Los deudores de la cuota alimenticia

“Yo también tengo gastos”. Quizá muchas mujeres han escuchado esta típica frase, usada por casi todos los hombres que se quieren desligar de la responsabilidad de brindar soporte económico para la alimentación de sus hijos e hijas. Ya en otro artículo hablé sobre la importancia que los hombres asuman su paternidad no solo desde la figura de proveedor, sino que también que sean emocionalmente responsables y afectuosos, pero hoy quisiera centrar mi opinión sobre aquellos que no cumplen ni una ni otra responsabilidad paterna.

No, las mujeres no eligen mal al padre de sus hijos, son ellos quienes deciden ser malos padres. Muchos hombres, luego de una separación a causa de las violencias que ellos mismos ejercen en la familia, deciden desaparecer cuando les toca cumplir con sus obligaciones. Ante esta irresponsabilidad a las mujeres no les queda más opción que interponer una demanda ante la Procuraduría General de la República por cuota alimenticia, un proceso que para muchas puede representar un enorme desgaste emocional. Aquí los hombres ponen mil excusas para conseguir “hacerse los locos” y no cumplir con lo que por ley les corresponde. El art. 253 del Código de Familia dice que: “la obligación de dar alimentos es exigible desde que los necesita el alimentario (…)”.

Al ser asignada la pensión alimenticia se le recomienda a la mujer que abra una cuenta bancaria para que la cuota sea depositada ahí mes con mes; pero aquí tiende a ocurrir otro fenómeno, una bajeza por parte de los hombres a mi parecer, ya que aprovechándose del cariño o sentimientos afectivos que la mujer todavía pueda tener por su expareja, el sujeto la manipula para que no abra la cuenta y le dice que él le dará en sus manos el dinero para que evite hacer todos los trámites en el banco y además que se ahorre tiempo. Obviamente esta “consideración” tiene otro objetivo: que no hayan pruebas si deposita o no el dinero para la alimentación de los hijos porque ese incumplimiento se castiga con cárcel y a los deudores no les conviene que haya un registro del impago. No dar la cuota alimenticia es solo otra forma de ejercer violencia económica.

Cabe destacar que la pandemia por la Covid-19 empeoró el incumplimiento de la cuota alimenticia. Además, por el confinamiento obligatorio, los juzgados de familia e instancias públicas tuvieron que cerrar temporalmente. Sin duda muchas personas se vieron en aprietos económicos y algunas hasta perdieron su trabajo, pero de algo había que vivir y no me parece una excusa lógica justificar el no pago de la pensión alimenticia por lo que implicó vivir con el virus, recordemos que durante este periodo surgieron iniciativas y emprendimientos que permitieron continuar moviendo la economía.

“Vos también sos la mamá y tenés que ver por ellos”, dicen, como si las mujeres no estuvieran asumiendo ya múltiples responsabilidades en la crianza de los hijos: cumplir con todas las labores domésticas y de cuidado y aparte de ello buscar un trabajo a medio tiempo porque esos $25, asignados en la mayoría de casos como cuota alimenticia en proporción a la capacidad económica del padre, no alcanzan ni para la comida de una semana y menos ahora con lo caro que está todo. Esto sin hablar que esta pequeña cantidad de dinero no va a cubrir otras necesidades, por ejemplo: medicinas, ropa, calzado, educación, alquiler de casa, recreación y otros. $0.83 diarios no alcanzan para darle tres tiempos de comida a un hijo, mucho menos para que su alimentación sea balanceada y saludable.

De enero a junio de 2021, según datos de la PGR, hubo al menos 1,986 demandas por cuota alimenticia. Esto también refleja el abandono paterno que sufren las infancias en el país.

Quizá debemos empezar por dejar de ridiculizar a las mujeres que ejercen su maternidad solas y señalar más a los que no cumplen con sus responsabilidades. También, olvidar la idea de nombrarlas como “madres solteras” pues las maternidades no deben estar ligadas a un estado civil. Son madres autosuficientes. Empezar por cambiar los imaginarios sociales donde las mamás autónomas reciben burlas de una sociedad machista que no señala el abandono paterno.

Para finalizar, me parece importante mencionar la labor que realizan las organizaciones que convergen en la Casa de las Mujeres en Suchitoto, durante años han asesorado a mujeres que buscan poner una demanda por cuota alimenticia; y no solo eso, sino que también las han acompañado durante todo el proceso, han dado atención psicológica, transporte y alimentación para las mujeres, muchas de zonas rurales y de escasos recursos económicos. Estoy segura que el apoyo que han dado ha sido fundamental para avanzar en este sistema injusto que impone a las mujeres criar solas.

Los alimentos son un derecho humano y es obligación como padres proporcionarlos.

Por Carolina Mena

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