Si usted desea acabar con la cultura, estos procedimientos le serán de gran utilidad.
Primero: Facilite la salida del país a todos los intelectuales y artistas, a través del hambre. Está demostrado que las personas emigran cuando se dan cuenta de que su trabajo no produce nada rentable. Total la culpa es de ellos por querer ganarse la vida de una manera tan inocua como la literatura, la música, las artes visuales, el teatro o la danza.
Segundo: Destine un buen tiempo para convencer a sus hijos de que el arte solamente sirve para convertirlos en vagos e inútiles y que lo mejor son siempre las carreras administrativas o tecnológicas.
Tercero: Es importante desmotivar a la lectura. Es necesario que los libros tengan más impuestos que el alcohol y los cigarrillos. Las editoriales nacionales deben desaparecer. Quien quiera leer que lo haga en los aeropuertos y únicamente libros de motivación personal.
Cuarto: El Estado debe recortar al mínimo los presupuestos del Ministerio de Cultura. Todos sabemos que es mejor un diputado bien pagado, que una beca, un libro o una muestra de arte.
Quinto: Sigamos destruyendo nuestro patrimonio arquitectónico. De nada sirve quedarse cuidando piedras y vejestorios. Los museos muy bien pueden servir de parqueos públicos y darían mejores ganancias.
Sexto: Reduzcamos más el espacio a los suplementos culturales y los medios de comunicación. ¿A quién le importa si un creador alcanza un triunfo, si tenemos tanto qué decir de Bad Bunny?
Séptimo: Cerremos la posibilidad para que artistas extranjeros visiten el país. Entre más aislados estemos, siempre será mejor.
Por Javier Payeras
Javier Payeras. (1974) Guatemala. Narrador, poeta y ensayista.