Cada cierto tiempo me asalta la pregunta, cada vez que hay un cambio de gestión municipal- ahora distrital-, y definitivamente no puedo solo callar, y ante la ya larga ausencia de las autoridades sobre este tema, considero oportuno retomar. Hace años escribí un ensayo sobre “Desertificación y Turismo en El Salvador”. Revertir la deforestación es justamente la reforestación. Recordemos que Suchitoto sigue, y esperamos seguirá siendo, un destino turístico.

¡Los árboles cambian nuestra percepción de Suchitoto, el Suchitoto que sueño tiene árboles en ambos lados de las calles y las vuelven más agradables y … frescas! Está demostrando que las calles con árboles pueden bajar la temperatura ambiente hasta en 12º, lo cual, para una ciudad tan caliente como lo es Suchitoto, no es despreciable.

Los árboles asimismo propician la brisa, son hogar para los animales, principalmente aves, que buscan refugio y alimento. Limpian y refrescan también el aire que respiramos. Son también filtros naturales para los contaminantes urbanos y definitivamente mejoran la absorción del agua lluvia.

El “diseño” de Suchitoto al crecer, se volvió irregular y la cuadricula colonial se perdió en el tiempo y perdió sus espacios verdes. La ciudad creció “silvestremente” ante la ausencia de una planificación urbana que permitiese la optimización del espacio urbano.

Somos depredadores por naturaleza, privilegiamos los postes y cables sobre los árboles y definitivamente no dudamos en talar un árbol y sustituirlo, con suerte, por un arbusto. Así somos, la idea del progreso nos ha carcomido la conciencia medioambiental y somos indiferentes ante la realidad que ahora vivimos, esperamos si, que las autoridades nos resuelvan el problema, sin darnos cuenta de que nosotros somos el problema del medioambiente. Por otro lado, como vimos recientemente, ¡la autoridad hace gala de su ignorancia y prepotencia pretendiendo hacer valer su “autoridad» cuando un ciudadano decide sembrar un árbol frente a su casa!

Suchitoto fue el modelo de desarrollo local con vocación turística de posguerra, sin embargo, ante la ausencia de gestión de la autoridad local, se ha quedado rezagado, actualmente ya hay otros destinos turísticos en occidente trabajando en el cableado subterráneo, eliminando así los postes y el cableado que contaminan visualmente la ciudad.

Sembrar un árbol, como nos enseña Felix Latzo (*), es dar vida y construir futuro, es dejar un mejor País a nuestros hijos y sus hijos. Los árboles son seres vivos que al darles un espacio nos ofrecen beneficios ambientales que permiten a su vez microambientes o eco ambientes urbanos que permiten la vida de otros pequeños animales (estos también nos molestan y los matamos).

Con alguna frecuencia surgen esfuerzos por arborizar, se donan arbolitos, los ciudadanos los reciben, algunos los plantan… pero en poco tiempo los abandonan a su suerte, y con más frecuencia de la que quisiera, mueren. Un árbol es un ser vivo, que como un niño, requiere cuidados en sus primeros años, por lo menos tres, luego estará en capacidad de sobrevivir, pero mientras tanto requiere de atención (regadío 3 veces por semana, limpieza de maleza, poda, etc.), es decir, sembrar un árbol es también una responsabilidad, es un legado para las generaciones de Suchitoto que nos han de heredar, y en mi caso, me gustaría que fuese una ciudad más verde, con árboles de Cortez blanco, maqulishuat y llama del bosque o árboles de fuego dando colorido a nuestras hermosas calles empedradas para ser ambientes agradables para pasear y/ o caminar. Recordemos que Suchitoto es una ciudad para caminar. Nos falta en el ordenamiento urbano, un estacionamiento fuera del centro histórico que nos permita ese placer.

Asimismo, es importante reconocer y apoyar esfuerzos como el de Suchitoto Verde, que seguramente dará sus frutos.

Se vale soñar…