Por José Carlos Reyes
Cada 23 de abril se celebra a nivel mundial el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor, una celebración que tiene como fin, fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual.
Fue la UNESCO quien en 1988 promovió por primera vez la celebración de un día dedicado a la literatura, pero fue hasta 1995 cuando en Conferencia General celebrada en París, se tomó a bien nombrar oficialmente el 23 de abril como el Día Internacional del Libro y del Derecho de Autor. También sumó a esta iniciativa de celebrar este día, la conmemoración del fallecimiento de Miguel de Cervantes, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega.
Los libros son tan importantes que en el antiguo Egipto se reconocían a las bibliotecas como un lugar valioso donde se resguardaba “el tesoro de los remedios del alma”. Pues consideraban que era el recinto donde se curaba de la ignorancia a las personas.
Es por medio de los libros que descubrimos nuevos mundos y aventuras; además, el libro desarrolla el pensamiento crítico, libera la mente, aporta nuevos conocimientos a la ciencia y tecnología, ayuda a resolver problemas, entre otros beneficios.
En la juventud y la niñez los libros ayudan mucho a despertar la curiosidad y la imaginación, además de proporcionar entretenimiento, mejora la gramática, la expresión oral y la escritura, aportando nuevos conocimientos en el desarrollo de su crecimiento.
El fomento a la lectura es una tarea ardua para todos aquellos actores involucrados en promover tan maravilloso hábito, pero dependerá del tipo de estrategia que se utilice para acercar el libro a las personas, sobre todo a la niñez y juventud, quienes son en la actualidad el público meta donde más se dificulta transmitir el gusto por la lectura debido a la existencia de gran diversidad de distractores tecnológicos que alejan al libro del objetivo principal.
El uso frecuente de la tecnología, llámese esta, aplicaciones de videojuegos, servicio de entretenimiento por streaming (Netflix, YouTube, Disney Plus, etc.), redes sociales y otros, no permite que las personas se acerquen al libro, todo lo contrario, mantiene a las personas distraídas por largos periodos de tiempo.
Ante este escenario de ocio, es importante tener claro que, estos distractores no van a desaparecer, todo lo contrario, vendrán nuevas herramientas y servicios más sofisticados y tentadores, pero no todo está perdido, porque también se puede sacar provecho y hacer uso de estas mismas herramientas para acercar los libros a las personas haciendo uso de ellas para transmitir y fomentar el gusto por la lectura, un ejemplo claro son los “booktuber”, quienes son personas lectoras (jóvenes en su mayoría) que hacen uso de la plataforma YouTube para reseñar libros y crear comunidades de lectores.
Si bien es cierto que es el gobierno el principal responsable junto a las instituciones que velan por la educación y la cultura quienes deben crear políticas públicas para fomentar la lectura a través de diferentes espacios creando las condiciones necesarias, también el rol protagónico lo deben tomar los directores de escuelas, los profesores, los bibliotecarios, los padres de familia, pues son ellos quienes están en contacto directo con la niñez y juventud. Las actividades a realizar para atraerlos podrían variar dependiendo de las edades, desde cuentacuentos, títeres, círculos de lectura, talleres literarios, controles de lectura, creación de historias, visitas a la biblioteca para que entren en contacto directo con los libros para sumergir a los niños en las diferentes colecciones. Los padres de familia, son parte fundamental en la creación de este hábito pues son ellos los que acompañan todo el crecimiento y pueden asumir un rol de acompañamiento y de buen ejemplo desde el hogar.
Impulsemos el gusto por la lectura y démosle toda la fuerza al libro para crear en el futuro, ciudadanos más cultos y con pensamiento crítico. Así como lo dijo Rubén Darío: “El libro es fuerza, es valor, es poder, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor”.
Celebremos pues, no solo este día, también todos los días debemos ser actores más protagonistas en el fomento por la lectura.
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José Carlos Reyes Bibliotecólogo y gestor de la información, con estudios en tecnología educativa y competencias digitales.