Las escuelas en Suchitoto enfrentan desafíos profundos que afectan la calidad educativa y el desarrollo de niños y jóvenes de la región. En un país donde los escenarios para postales y fotos de Instagram parecen ser más importantes que las escuelas y la educación, la población estudiantil de las zonas rurales suelen carecer en mayor medida de los recursos suficientes para brindar condiciones para la enseñanza y el aprendizaje. La realidad de las escuelas en Suchitoto -como en la mayoría de los distritos-, expone una serie de dificultades que, si no se hablan y evidencian, perpetuarán ciclos de desigualdad, limitando el potencial de estudiantes que merecen oportunidades de crecimiento.
Uno de los problemas más evidentes y urgentes es la infraestructura deficiente. Muchas escuelas en la zona carecen de instalaciones adecuadas, desde aulas en mal estado hasta baños insalubres. Estas condiciones afectan la motivación y el desempeño académico de las y los estudiantes, además de poner en riesgo su salud. La falta de espacios recreativos seguros y adecuados, aulas equipadas con los recursos mínimos hasta tecnología o mobiliario adecuado limita las posibilidades de una educación integral. Aunque en algunas escuelas se han realizado mejoras puntuales, la inmensa mayoría sigue teniendo serias y urgentes necesidades.
Las escuelas en Suchitoto enfrentan una falta significativa de recursos, des sillas y mesas, hasta recursos didácticos adecuados y/o modernos. Los libros de texto, cuando están disponibles, suelen ser obsoletos y en mal estado. La falta de acceso a herramientas tecnológicas es otra barrera, especialmente en un mundo cada vez más digitalizado. Mientras que en muchas zonas urbanas se avanza en la integración de tecnología en el aula, en Suchitoto esta sigue siendo un privilegio lejano. La ausencia de internet y computadoras limita el acceso a la información actualizada y el desarrollo de habilidades digitales, fundamentales en el contexto educativo actual. Dar una Tablet no es acceso a tecnología sino está acompañado de educación en las tecnologías.
Las y los docentes en Suchitoto, aunque comprometidos con su labor y misión, trabajan en condiciones difíciles y con recursos muy limitados. La falta de personal capacitado es un reto constante, y en muchos casos, un solo maestro debe encargarse de varios grados o materias. Además, la capacitación docente es insuficiente; los maestros suelen enfrentarse a cambios en los programas educativos sin el apoyo necesario para adaptarse a nuevas metodologías. Sin un plan adecuado de formación continua, los educadores carecen de herramientas actualizadas para enfrentar los desafíos pedagógicos actuales.
La deserción escolar es otro problema importante. Muchos estudiantes abandonan sus estudios debido a dificultades económicas o la necesidad de trabajar para apoyar a sus familias. En una región donde gran parte de la población vive en condiciones de pobreza, la educación pasa a segundo plano frente a la urgencia de la subsistencia diaria. Esta situación afecta sobre todo a los jóvenes en la adolescencia, quienes ven pocas oportunidades de progreso a través de la educación, siendo obligados a abandonar la escuela en busca de ingresos inmediatos.
En muchas escuelas rurales, incluidos los centros educativos de Suchitoto, el bienestar emocional de los estudiantes suele ser un aspecto descuidado. Ninguna de las escuelas cuenta con psicólogos o personal capacitado para brindar apoyo psicosocial, a pesar de que muchos estudiantes enfrentan situaciones de violencia intrafamiliar, pobreza extrema y desintegración familiar, en muchos casos tiene que ser los docentes comprometidos quienes a veces asumen este rol, y se convierten en mamás, amigas, confidentes y consejeras. Sin este apoyo esencial, las dificultades personales interfieren con el rendimiento académico y con la capacidad de los estudiantes de proyectarse hacia el futuro.
Al intentar conversar con docentes sobre la situación actual de la educación pública y las escuelas en Suchitoto, la mayoría dijo no querer hablar sobre el tema, es evidente el temor a hablar con libertad sobre ciertos temas que puedan comprometer su estabilidad laboral o tenga represalias. Las recientes amenazas y casos de despidos en el sector hacen que todos cuiden lo que dicen por su seguridad laboral.
A pesar de estos retos, existen oportunidades para fortalecer la educación en Suchitoto. Es esencial que se impulse una inversión más significativa en la infraestructura escolar y que se priorice la capacitación de los docentes para enfrentar los cambios en el modelo educativo. Los docentes necesitan estímulos y reconocimientos y que se mantenga el escalafón. Las alianzas con organizaciones no gubernamentales y la comunidad han sido una fuente importante de recursos y apoyo. En Suchitoto, algunas iniciativas comunitarias han logrado establecer programas de becas y actividades extracurriculares, demostrando que la educación de calidad es posible si todos los sectores se involucran en la mejora del sistema. En muchos casos la educación es posible gracias al compromiso de docentes, que entregan más de lo que sus salarios les reconoce.
El sistema educativo en Suchitoto enfrenta serios y numerosos desafíos que requieren la atención urgente de las autoridades locales y nacionales. Mejorar las condiciones de las escuelas y brindar apoyo adecuado a los estudiantes y docentes no solo es una inversión en infraestructura, sino en el desarrollo humano y social de toda la comunidad. No solo se debe de invertir en espacios y escenarios para fotografías de Instagram, se debe de apostar por la educación que es el camino para la trasformación del país. Es fundamental que todos los actores involucrados, desde las familias y la comunidad, trabajen juntos para que los estudiantes de Suchitoto tengan acceso a una educación de calidad que los inspire a quedarse en su comunidad y a contribuir en su transformación. Pero más urgente es exigir al gobierno central una mayor atención e inversión en el sistema educativo del país, no es posible tener recursos para modernizar playas y centros históricos y no tener recursos para la inversión en la educación del pueblo. Se necesita una mejor educación, escuelas modernas no espacios de ocio y consumo.
Invertir en la educación de Suchitoto es sembrar esperanza para las nuevas generaciones. La educación tiene el potencial de ser un verdadero motor de cambio, y con el esfuerzo conjunto de todas y todos, es posible que las escuelas de Suchitoto sigan siendo refugios de aprendizaje y formación para las nuevas generaciones de Suchitoto.