Por Elmer Martínez.
“¿Por cuál camino vas? si tu resuelta estas, recuerda que al Señor tus cuentas le vas a dar ¿por cuál camino vas?” (canto religioso)
Josefina Morales fue el nombre que recibió en la pila bautismal, pocos le conocieron así, todos le llamamos sencillamente: Finita “la virgencita de Suchitoto”
De paso suave, vestidos de paletones y su escapulario así se desplazaba desde su humilde casita de láminas en las afueras de la ciudad – construida por unos motociclistas – hasta la plaza, el templo, la pupusería… siempre caminando a la orilla de la calle, ya sea empedrada o adoquinada, siempre sencilla, siempre humilde, siempre saludando a quien se encontraba, con su mirada serena de ojos negros y una franca sonrisa que daba paz.
Quienes le conocimos tendremos siempre un grato recuerdo de ella y su saludo levantando levemente su mano apoyada en ocasiones en un improvisado bastón. Una estampa en el recuerdo de los suchitotenses y visitantes que la inmortalizaron en fotografías a esta virgencita de rostro apacible y de arrugas como testigos del tiempo, carencias y fragilidad.
Piadosamente asistía a misa sentada nunca en la primera fila, humildemente buscaba un puesto allá por la cuarta o quinta banca cerca del Nazareno o de la Dolorosa, desde donde devotamente se acercaba a recibir la santa comunión al tiempo que con profundo respeto tocaba delicadamente el copón que contiene el Cuerpo de Cristo, como un símil del pasaje que Lucas 8:40 señala “Una mujer se la acerco a Jesús, toco el borde de su manto y al instante sano” y regresaba a su banca con la seguridad que Cristo le fortalecía. ¡Cuánta fe y devoción de doña Finita, cuánto ejemplo para nuestro atribulado corazón en tiempos de pandemia!
Hubo personas de noble corazón que de una u otra manera le apoyaban con alimentos y una que otra medicina. Dios les pague su bondad. “Porque tuve hambre y me disté de comer, estuve enfermo y viniste a mi” Mateo 25:35
Enero nos entristeció con la noticia de su muerte, producto de la imprudencia de un conductor que la atropello y que por la edad y condición física la niña Finita no logro recuperarse, pese a los cuidos y primores en el hospital. Este lamentable hecho debe de ser tomado en cuenta por las diferentes autoridades del municipio – actuales y las que vendrán – poniendo atención al control vehicular en Suchitoto evitando situaciones como lo sucedido a esta venerable mujer y otros casos recientemente de conductores que no respetan al peatón.
Doña Finita se ha ido…. y se fue con la humildad que le caracterizo: sin honras fúnebres, del hospital al camposanto, sellando con sencillez hasta en su último momento en la tierra. Ella fue una feligrés que acudía al templo – sin importar cuanto debía de caminar- a refugiarse en el Señor como las vírgenes prudentes de la parábola evangélica.
La niña Finita ya no recorrerá más las calles del pueblo, hoy camina hacia el cielo donde Cristo la recibe diciéndole: “Mujer, tu fe te ha salvado, entra en paz”. Amén.
Elmer Martinez.
Elmer Martínez suchitotense de nacimiento y corazón, comprometido en apoyar la preservación de la historia y patrimonio del municipio.