El Museo Alejandro Cotto fue el escenario donde este fin de semana se conmemoró el natalicio de uno de los personajes más influyentes en la vida cultural de Suchitoto: don Alejandro Cotto, quien cumpliría 96 años. El evento reunió a artistas, gestores culturales, amistades y habitantes del pueblo, quienes se congregaron para rendir tributo al hombre visionario, necio y comprometido que dedicó su vida a exaltar la belleza y el arte en su tierra querida y natal.
En esta oportunidad el Museo Alejandro Cotto, conmemoró el natalicio del hijo meritísimo de Suchitoto, con la participación artística del grupo de teatro del Complejo Educativo del Caserio Los Almendros dirigido por el profesor Christian García en un ensamble y fusión de teatro, música y danza con Mario Vásquez (Global Arte Urbano), Henry Cañas (músico) y Javier Flores (danza contemporánea) , quienes realizaron un performance en homenaje a la memoria de don Alejandro, con un mensaje profundo y liricos textos, y con la representación de algunos personajes simbólicos que alguna vez poblaron la imaginación del escritor y cineasta.
El performance incluyó la participación del público, quienes al final con velas en mano cantaron el himno y rindieron homenaje al creador del escudo de Suchitoto. Entre las intervenciones destacaron las palabras de las amistades locales, quienes recordaron a Alejandro como un soñador incansable que dejó un legado imborrable. La jornada cerró con un pastel de cumpleaños compartido entre los invitados.
Audio: Gabriela Cortez Performance Grupo de Teatro Complejo Educativo Los Almendros Suchitoto. (Texto: Tania Primavera).
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Un legado que trasciende el tiempo
Alejandro Cotto no solo fue un cineasta y escritor, sino también un arquitecto cultural que transformó a Suchitoto en un epicentro cultural y artístico. Gracias a su necedad y empeño, el pueblo es reconocido como la capital cultural de El Salvador. Fue el creador del himno y escudo de la ciudad, y nombró al lago Suchitlán, dando identidad y poesía a su entorno.
La conmemoración de su natalicio no es simplemente un acto protocolario; es un recordatorio de la importancia de preservar la memoria histórica de quienes forjaron las bases culturales de la región. En un contexto donde los espacios culturales enfrentan desafíos por la falta de apoyo e interés, recordar a Alejandro Cotto es un llamado a valorar el arte como herramienta transformadora.
En un mundo que avanza vertiginosamente hacia lo inmediato, actos como este nos invitan a detenernos y mirar hacia atrás para valorar las raíces que nos sustentan. Alejandro Cotto entendió que la cultura es un puente entre generaciones y una forma de enaltecer y mantener vivo el espíritu de un pueblo. Su visión para Suchitoto no solo fue un sueño personal, sino un regalo colectivo que hoy se traduce en festivales, teatros y un museo que es testigo de su amor por la comunidad.
Es aquí donde cobra importancia su casa y el compromiso del Centro Cultural Salvadoreño Americano CCSA quienes se han convertido en los guardianes del legado del gran Alejandro Cotto: El CCSA a lo largo de estos años ha hecho grandes esfuerzos por sostener y mantener abierto al público su casa que es un museo abierto para conocer su vida y obra. Reconocer la obra y aporte de don Alejandro es tan importante como reconocer el trabajo del CCSA por mantener y respetar este espacio abierto a la memoria en su comunidad.
Si bien son muchos los que recuerdan el legado del insigne artista, este Museo y la memoria de don Alejandro deberían ser más reconocidos y difundidos como parte del imaginario cotidiano de Suchitoto, inspirando a las nuevas generaciones a soñar, crear y apostar por el arte como pilar de desarrollo y resistencia cultural. En este sentido, este Museo y cada homenaje es una oportunidad para reflexionar sobre el valor de nuestra historia y la necesidad de mantenerla viva en la memoria colectiva.
Alejandro descansa en su jardín bajo los árboles que sembró, pero su espíritu sigue latiendo en cada rincón de Suchitoto. La verdadera herencia de Cotto no está solo en los jardines, muros y salas del museo, sino en el corazón de quienes ven en el arte un camino hacia la inmortalidad.
Fotos: Museo Alejandro Cotto, Edwyn Guzmán, Yaneth Vanegas y Complejo Educativo del Caserio Los Almendros