivas, de 27 años, no solo ha enfrentado retos y desafíos personales y comunitarios, sino que los ha sabido transformar en oportunidades para servir y trabajar por el bienestar colectivo en su comunidad de origen, que a diferencia de muchos otros jóvenes deciden migrar. Esta es la historia de una joven mujer que con determinación a decido quedarse y creer en la fuerza de la organización y en el poder del cambio y trasformación comunitaria.
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Una infancia marcada por la comunidad y la historia:
Maritza creció a orillas del lago, en el corazón de una comunidad unida, rodeada de historias de lucha y resistencia narradas por sus abuelos, madre y padre, quienes sobrevivieron la guerra. Sus recuerdos de infancia están llenos de eventos comunitarios vibrantes: celebraciones del Día de la Cruz, navidades compartidas, las coloridas vigilias de Semana Santa y los años de escuela. Sin embargo, también fue testigo de los cambios en su comunidad, marcada por la guerra, la migración y el deterioro ambiental del lago Suchitlán.
Desde pequeña, Maritza destaca que participó activamente en la escuela y en las festividades locales, mostrando un interés natural por trabajar en comunidad, colaborar y liderar. Esta base e interés cimentó su amor por El Sitio Cenícero y su compromiso por contribuir a preservar su historia y fortalecer el progreso comunitario del lugar.
Superando desafíos para alcanzar sus metas:
El camino de Maritza hacia la Universidad no fue sencillo. Estudiar en San Salvador, lejos de su comunidad rural, significó sacrificar tiempo con su hijo, familia y enfrentarse a los altos costos de la vida en la ciudad. Sin embargo, su determinación y el apoyo incondicional de su familia, junto a una beca de su comunidad que obtuvo gracias a su excelente desempeño académico, le permitieron superar estos obstáculos.
«Mis padres y abuelos siempre me motivaron a estudiar. También, el programa de becas de mi comunidad fue fundamental para alcanzar mi sueño de graduarme como licenciada en Administración de Empresas», comenta Maritza, recordando con gratitud a las personas y organizaciones que hicieron posible su formación.
Un compromiso con la comunidad:
Graduarse no fue el final del camino para Maritza, sino el comienzo de un proyecto de vida que por hoy esta dedicado a su comunidad. Inspirada por el trabajo de su madre y padre en la junta directiva local y por su propia participación en el grupo ecológico juvenil de la Asociación SERES, encontró su vocación en el desarrollo comunitario.
Es así como en el 2023, asumió un rol clave en la transformación del centro comunitario de El Sitio Cenícero, un espacio que ahora no solo alberga una biblioteca, sino que también fomenta actividades educativas, culturales y artísticas. Su trabajo incluye la administración de fondos, la organización de talleres y la creación de alianzas con otras instituciones para fortalecer las iniciativas locales en favor de los habitantes de la comunidad.
Liderando con visión y propósito:
Maritza destaca que sus estudios universitarios han sido esenciales para desempeñar su papel como mujer y joven líder comunitaria. «La planificación, administración y gestión que aprendí en la universidad me han ayudado a organizar mejor los recursos y actividades para mi comunidad», señala. Además, de mantenerse activa en coordinación con otros espacios, administra la página comunitaria en redes sociales, promoviendo el orgullo local y conectando a los habitantes con los «hermanos lejanos» que residen en el extranjero.
Desafíos actuales y sueños futuros:
La comunidad El Sitio Cenícero enfrenta desafíos importantes, como el mal estado de sus vías de acceso, la contaminación del lago Suchitlán, la falta de oportunidades laborales y la constante migración de jóvenes. A pesar de esto, Maritza a decido quedarse y ver en cada problema y reto una oportunidad para fortalecer la organización comunitaria.
«Mi sueño es seguir trabajando en proyectos sociales, no solo en mi comunidad, sino también en otras áreas rurales que enfrentan problemáticas similares», expresa con convicción. Para ello, desea continuar su formación en inglés, finanzas y gestión de proyectos para ampliar sus conocimientos e impacto en el desarrollo local.
Maritza Estela Ayala Rivas representa una generación de jóvenes que no solo sueñan con un futuro mejor, sino que trabajan activamente para construirlo junto a sus comunidades. Su historia es un recordatorio de que el compromiso con la comunidad y el amor por nuestras raíces pueden ser motores de cambio, incluso en las circunstancias más adversas.
El Sitio Cenícero tiene en Maritza una joven líder que, con determinación y esperanza, trabaja por el bienestar colectivo y la preservación de su tierra, inspirando a ls juventudes a seguir luchando no solo por los sueños personales sino también los de nuestras comunidades.
Lea la entrevista completa:
¿Quién es Maritza?
Soy Maritza Estela Ayala Rivas, tengo 27 años, soy madre de un niño de 9 años y vivo con mi madre en El Sitio Cenicero, Suchitoto. Me considero una persona colaboradora, apasionada por trabajar con jóvenes y niños, y motivada por ayudarlos a cumplir sus propósitos.
Amo la naturaleza, disfruto cuidar el medioambiente y me gusta promover su protección, tanto con mi familia como en mi comunidad. También, me apasiona la fotografía, conocer nuevos lugares y aprender continuamente en diversas áreas. Pero, sobre todo, me siento orgullosa de ser parte de mi comunidad y de contribuir al desarrollo de El Sitio Cenícero.
Infancia y adolescencia en El Sitio Cenícero
¿Cómo fue tu infancia y adolescencia en la comunidad?
Mi infancia fue agradable, vengo de una familia que desde que tengo memoria siempre tuvimos lo necesario en casa, crecí con mi mamá y papá, 2 hermanos menores y una hermana mayor. Estudié desde kinder hasta 9° en la escuela de El Sitio Cenícero y recuerdo participar en actividades escolares y ayudar a mis maestras con lo que me solicitaran junto a mis compañeras y amigas en ese momento. Nos gustaba bastante colaborar en eventos de la escuela, hacer teatro, bailar y para estudiar o realizar tareas nos reuníamos en grupo.
¿Qué recuerdos o experiencias marcaron tu vida mientras crecías en esta comunidad?
Creo que una de las mejores experiencias que recuerdo han sido los eventos o celebraciones que se realizaban en la comunidad porque antes había más gente en mi comunidad, más niños y las festividades como el día de la Cruz, la navidad y las fiestas de aniversario se sentían con mayor intensidad. Recuerdo que las navidades se celebraban en la casa de una señora amiga de muchos en la comunidad y ahí amanecían bailando y animando la noche de navidad. Los eventos escolares también eran más enriquecedores, había más personas en la comunidad, más jóvenes, más niñas y niños…
Recuerdo ver cómo había mucha organización de la gente para cualquier festividad o trabajo comunal porque había más personas que se involucraban para colaborar.
También recuerdo que en Semana Santa la mayoría de las familias íbamos al lago a cocinar almuerzo en la orilla del lago y a bañarnos. Los niños y adultos nos divertíamos bañándonos, pero no recuerdo haber visto tanta basura ni en la orilla ni en el agua, tampoco el color del agua era como ahora. Pasábamos casi todo el día del sábado de Gloria conviviendo y bañándonos. Por la noche hacía una vigilia en la iglesia de la comunidad donde llegaban personas hasta de otras comunidades. A estos eventos asistía más gente.
Por otro lado, yo crecí escuchando las historias de mis abuelos y mis padres quienes sobrevivieron la guerra.
Formación académica
¿Qué te motivó a estudiar en la Universidad?
Me motivaron mucho mis padres, abuelos y mis tíos. Además, algo que me motivó fue tener las oportunidades que tuve para continuar los estudios, ya que en mi comunidad hay un programa de becas que en ese momento me permitió continuar. Recién había aprobado el examen de admisión de la Universidad de El Salvador y eso minimizaría todos mis gastos pues en las universidades privadas tendría un costo mayor.
Quiero resaltar también que mis primeros dos años de la universidad tuve ayuda por parte del Ministerio de Educación ya que en bachillerato obtuve el segundo lugar en la prueba PAES, lo cual me permitió obtener una beca para esos primeros años y luego continué con ayuda del programa de becas de mi comunidad financiado por amigos de la iglesia San Basilio y Santa Katharina de Estados Unidos.
Aparte de estas oportunidades yo quería cumplir ese sueño de completar mi carrera universitaria y obtener un trabajo. Cumplir esos sueños personales me motivaba y porque tuve muchas personas apoyándome de distintas formas.
¿Qué carrera estudiaste y por qué decidiste elegir esa profesión?
Estudié administración de empresas. Y recuerdo elegir esta carrera por las áreas que cubre la administración. Me llamaba mucho la atención la mercadotecnia, producción y recursos humanos. Quería fortalecer mis habilidades en todas las áreas de la administración y con esas habilidades liderar ya sea en un negocio con fines de lucro o una organización que trabajara el tema social. A medida avanzaba en mi carrera fui dándome cuenta en qué áreas yo era mejor y qué necesitaba fortalecer de las que se me dificultaba más.
Y en los últimos años de la universidad fui descubriendo que mi sueño era trabajar para una institución sin fines de lucro o que trabajara en beneficio social.
¿Qué obstáculos enfrentaste como joven de una comunidad rural para acceder y completar tus estudios universitarios?
El obstáculo principal fue vivir en una comunidad lejos del centro de Suchitoto y por ende muy lejos de San Salvador y la Universidad. Yo tuve que alquilar en San salvador porque no podía viajar cada día desde Suchitoto, los gastos también eran mayores, pero con familiares y amigos alquilábamos en un mismo apartamento para reducir ese gasto. Además, venir hasta la comunidad a veces era cada 15 días o al mes.
El hecho de vivir en la zona rural creo que es uno de los desafíos más grandes de continuar la educación superior porque significa mudarse a un lugar más cerca de San Salvador.
¿Hubo alguien o algo en tu familia o comunidad que te inspirara a seguir adelante con tus estudios?
Sí, toda mi familia siempre me apoyó a que continuara mis estudios desde pequeña y cuando estaba en la universidad me ayudaron de todas las maneras que pudieron. Mis tíos que también habían completado ya sus estudios fueron un ejemplo para mí, el apoyo de mis padres Aminta Rivas y Manuel Ayala siempre lo tuve, y una persona que también significa mucho para mí y que desde su sencillez siempre me motivó y sigue siendo mi inspiración es mi abuela Mercedes Menjívar.
Compromiso comunitario
¿Qué te llevó a trabajar por el bienestar de tu comunidad?
Desde pequeña me gustó andar en cualquier actividad en la que mi mamá y papá colaboraban, porque ellos fueron parte de la junta directiva y ayudaban en el qué hacer comunitario. Desde el bachillerato yo hacía mi servicio social a cambio de recibir una beca realizando actividades de limpieza en la comunidad, luego al llegar a la universidad también tenía ese compromiso de hacer horas sociales.
Con el tiempo, casi finalizando la universidad yo me involucré en un grupo juvenil con asociación SERES junto con todos los becados del Sitio en el año 2021. Fue ahí donde con la ayuda de talleres formativos sobre liderazgo y organización juvenil realizamos, voluntariamente, pequeñas actividades de limpieza en la comunidad, formamos un grupo ecológico y realizamos campañas de sensibilización ambiental en la escuela y limpieza en la orilla del lago y río cercano de la comunidad. Participar en ese grupo juvenil me permitió fortalecer mi liderazgo y aprendí mucho, también esto permitió que algunas personas identificaran que me gustaba liderar grupos y que me incluyeran en otros espacios tanto en mi comunidad como en instituciones juveniles y ambientalistas.
¿En qué proyectos o actividades has participado y participas en el Sitio Cenícero?
Actualmente, luego de ser parte del grupo ecológico de la comunidad y liderar ese grupo de jóvenes, la directiva identificó habilidades en mí y me incluyeron en un nuevo proyecto comunitario que es en el Centro Comunitario. Un espacio comunal donde antes solo se utilizaba como biblioteca y que en el año 2023 con ayuda de líderes comunitarios y la junta directiva se le dio otro enfoque que buscaba que la biblioteca fuera un espacio donde se realizaran actividades educativas, de arte memoria histórica y entretenimiento y que a su vez yo apoyara en el qué hacer administrativo de la directiva de la comunidad.
Dentro de ello se ha buscado oportunidades de aprendizaje para jóvenes y niños, además talleres para adultos y brindar el local del centro comunitario para el sano esparcimiento. Al mismo tiempo, a través de este proyecto se ha buscado identificar habilidades en los jóvenes y becados, y que con esas habilidades contribuyan a la comunidad incluyéndolos en trabajos comunitarios.
Además de ser parte de este proyecto, apliqué en Asociación SERES para ser pasante y ejecutar pequeños proyectos en beneficio de la comunidad financiados por esta asociación.
¿Cómo crees que tus estudios universitarios han contribuido en tu capacidad para trabajar con y para tu comunidad?
Sí han contribuido porque mi rol en el proyecto comunitario en el que actualmente trabajo ha sido administrar un pequeño fondo para poner en marcha el proyecto y crear alianzas con instituciones formales y voluntarios para desarrollar diferentes actividades educativas, artísticas y culturales. Estas actividades deben ser planificadas así también he desempeñado el papel de coordinar con otras organizaciones y hacer gestiones para la búsqueda de más recursos como donaciones y más personas que voluntariamente quieran unirse a este proyecto ya sea ayudando en actividades de mantenimiento del espacio o facilitando talleres.
También administro la página de la comunidad, creando contenido de interés comunitario y llevando novedades tanto para el público que está en el país como para nuestros hermanos lejanos.
Sobre la comunidad y sus desafíos
¿Cuáles son las principales necesidades o desafíos que enfrenta El Sitio Cenícero actualmente?
El Sitio Cenícero es una comunidad pequeña, pero con gente amigable y organizada. Es un lugar atractivo por estar situado a orillas del lago Suchitlán. Tiene dos rutas de acceso: por medio de lancha a través el lago y por tierra, pero uno de los desafíos más grandes que tiene es su calle, ya que está en malas condiciones. En ocasiones ha sido balastreada por medio de la alcaldía municipal, pero eso ha sido una medida temporal para reparar parte de la calle en las zonas más críticas, pero con el invierno se lava y el problema sigue. Este problema hace que sea difícil el traslado por tierra, que aparte de difícil y tardado, es caro. Esto también dificulta el comercio y los emprendimientos porque el acceso a la compra de insumos es más complicado. También lo caro del transporte puede es una causa por la que pocos jóvenes continúen sus estudios.
Además, otro problema que afecta mucho a la comunidad es la migración, ya que en los últimos años las cifras de jóvenes emigrando al extranjero son cada vez mayores y muchos de los que quedan en la comunidad aspiran a cumplir ese anhelado sueño americano. Este problema es una preocupación más para los que quedan en la comunidad y trae otros problemas. Un ejemplo de ello es que hay poca participación juvenil en la organización comunitaria como la junta directiva y comités, así también en el equipo de fútbol.
Otro desafío es la contaminación del lago Suchitlán ya que la basura que llega a la orilla del lago afecta a la comunidad cuando el agua baja su nivel, en verano. Este es un problema con el que cada año la comunidad debe lidiar pues se organiza con todas las familias una limpieza para reducir la basura.
¿Crees que hay oportunidades laborales para los graduados de la Universidad en Suchitoto?
Si hablamos de oportunidades laborales considero que son escasas.
Reflexión personal y visión de futuro
¿Qué significa para ti contribuir al desarrollo de tu comunidad?
Para mí es aportar en el trabajo comunitario, identificar necesidades y dar soluciones a las problemáticas que enfrenta una comunidad.
¿Cuáles son tus sueños y metas personales y profesionales a futuro?
Con el pasar de los años me he dado cuenta de que me gusta mucho trabajar en proyectos sociales y quisiera trabajar para una institución que vele por resolver problemáticas sociales. Además, quisiera seguirme formando en el área de inglés, finanzas y proyectos que considero me ayudará mucho para obtener un trabajo formal. Por otro lado, también me gusta la fotografía, audiovisuales y diseño. Por eso quisiera aprender más sobre el uso de herramientas que me permitan crear materiales creativos y atractivos.
Por otro lado, también sueño con conocer otros países, explorar sus paisajes y aprender su cultura, su realidad y gastronomía.
¿En qué otros espacios y procesos de formación has participado?
He participado en procesos formativos sobre liderazgo y empoderamiento juvenil con la Asociación SERES, Institución que identificó habilidades en mí y que me dio la oportunidad de ser pasante ejecutando proyectos pequeños en beneficio de mi comunidad desde el año 2023 durante 15 meses. Además, esta institución me proporcionó espacios donde se veían temas como medioambiente y uso de herramientas administrativas.
Participé haciendo voluntariado en mi comunidad antes de que se iniciara el proyecto del Centro Comunitario y apoyando en actividades ecológicas con ISCOS El Salvador y el Ministerio de medioambiente.
Por medio de Asociación SERES, en 2022 participé en un encuentro juvenil con jóvenes de Guatemala y El Salvador, que duró una semana, donde se desarrollaron diversos temas como Violencia de género, permacultura, soberanía alimentaria, presupuesto y otros temas de mucha importancia para los jóvenes. En ese encuentro participamos como grupo ecológico, con otra compañera, representando El Sitio en un concurso de proyectos ejecutados en nuestras comunidades. Competimos con otros grupos de jóvenes de El Salvador y Guatemala donde pudimos ganar uno de los 3 premios de $500 para continuar desarrollando proyectos en nuestra comunidad.
Además, en 2023 participé en el programa catalizadores en el cual fortalecí más habilidades cómo hablar en público, oratoria, redactar pequeños planes para proyectos comunitarios, y a finales de ese mismo año por ser pasante de Asociación SERES tuve la oportunidad de visitar junto, a otros pasantes, diferentes lugares de Guatemala con el objetivo de conocer emprendimientos para inspirarnos y que sirvieran de ejemplo para desarrollar proyectos en nuestras comunidades, en base a estas experiencias que observamos.
También, estuve talleres sobre el uso de aplicaciones par diseño de contenidos digitales en la Concertación de Mujeres de Suchitoto y en talleres de canta-historias, memoria histórica y audiovisuales en el Centro Arte para la Paz.
¿Qué organizaciones consideras que están dando aportes a las juventudes de Suchitoto?
Considero que una de las organizaciones que, en mi caso, pude conectar con ellas son: Asociación SERES, la Concertación de Mujeres de Suchitoto, ADEJU, Centro Arte para la Paz, CRC, ISCOS El Salvador.
¿Qué mensaje le darías a otras jóvenes que, como tú, quieren superarse y ayudar a su comunidad?
Yo les diría que aprovechen cada espacio donde se les invite, ya sea talleres, capacitaciones o eventos juveniles. Que esto les ayudará a identificar más habilidades, aprenderán de diversos temas y van a conocer más gente que posiblemente serán contactos que les ayudarán a buscar otras oportunidades.
En mi caso, así fue y participar en pequeños espacios hasta me abrió las puertas de conocer la riqueza cultural y la realidad de otro país. Además, invito a que los jóvenes no solo piensen en el sueño americano como meta de vida, que si tienen la oportunidad de tener una beca que la aprovechen y saquen ya sea una carrera universitaria completa o un técnico, pero que su visión no solo sea salir del país. También, yo invito a que no solo se queden con sus estudios universitarios, si no que exploren otros temas que les interesen y que se capaciten porque todo sirve ya sea para la vida o para el ámbito profesional.
Mensaje final:
Mi agradecimiento a la comunidad por confiar en mi liderazgo o las habilidades positivas que identificaron en mí. Solo dar un mensaje de reflexión para otras comunidades de que sigan el trabajo comunitario porque la organización trae muchas oportunidades. Que no es fácil, pero uniendo esfuerzos se pueden lograr grandes cosas.
Por esa razón y como adultos o jóvenes invitar a trabajar en conjunto por proyectos que beneficien también a los jóvenes y las nuevas generaciones. Que dentro de las comunidades hay gente joven con muchas habilidades y talentos, que solo hay que motivarlos e incluirlos en el qué hacer comunitario porque también ellos pueden dejar grandes aportes a la comunidad.