Por: Iliana Rivas
Al hablar de Suchitoto, muchas personas se remontan a la época del conflicto armado, donde varias comunidades de este municipio, se vieron afectadas directamente, conforme se iba intensificando la guerra en los años 80.
En la actualidad, conformado por 28 cantones y 77 comunidades; Suchitoto ha sabido florecer al pasar de los años, sin embargo aún existen situaciones difíciles para las familias que habitan la mayor parte de las comunidades de dicho municipio.
Al pasar de los años, muchas familias de comunidades en situaciones de vulnerabilidad han salido adelante a pesar de las dificultades que enfrentan día a día. Son muchos los cantones y comunidades que durante ha pasado el tiempo, han sido olvidadas por las autoridades correspondientes, pero hay instituciones sin fines de lucro que les han mostrado su apoyo y las han beneficiado con muchos proyectos.
Las comunidades de Suchitoto, se han enfrentado con la falta de acceso al agua potable, un derecho humano fundamental, reconocido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que establece que el acceso a fuentes de agua potable y segura, como también el saneamiento, son un derecho humano esencial para el goce pleno de la vida y de todos los derechos humanos.
Sin embargo, es sorprendente como a pesar de las situaciones difíciles, los habitantes de las comunidades de Suchitoto, han sabido organizarse y luchar por sus derechos. Una de esas comunidades es La Mora, donde las mujeres encabezan siempre las acciones de organización y de lucha.
Muchas de las mujeres de La Mora, para salir adelante, se han integrado en talleres y capacitaciones sobre agroecología, creación de huertos caseros, establecimiento de granjas y producción de alimentos para aves de corral, como la producción de proteína con metodología de permacultura.
La finalidad de este tipo de actividades, con mujeres cabeza de hogar, es el restablecimiento de medios de vida para la garantía de la soberanía alimentaria en la zona. Además, para generar condiciones que garanticen las dinámicas económicas locales y la alimentación sana y sostenible de las familias más vulnerables de las comunidades de Suchitoto, y que han sido directamente afectadas por la pandemia del COVID-19.
En este punto, también, es importante destacar el trabajo que realizan las ADESCO de cada comunidad. La labor que desempeñan para que las personas mantengan una buena organización a nivel local, es primordial para el desarrollo y mejoramiento de las comunidades y de sus habitantes.
Por naturaleza el ser humano tiene la capacidad de organizarse para un bien común, en un determinado territorio y contexto sociocultural. Son las necesidades y dificultades económicas que llevan a los habitantes de las comunidades de Suchitoto a luchar y persistir implementando métodos para poder subsistir ante una crisis económica.
En diferentes caseríos y comunidades, la organización de los individuos ha permitido que se desarrollen alternativas para poder mantener soberanía alimentaria en la zona y fortalecer la seguridad alimentaria, tal es el caso del cantón El Roble, que desde el 2019, cuenta con un banco de semillas nativas.
Al hacer un recorrido por el lugar, y adentrándose más para conocer la labor que realizan hombres y mujeres en las comunidades, se puede conocer más sobre el trabajo de cuidado y preservación de varias especies de semillas nativas que realizan los permacultores y las permacultoras de la zona, para rescatar el conocimiento de nuestros ancestros, y así poderlo pasar a las nuevas generaciones para mantener el legado.
El Santuario de semillas nace con la iniciativa del Movimiento de Permacultores y Permacultoras de Suchitoto, e integrantes de otros municipios aledaños al lugar, quienes se organizaron para llevar a cabo este proyecto que es acompañado por organizaciones sin fines de lucro, nacionales e internacionales.
Los agricultores del cantón El Roble, aseguran que el resguardo de semillas, se da tras una adecuada organización entre sus habitantes, quienes buscan mejorar las condiciones alimenticias en la zona rural, ya que con este tipo de alternativas, las personas pueden intercambiar algunas semillas que no posean aún, para luego poder realizar la siembra y obtener una cosecha productiva, y mejorar la economía local.
La economía local en los últimos meses se ha visto afectada en las comunidades, por la pandemia del COVID-19, pero el virus, no ha traído solo cosas negativas a la vida de las mujeres y hombres de comunidades como: Nuevo Renacer, Sitio Zapotal, Santa Fe, La Mora, San Antonio, Valle Verde, Corozal, Celina Ramos; donde varias familias se han dedicado a la construcción de huertos caseros agroecológicos, con la finalidad de garantizar las dinámicas económicas locales y la alimentación sana y sostenible de las comunidades en condiciones de vulnerabilidad.
El apoyo de organizaciones sin fines de lucro, ha sido primordial durante todos estos años, en las comunidades de Suchitoto. Con la ayuda económica brindada por algunas ONG, ahora, muchas familias cuentan con sistemas de saneamiento adecuados para proteger el medio ambiente.
Mediante la construcción de módulos sanitarios y con campañas de sensibilización a las personas sobre la importancia del saneamiento y la inocuidad de los alimentos, se está concientizando a las familias a vivir de una manera más saludable y proteger a sus seres queridos de enfermedades.
Cabe mencionar que sin el trabajo en conjunto entre los habitantes de las comunidades, las ADESCO, alcaldías y organizaciones sin fines de lucro; la organización para un fin y la lucha por los derechos de las personas en condiciones de vulnerabilidad, tendría un mayor grado de complejidad al momento de desarrollar los proyectos en las comunidades de Suchitoto, los que los convierte en actores sociales fundamentales para la ejecución de los mismos.
Iliana Rivas. Periodista. Responsable de comunicaciones de Fundación REDES.