Por Susana Barrera.
El Salvador rural es una opción para quienes buscan disfrutar experiencias únicas, acercarse al campo o territorios rurales y entrar en armonía con la naturaleza, gustan de experiencia menos invasivas y profundamente humanas. A continuación, una serie de verdades y mitos que están presentes en el turismo alternativo y que tanto anfitriones, visitantes o turistas deberían considerar:
Verdades:
Verdad 1: El Turismo Rural Comunitario y/o Turismo Rural son una diversificación de la economía rural agrícola; por consiguiente, las entidades vinculadas al agro deberían conocer y promover estos novedosos rubros.
Verdad 2: Turismo Rural Comunitario y/o Turismo Rural generan desarrollo local, en la medida en que se ocupan personas del territorio, se da el empoderamiento y revalorización del paisaje y recurso natural.
Verdad 3: Turismo Rural Comunitario y/o Turismo Rural dan plusvalía a los territorios rurales. Las familias se forman en atención a clientes, mejoran sus ingresos e infraestructura, y también su educación. En suma, el Turismo Rural o Turismo Rural Comunitario son el fin y no el medio para dignificar la vida en el campo.
Verdad 4: “No hay paisajes bonitos ni feos, sino ojos que ven diferente”. Una gran verdad. Mucha de nuestra gente no valora la belleza escénica que se puede apreciar desde su patio, es necesario que alguien de afuera les abra los ojos.
Verdad 5: El Turismo Rural y/o Turismo Rural Comunitario promueve interculturalidad y encuentros, hay una transformación mutua entre anfitriones y visitantes. También en algunos casos pueden darse desencuentros, que es la mala comunicación entre los actores de la acción turística.
Verdad 6: Como país tenemos potencial, porque tenemos paisajes, gastronomía, servicios básicos, academia y gente emprendedora.
Mitos:
Mito 1: El Turismo Rural y Turismo Rural Comunitario son lo mismo. Aclaración: son parientes. El primero son iniciativas privadas individuales; el segundo son iniciativas colectivas, en la mayoría de los casos bajo esquemas de economía solidaria. Son los colectivos anfitriones gestores y administradores de las plazas turísticas. Ambos suelen servirse en espacios rurales.
Mito 2: El Turismo Rural y Turismo Rural Comunitario son negocios rentables. Aclaración: No en sus primeros años. Pasarán tres o más años; además de recapitalizar, tener claro un plan de negocios o estratégico e innovar constantemente productos y actividades para recuperar las primeras inversiones.
Mito 3: Existen ciudades turísticas. Aclaración: dentro de las ciudades se desarrollan polos turísticos, pero un poco más a la periferia o entre cafetales existen rostros tristes de pobreza y no turísticos.
Mito 4: En Turismo Rural y/o Turismo Rural Comunitario no son necesarias las inversiones. Aclaración: un mínimo de inversión sí. Es necesario garantizar la higiene y servicios básicos como letrinas y agua potable para las personas invitadas.
Mito 5: Inseguridad ahuyenta turistas. No seremos el primer destino pero siempre hay compatriotas que viven en el exterior que están llegando y desean explorar más su país. Centroamericanos que gustan de playas hermosas y de otros continentes que aprecian la historia nacional.
Mito 6: El Turismo Rural y Turismo Rural Comunitario se hizo para todos. Aclaración: si hablamos de turistas, estos rubros son para quienes valoran el ver, hacer y sentir en el campo. Si somos anfitriones, es una tarea titánica, no imposible, diversificar la mentalidad de sólo productor a un productor dedicado al servicio de turistas o visitantes.
Lo que sí es verdad es que el Turismo Rural y/o Turismo Rural Comunitario en El Salvador aún sigue siendo un gran desafío. Usted tiene que vivirlo para contarlo.
Fotos: Edwyn Guzmán
Susana Barrera.
Periodista, especialista en Turismo Rural y Máster en Desarrollo Local.
