En el marco de la celebración de los 164 años del título de Ciudad de Suchitoto, asistimos puntualmente a la cita para el primer fin de semana de actividades conmemorativas.
Una gran oportunidad para probar los diferentes servicios y visitar los diferentes puntos de interés, en dos días de los cuales fuimos anfitriones de nuestra familia. Asistimos 22 personas de nosotros a la cita.
Llegamos temprano del primer día, salimos por la ruta de Aguilares, hermoso recorrido entre arboledas que aun bordean la calle. Pasamos a la comunidad de Aguacayo para recorrer un poco y reconocer lugares y casas de las familias queridas, triste recorrido entre ruinas, desde la plaza de la Iglesia hasta la escuela y hasta la salida al rio. Luego de una vista familiar, salimos hacia Suchitoto.
Nos reunimos frente a la plaza y dejamos los vehículos cerca de la Iglesia de Santa Lucía, caminamos el pueblo para almorzar en La Posada. Hicimos el recorrido pasando por el teatro, los empleados de la municipalidad preparaban una tarima para el acto oficial de la tarde frente al teatro, donde habría concierto sinfónico esa tarde.
El servicio, como siempre, muy bueno, nos acomodaron en una sola mesa y ordenamos en medio de la algarabía de la reunión familiar de nuevo en Suchitoto. Debo decir que la experiencia ha sido muy buena cada vez y se mejora en cada visita. Ordenamos y en poco tiempo nos sirvieron, los alimentos bien servidos, sin errores y con muy buena sazón. Vino la cuenta y sin problema ni confusión pagamos.
Caminamos luego hacia la plaza para recoger los vehículos y nos fuimos al hotel que habíamos reservado. Esta sobre la 3a avenida norte, casi frente a la remodelada instalación de la Casa 1800. El hotel El Tejado estaba limpio, amplio estacionamiento y con mucho verde hermoso y variado. La piscina invita a refrescarse. Nos registramos y fuimos hasta las habitaciones, amplias y cómodas con un hermoso balcón hacia el lago. Simplemente hermoso. Era tarde y nos quedamos a disfrutar del momento. Luego de descansar un rato fuimos al restaurante para cenar, llovía mucho con viento fuerte y el agua literalmente nos barría. El menú simplificado de pocas opciones bien servido. Los que habían salido de compras regresaron muy mojados, habían disfrutado de la lluvia. La mañana siguiente nos levantamos temprano, ver el amanecer con el marco del lago fue algo hermoso. Fuimos a desayunar y nos preparamos para salir, arreglamos las maletas para dejar el hotel a mediodía.
Fuimos luego a Los Tercios, desafortunadamente y aun cuando es invierno, esta seco el cauce, y casi no cae agua ello que fuera una hermosa cascada. Bajamos y tomamos las obligadas fotos de la visita y regresamos para chequear salida del hotel.
Salimos para almorzar en un lugar que había atraído mi atención desde hacía algún tiempo. Por respeto solo daré la ubicación, esta sobre la 4a calle poniente, a pocos pasos de la esquina donde funcionó antes el antiguo Instituto nacional donde estudie.
El lugar nos pareció interesante, con diferentes ambientes, nos condujeron a un salón cerrado con ventanales hacia una piscina pequeña, me llamo la atención que no hubiese más personal que dos empleados, uno en servicio y otro en cocina. No vi a nadie más, pero no le di importancia. Llenamos la estancia y nos tomaron la orden de bebidas. A mi lado mis primas pidieron limonada con agua natural, yo ordene una cerveza y así alrededor de la mesa se sucedieron las órdenes.
Paso un rato y aunque la tertulia estaba amena compartiendo las experiencias de cada uno, y la toma de las infaltables fotos, el tiempo transcurrió, y hubo que reclamar después de más de media hora las bebidas, el camarero más bien se escondió y nos abandonó en el salón. Luego de un segundo reclamo trajo las bebidas, desafortunadamente en varios casos equivocadas. Las limonadas estaban tan mal preparadas (agrias) que mis primas las dejaron (¿cómo se puede hacer tan mal una limonada, si es solo agua, azúcar y jugo de limón?).
La espera de la orden de comida fue igualmente larga y no menos grave, la carne que se ordenó término medio vino carbonizada, el pan quemado, los camarones no estaban frescos y tenían olor y sabor desagradable, la lasagna estaba excesivamente grasosa, y podría seguir, pero a guisa de ejemplo de lo que no debe ser, hasta aquí lo dejo, solo recuerdo que éramos un grupo numeroso y muchos , lejos de disfrutar de la experiencia, más bien sufrimos el momento.
Luego de otra espera para pagar la cuenta por la confusión de las órdenes. Pase por la Recepción, pero no había nadie con quien hablar o a quien reportar la insatisfacción, salimos a buscar un buen café, y lo encontramos de nuevo en la hermosa esquina amarilla, la Casa de la Abuela. Nuevo personal, amables siempre. Compramos algunos detalles para llevar y mejoramos nuestra tarde.
Sin embargo, esta experiencia del almuerzo, desafortunada como fue, me lleva a la reflexión de la importancia que tiene el compromiso con la calidad. Si ofrecemos Suchitoto como destino, debemos asegurarnos que nuestra oferta sea inmejorable, que la calidad de los alimentos y el servicio sea optima, ya que tenemos una oportunidad de volver el destino Suchitoto repetitivo, caso contrario, la imagen que se lleva el visitante es desafortunada y no, no solo no regresa, sino que lo comenta por lo menos con cinco personas a su alrededor, así es nuestra naturaleza, y muchas veces no solo se comenta el hecho, sino se magnifica. Éramos 22 personas, el plato promedio es de $16.00 más postre y bebidas, multiplique usted…
He visto, -como muchos- el gran esfuerzo que se hace para mejorar los servicios turísticos de Suchitoto y las dificultades que enfrenta cada sector involucrado, y me resulta inadmisible que haya este tipo de establecimientos que por un mal servicio echan por la borda el esfuerzo de tantos.
Alejandro Gómez
2 comentarios en “Cuidando la calidad de los servicios turísticos en Suchitoto ”
porque no nos da el nombre del lugar para que nosotros no recomendamos cuando nos piden donde comer
Gracias por leer y comentar. El objetivo de abrir espacios de opinión no es para poner en mal a un lugar o personas; así como tampoco se puede juzgar un lugar por un mal servicio de un día. El objetivo es reflexionar sobre la importancia de cuidar y mantener el buen servicio hacia las personas que visitan la ciudad. Todos los espacios y servicios que se desarrollan y ofrecen en el municipio son susceptibles de cometer errores, equivocarse o tener simplemente un mal día, sobre todo en días de temporada alta, lo importante es tomar nota, rectificar y seguir vigilantes para seguir ofreciendo el mejor servicio y atención hacia los visitantes de la ciudad. Saludos cordiales.