La iniciativa económica de “El Trapiche” surge en el año 2015, como un proyecto liderado por un grupo de mujeres ambientalistas y organizadas de la comunidad San Antonio, Suchitoto, que buscaban opciones para poder generar ingresos y lograr estabilidad económica en sus hogares. “Estamos participando 15 mujeres, iniciamos 30 pero poco a poco se han ido saliendo”, manifiesta Carolina Díaz, lideresa de la iniciativa “El Trapiche”
En aquel momento este grupo de mujeres ve oportuno tener en la comunidad un molino de la caña de azúcar, ya que la zona baja de Suchitoto se caracteriza por la abundancia de este monocultivo, la cual sería la materia prima con la que trabajarían. “Dijimos: vamos a optar por el trapiche, y además vamos a revivir las tradiciones de nuestros antepasados cuando en aquel entonces nadie usaba azúcar, solo se utilizaba el atado de dulce para endulzar las bebidas…”, Díaz.
Una de las organizaciones sociales del municipio que apoyó la ejecución, y gestionó los fondos para el proyecto fue el Comité de Reconstrucción y Desarrollo Económico Social de Comunidades de Suchitoto CRC, “Nos ayudaron a gestionar con fondos Canadá, ellos fueron quienes nos donaron las herramientas para trabajar”, agrega Carolina.
Sin embargo, este grupo de mujeres ambientalistas no pretendían continuar con las malas prácticas del cultivo de los cañales, como el uso excesivo de agroquímicos y la quema de los mismos; buscan generar conciencia para frenar el uso de químicos que generan enfermedades renales en los trabajadores y trabajadoras del campo, “Nosotras cultivamos caña orgánica, hacemos abonos orgánicos, y estamos haciendo conciencia para que los cañaleros vean que hay otra forma de cómo cultivar la caña”, agrego. Asimismo, Carolina expresa que, aunque el cultivo no es mucho, está sirviendo como parcela demostrativa sin precedentes sobre el uso adecuado de los terrenos donde se cultiva, y que en Suchitoto es posible eliminar la realidad amarga que generan los monocultivos, donde la variedad de seres vivos que habita en los terrenos desaparece entre las llamas.
“Hacemos todo el trabajo nosotras, vamos un día a rozar la caña, luego buscamos carro, la halamos, cargamos y descargamos del carro. Al siguiente día madrugamos a las 5:00 a. m. a moler. Son 7 horas de cocimiento que se le da al jugo de caña para que pueda cuajar y salga el dulce, son prácticamente dos días de trabajo. A nosotras nos motiva luchar y demostrar que las mujeres también podemos hacer este tipo de trabajos”, enfatiza Carolina Díaz.
Entre los derivados de la caña de azúcar que se producen en “El Trapiche” de San Antonio están: la miel de dedo, de mesa, el vicio, los batidos, el atado de dulce y el famoso jugo de caña. Dichos productos se distribuyen para su venta de manera local, según dice Carolina, se le ha dado prioridad a las tiendas de las comunidades de Suchitoto, entre ellas, Palo Grande, San Rafael, Valle Verde, La Mora. “Nosotras no exportamos para San Salvador ni para ningún otro lado… Sí nos han salido clientes de otros lados pero no alcanzamos a sacar las cantidades que nos piden, porque los moldes que tenemos solo son dos; todavía no tenemos las condiciones, pero esa es la visión, poder producir más para poder llevar nuestro producto a nivel nacional”.
En el año 2019 llega a Suchitoto la I Feria del Dulce de la comunidad San Antonio, cuya realización pretende convertirse en una tradición de los martes santos de cada año, “Es la fecha donde la gente come los derivados del dulce como las torrejas, nuégados, ayote, mango en miel y otros”, no obstante, en el año 2020 la feria no pudo llevarse a cabo debido al peligro inminente que representó la llegada de la Covid-19 al país.
Aunque la pandemia todavía circula por el territorio Salvadoreño, el pasado martes 30 de marzo se desarrolló, con los debidos protocolos de bioseguridad, la 2da Feria del Dulce en Suchitoto; feria a la cual asistieron un aproximado de 75 personas, quienes pudieron degustar de torrejas, jocotes en miel, mangos en miel, nuégados, chilate, ayote en miel; así como presenciar el proceso de extracción del jugo de caña y el proceso productivo de la panela o mejor conocido como atado de dulce.
“Los ingresos que obtenemos de las ventas durante la feria son para la iniciativa, de lo que ganamos dejamos dinero en caja por si hay que darle mantenimiento al motor del trapiche, buscamos a alguien especializado para que pueda revisarlo, y también nos repartimos un poquito de dinero a cada una por el esfuerzo”.
En esta oportunidad apoyaron el evento la Colectiva Feminista, Concertación de Mujeres de Suchitoto, ADESCO de la comunidad, y la Radio Suchitlán en conjunto con la organización anfitriona CRC. “Algunas organizaciones nos apoyan económicamente, otras prestándonos canopys, sillas, mesas, transporte, nos apoyan donándonos naranjas porque vendemos también jugo de caña mezclado con naranja”, dice Díaz.
Por ahora las mujeres de esta iniciativa esperan que el próximo año se pueda desarrollar la feria abiertamente, sin exponerse al peligro de contagiarse de Covid-19. “Les hago la atenta invitación para que el otro año puedan acompañarnos a esta feria, y si quieren venir cualquier día y conocer del proceso, nosotras aquí estamos para darles esa información”, finaliza Carolina Díaz.
Por Carolina Mena