Cuando quieres visibilizar los claroscuros de tu ciudad, el periodismo comunitario es imprescindible no solo por su aporte informativo, sino también por su función como mecanismo de transformación social. Este tipo de periodismo logra cohesionar y enfrentar opiniones, además de desnudar las necesidades más inmediatas de la población y es, precisamente, aquí donde radica su importancia: su carácter participativo.
Esta dimensión pluralista es lo que hace incluyente y preponderante al periodismo comunitario, pues su magia es que cualquier ciudadano, no importando su ideología, creencia religiosa u orientación sexual, puede dar su opinión en la búsqueda de resolver conflictos para que la comunidad pueda convivir en un ambiente de paz y cordialidad. Por supuesto, sin olvidar que también ayuda a realzar personajes y aspectos relevantes de la misma población como emprendedores, negocios, atractivos turísticos, etcétera, pero siempre recordando que su papel va más allá de la publicidad.
Por tanto, para Suchitoto debe significar una oportunidad valiosa contar con un periódico comunitario que aborde y exponga temas urgentes y hasta incómodos, pero vitales para el desarrollo sostenible del municipio. Es evidente que hacerlo provoca disenso, sin embargo, también logra concienciar a la ciudadanía sobre los problemas y responsabilidades que debemos atender. De este modo, el periódico La Gaceta de Suchitoto merece reconocimiento por ser pionero y sostén de la voz de muchas personas que hacen del pueblo un lugar mejor para convivir.
En esencia, el periodismo comunitario recoge y focaliza los ecos de la ciudadanía, permitiendo amalgamar opiniones que construyan un eje de entendimiento real entre todos los habitantes. Justamente, hace del periodismo algo más íntimo y palpable, pues es creado desde la experiencia colectiva. Ser parte, pues, de este periódico es una oportunidad de crecimiento personal y profesional que disfruto, ya que me facilita poner a disposición de la comunidad mi profesión y mis deseos de cambiar un poco la realidad caótica en la que nos encontramos. En síntesis, me otorga esperanza de que un día pueda ver a Suchitoto y a El Salvador hacia la superación de la posguerra.
Por Luis Castillo