“Desde el día de tu nacimiento, entre esplendores sagrados; yo mismo te engendre, como rocío antes de la aurora” sal.109
Exclamando estas palabras: “¡Animo Suchitotenses, animo! Esta pandemia pasara y como dice el salmo 56: bajo la sombra de tus alas Dios te protegerá mientras pasa la calamidad”
el Padre Adonay Orellana recorrió – en un hecho histórico – las calles de Suchitoto junto a la centenaria imagen del Nazareno aquel Viernes Santo del 2020 en plena cuarentena por la pandemia del Covid-19.
Ese acontecimiento que fue visto en muchos países gracias a una televisora nacional y ha quedado guardado en el corazón de los habitantes que vimos y sentimos la cercanía divina en esos tiempos de tribulación, con fe cantábamos: “Perdón oh Dios mío, Dios mío perdón, …perdón y piedad”
Los tiempos de Dios son perfectos. El P. Adonay llego en un momento importante para la iglesia suchitotense. Desde sus primeros días inicio un trabajo minucioso en la organización pastoral de la parroquia y sus 55 capillas, además, labores de reconstrucción y remodelación física de todos los templos rurales y urbanos distribuidos a lo largo y ancho del municipio, restauración de imágenes – incluyendo la Excelsa Patrona Santa Lucia – altares y la impresionante iluminación del imponente templo, dándole dignidad a los lugares donde se proclama la palabra de Dios cumpliéndose el sal. 84: “Cuán amables son tus moradas, oh Dios de los ejércitos. Bienaventurados los que habitan en tu casa, perpetuamente te alabaran”
En los tres intensos años de administrar la parroquia junto al P. David y P. Sergio, y la colaboración de las hermanas Franciscanas, dejo un legado como lo antes mencionado y sumándose a ello el Carrión del campanario que inicio el sonido de sus bronces justo en los tristes meses de encierro. Esto daba un aliento y alegría a los habitantes – católicos o no – que al escuchar esas melodías llenaba de serenidad y alegría el espíritu de toda una población que vivía tiempos de angustia.
Implemento la transmisión de las Misas y otros servicios litúrgicos a través de plataformas digitales, dando con ello un apoyo moral y espiritual a la feligresía (en ocasiones también esa ayuda se vio reflejada materialmente).
Con mucha fe acompaño a enfermos y dolientes, oficio responsos, oraciones que junto al humo del sacro incienso subían al cielo en una mística oración por el descanso de quienes se adelantaron al paraíso, así fuese por Don Paco, Niña Finita, Lino, Angelica, Roberto, Napo…a todos con el mismo respeto y cariño.
Lidero uno de los proyectos más importantes de la última década en el municipio: La iluminación artística de la Iglesia Santa Lucia, el monumento más importante de la ciudad, contribuyendo con ello a fortalecer la vida cultural y turística del municipio. Esa tarde de julio cuando el tañer de las campanas anunciaron a Urbi et orbi dicho acontecimiento y los halos de luces de colores bañaban el blanco templo se cumplían las palabras que A. Cotto plasmo en el himno: Suchitoto, habrás de resurgir, sol nuevo ha de brillar y el iris pintara tus cielos de esplendor”
La Iglesia es Madre y Maestra.
Como madre envió a un sacerdote carismático que devolviera la solemnidad y esplendor a los actos religiosos. Basta recordar el Corpus Christi de hace dos años en el que desde un vehículo y en algunos momentos a pie, con la Santa Custodia daba la bendición a una población que engalano sus casas y calles para recibir a Jesús Sacramentado, ¡Ah!, con cuanta fe se escuchaba en los barrios: “Alabemos al Santísimo Sacramento del Altar, en los cielos, en la tierra, aquí y en todo lugar” cantico que junto a los cuetes de vara se elevaban al cielo.
Como Maestra designo a un presbítero que logro – con su carisma concertador – una interrelación y coordinación con las diferentes autoridades, líderes y organizaciones de la zona, dando sus puntos de vista a la luz del Evangelio e integrándose en acciones que permiten un mejor desarrollo para el municipio. Es de recalcar las importantes cartas pastorales a los candidatos a la silla edilicia, en las cuales recogía el sentir más sensible de la población gracias al acercamiento directo que como pastor mantuvo con la feligresía en cada barrio, cantón y comunidad
Con mucho entusiasmo apoyo las diferentes iniciativas religiosas, culturales, artísticas y hasta turísticas: celebración del Dia de la Cruz, El Festival del Maíz, las Posadas, Conciertos religiosos, procesiones, actos culturales, sociales etc. siempre con el dinamismo que le caracteriza, motivando a la población a sentirse felices y orgullosos de ser suchitotense y exhortándoles a trabajar conjuntamente por mantener las tradiciones y conservar el patrimonio que es único en El Salvador. El trabajo pastoral de este sacerdote ha sido de muchísima importancia para el municipio en general, lo cual se agradece enormemente.
En ese sentido en diciembre de 2021 después de más de cien años, la imagen patronal de Santa Lucía recorrió las calles suchitotenses en una solemne procesión sin presentes en el municipio. La población con admiración y alegría vitoreo el cortejo religioso alzando su vos: “Noble Lucía de nuestros padres aprendimos amarte, y nuestros hijos tu amor aprenderán, en Suchitoto, habrán de venerarte los que vivimos y los que vivirán”
En fin… ha sido muchísimo el trabajo que este buen sacerdote ha hecho por el municipio del pájaro y la flor, con el que ha dejado una huella imborrable y sus habitantes guardaran un cariño y agradecimiento especial.
A los amigos de Noticias la Gaceta Suchitoto, mi gratitud por permitirme plasmar aquí estas palabras, que más que mías son un ramillete de agradecimiento de una población que da gracias a Dios por haber enviado al P. Adonay a esta grey amada.
Padre Adonay Orellana: Muchísimas gracias por su apoyo, respeto y amor a Suchitoto, su gente y sus cosas cotidianas. Hoy, Dios le ha encomendado pastorear y dinamizar otra parroquia, conocedor de su entusiasmo, humildad y entrega al servicio de Dios sé que le ira muy bien.
Así que estimado Padre Adonay: ¡reme mar adentro y animo! Dios le bendiga e ilumine siempre. Amén.
Por Elmer Martínez.