Suchitoto, Gaceta noticias -El Slavador-

La unión, lucha y defensa comunitaria: ¿Estamos preparados para defender a nuestros líderes y lideresas?

En la historia de las luchas sociales en El Salvador, las comunidades organizadas han sido el corazón de la resistencia y el motor de cambio. En Suchitoto, ese legado de organización comunitaria aún sigue fuerte y vivo, pero hoy se enfrenta a nuevos desafíos que demandan más que nunca unidad y valentía. Esta reflexión surge del reciente ejemplo emblemático con los cinco líderes comunitarios de Santa Marta, quienes durante 21 meses fueron privados de libertad y víctimas de criminalización por su activismo en defensa de los territorios, el medio ambiente y los derechos humanos de sus comunidades.

 

¿Qué significa la lucha por los líderes de Santa Marta?

 

En el contexto actual, estos líderes no son solo representantes de una comunidad; sino que encarnan décadas de trabajo colectivo, memoria histórica, lucha y resistencia. Santa Marta, ubicada en el departamento de Cabañas, ha sido un modelo de organización social y comunitaria, rescatando los valores de la autogestión y la lucha popular en defensa de la tierra y los derechos humanos. La persecución que han enfrentado estos cinco líderes es un ataque que busca desarticular no solo una comunidad, sino el tejido social que han logrado construir con tanto esfuerzo a lo largo de años de trabajo comunitario.

 

Sin embargo, el impacto de su criminalización tiene implicaciones mucho más profundas para todo el país, y para Suchitoto en particular, un municipio que también ha albergado históricamente luchas y movimientos comunitarios, culturales y de resistencia. Por tal razón, ante este contexto es necesario preguntar: ¿Está Suchitoto preparado para apoyar y defender a sus propios líderes y lideresas si enfrentaran una situación similar?

 

 

Defender a los líderes y lideresas es defender el territorio

 

La defensa comunitaria no se trata únicamente de respaldar a personas concretas, sino de proteger los principios que ellos representan: la justicia social, la solidaridad, la memoria histórica y la autonomía. En Santa Marta, la persecución de los cinco líderes refleja el precio que se paga por resistir ante intereses políticos y económicos que buscan debilitar las organizaciones sociales.

Este reciente caso, nos permite hacer un ejercicio de memoria histórica, y nos remonta al 2 de julio de 2007, cuando Suchitoto vivió uno de los momentos más duros en la lucha por la defensa del derecho humano al agua en el país. En esa fecha el entonces presidente de la República escogió el entonces Municipio de Suchitoto para el lanzamiento de la política de descentralización de servicios públicos incluido el del agua con la intención gubernamental de poner en manos privadas el servicio del vital líquido. Ante ese hecho la población, organizaciones comunitarias locales y de otros municipios, se movilizaron para manifestarse en contra de la inminente privatización del agua. En respuesta el gobierno reprimió a los manifestantes, dejando como resultado 43 personas heridas -25 por balas de goma y 18 con afecciones graves por el gas pimienta- y 14 personas detenidas.

 

Estos sucesos ocurridos hace 17 años, nos recuerdan el compromiso del municipio en la defensa del derecho al agua, pero también son un reto que nos hace preguntar si las actuales generaciones estarán dispuestas a defender el territorio y los bienes naturales y/o a aquellas personas que desde sus liderazgos comunitarios luchan por la defensa de los bienes comunes. ¿Seguimos siendo esa comunidad que lucha unida por sus derechos, o hemos perdido parte de nuestra esencia en el camino?

 

El caso de los compañeros de Santa Marta es un recordatorio de las cosas que pueden ocurrir. Las mismas dinámicas de criminalización que afectan a Santa Marta pueden replicarse en otros territorios que luchan por defender el agua y el medio ambiente, especialmente si lideresas y líderes comunitarios, culturales o ambientales comienzan a cuestionar prácticas de opacidad gubernamental o proyectos que afectan los bienes naturales y el bienestar de la comunidad.

 

Santa Marta ha demostrado que la resistencia efectiva no surge de forma espontánea, sino que se cultiva con organización, educación, trabajo y la creación de lazos de confianza y concienciación solidaria en la comunidad. La respuesta en defensa de los cinco líderes fue contundente: las comunidades se solidarizaron y movilizaron, llevaron el caso a instancias nacionales e internacionales y ejercieron presión hasta conseguir su libertad. Nunca se rindieron ni dejaron solos a quienes en el pasado han luchado por el bien común de sus comunidades.

 

Suchitoto, conocido por su legado de lucha social en defensa de los derechos humanos, sus territorios y bienes naturales, ¿tiene la misma estructura organizativa? ¿Existe la suficiente cohesión entre las diferentes organizaciones y comunidades para actuar en defensa de los derechos colectivos, como lo hicieron en Santa Marta?

 

¿Dónde está la unidad que necesitamos?

 

La historia reciente de Suchitoto refleja que la comunidad ha sabido unirse y movilizarse en momentos claves. Sin embargo, existe una fragilidad en la organización comunitaria actual. La presión social y política, ha minado el tejido social de algunas comunidades y grupos comunales organizados, el cierre de espacios culturales y la falta de participación en temas públicos reflejan un desgaste en la cohesión social. Sin embargo y pese a ello, se siguen sosteniendo importantes esfuerzos que mantienen su firmeza en las luchas comunes. En tal sentido es importante fortalecer los nexos, la cohesión de grupo y el compromiso real para defender a quienes levantan la voz en favor del bien común.

 

Es necesario seguir apoyando las luchas comunes, así como a los liderazgos históricos, pero también a los liderazgos emergentes en Suchitoto, que pueden jugar un papel crucial en la concienciación y defensa de los bienes comunes; pero para ello, se requiere del apoyo y unidad de toda la comunidad. No basta solo con palabras de aliento: hace falta organización, articulación de esfuerzos y presión ciudadana para enfrentar cualquier amenaza que atente contra el bienestar colectivo.

La defensa de los cinco líderes de Santa Marta debe ser un llamado y una oportunidad para que Suchitoto reflexione sobre su propia capacidad de resistencia y unidad en tiempos de crisis. ¿Qué haría la comunidad si uno de sus líderes o lideresas fuera criminalizado? ¿Estamos listos para organizarnos y luchar colectivamente por la justicia?

 

En estos momentos, la solidaridad simbólica es importante mas no es suficiente. Es urgente que Suchitoto refuerce su organización comunitaria, reactive la participación de las juventudes y fortalezca los espacios de cohesión y decisión colectiva. Es necesario fortalecer el tejido entre las organizaciones. El silencio, distanciamiento, la indiferencia o la falta de acción son la puerta abierta para que quienes buscan debilitar a las comunidades avancen sin resistencia.

La historia de Suchitoto está llena de momentos en los que la unidad ha sido la clave para superar adversidades. Hoy, esa misma unidad es más necesaria que nunca. La lucha de Santa Marta nos recuerda que los derechos y el territorio se defienden con organización y valentía. El reto está en nuestras manos: construir un Suchitoto consciente, unido, solidario y preparado para seguir luchando en la defensa de sus causas comunes y sus líderes y lideresas ante cualquier adversidad. ¿Está Suchitoto listo para hacerlo?

 

463872148 949486527208068 2424763675745200158 n

.
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Lo último

Espacio para Publicidad
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio esta protegido por reCAPTCHA y laPolítica de privacidady losTérminos del servicio de Googlese aplican.

Publicaciones

Scroll al inicio