Por Maritza Liliana Cotto Rivas.
Suchitoto es calor de hogar, amor de abuelitos, honrar a los padres, orgullo por los hijos y tener a los amigos como el mejor y más valioso de los tesoros.
Es sinónimo de arte, cultura,, señorío, remanso de paz, abolengo, magia, belleza, historia, tradiciones, bellos paisajes, hospitalidad y franca hermandad.
Es canto multicolor de aves, es flores de incomparable belleza e inolvidable fragancia.
Es cielo que Dios utiliza como lienzo para pintar bellos amaneceres, ardientes atardeceres, diáfanos azules y alucinantes e increíbles tonos grises cuando hay presagio de tormenta.
Es orgullo de contar con seres maravillosos, geniales e irrepetibles que permanecen en nuestros corazones, pues dedicaron su vida para enseñar a valorar, preservar y defender el terruño amado, el Rinconcito Mágico, único en el Universo.
Es cuna de mujeres y hombres nobles, trabajadores que brillan aquí, pero muy especialmente aquellos que son luz, cariño y amistad en literal… Todo el mundo.
Es belleza de muchachas tan hermosas como las más bellas, radiantes y exquisitas flores de Veranera.
Es que te broten alitas de mariposa o de colibrí por la gran felicidad que hay en tu pecho, cuando puedes volar libre en la inmensidad del cielo eterno o danzar maravillado entre las bellas y dulces flores del jardín y hacer que canten las más lindas melodías.
Es romance de balcones y de calles empedradas tenuemente iluminadas, que tienen mil historias que contar y al mismo tiempo guardan muy sigilosamente secretos de invaluable valor.
Es admirar las casas coloniales que resisten el paso del tiempo y quedar extasiados al contemplar la Joya de la Ciudad, siempre bella con su vestido de blanca pureza y por las noches esplendorosamente y majestuosamente iluminada.
Es en noches estrelladas tener al alcance de la mano brillantes y hermosos luceros, que te hacen confiar que son los ojos de nuestra amada Santa Lucía
Es lugar donde los extranjeros quieren vivir y sin importar su lengua natal se vuelven suchitotenses, pues lo primero que hacen es imitarnos, aprendiendo a saludar con un generoso y fraterno: Buenas…
Es personas sencillas de alma buena, que te dan su corazón y amistad incondicional en una sincera y amplia sonrisa.
Es vivero de nuevas generaciones, que por ejemplo en el Día Cívico, los niños de parvularia tienen el espíritu, la energía y el amor para desfilar cualquier distancia, sin perder la sonrisa, mucho menos el brillo de orgullo y satisfacción de sus jóvenes ojos que dicen ¡Vivirás Vivirás Vivirás!