“Encendía la máquina del café todos los días, las únicas personas que andaban en la calle eran los trabajadores de la alcaldía; los de la Unidad de Servicios Generales.” Para René Melara cerrar Casa de la Abuela fue muy difícil, después de más de 12 años de operaciones jamás habían dejado de prestar los servicios de cafetería, alojamiento y venta de artesanías. La pandemia de la COVID-19 obligó a este y otros negocios en Suchitoto a cerrar por más de tres meses.

Durante varias semanas los únicos clientes en Casa de la Abuela fueron los trabajadores de la Unidad de Servicios Generales de la Alcaldía de Suchitoto, asegura Melara; quien los invitaba a degustar un delicioso café. “Hoy ya no nos regales el café”, ¿Por qué?; “te queremos ayudar, lo vamos a comprar”. “Nunca imaginé que la máquina del café iba a estar en la calle”, “Seguro alguien te va a comprar”. Fueron ellos (los trabajadores de la Unidad de Servicios Generales) quienes motivaron a Melara para ubicar la máquina de café en la calle y ahí continúa recibiendo clientes con el agradable aroma de café.

Los propietarios de la “emblemática casa amarilla”, ubicada en el costado norte de la majestuosa Iglesia Santa Lucía se vieron obligados a informar a sus colaboradores que ya no podían seguir laborando, pero pronto regresarían, jamás imaginaron que iba ser por mucho tiempo. Contaban con una docena trabajadores entre temporales y tiempo completo.

Sin ingresos debido al cierre se vieron obligados a incorporar entregas a domicilio de los productos de la tienda. Dos y hasta tres veces por semana viajaban a San Salvador para entregar productos a sus clientes que hacían pedidos vía redes sociales y por teléfono, poco a poco incluyen a petición de los compradores productos de “De la Finca”.

Casa de la Abuela cuenta con una variedad de productos y servicios, al turista los identifican,  consideró, Melara. Cuando iniciaron en 2008, una de las ideas era que artesanos contaran con una ventana para promover sus productos; ahora cuentan con un importante número de proveedores de productos artesanales. -¿Cuándo pensamos en artesanía? Siempre se imagina cosas en barro, madera, entre otros. Muy pocas veces en la artesanía gastronómica. En Casa de la Abuela también pueden encontrar salpores de arroz, almidón, entre otros productos.

En la reactivación económica, luego del confinamiento obligatorio, tienen el reto de cumplir con todas las medidas de bioseguridad; menos mesas en el café, desinfectar cada vez que alguien deja una mesa y el uso de mascarillas de los colaboradores que han regresado. Melara considera que están funcionando a un 50 % y brindan servicio únicamente con la tienda de artesanías y cafetería, en el hotel continúan sin recibir reservaciones. Esperan que la temporada de fin de año se convierta en una posibilidad de recuperación económica y les permita la reincorporación del 100 % de los trabajadores que tenían antes del cierre obligatorio por la pandemia.  

Fotos del Facebook de Casa de la Abuela