La responsabilidad individual y el sentido común en medio de la crisis

A más de dos meses de lidiar con el miedo, la incertidumbre, la cuarentena y un sin fin de interpretaciones sobre el origen y manejo de la pandemia del COVID-19. Es importante reflexionar sobre qué está pasando en el mundo, y más importante aún qué está pasando con cada uno de nosotros y nosotras en torno a nuestra responsabilidad social, sobre nuestra seguridad y la de los demás.

Más allá de las acciones impuestas por el gobierno central y las interpretaciones particulares de cada quien sobre obediencia, excesos y abusos de poder  y peligros de la democracia impulsados por un divisionismo con intereses partidarios insolidarios entre los salvadoreños, está la responsabilidad individual de cada uno para responder y sobrellevar esta crisis.

¿De verdad necesitamos ser obligados a cuidarnos frente a una amenaza como la pandemia? Hasta ahora, si usted ha leído y se ha preocupado por informarse bien, no existe ninguna cura ni tratamiento para este virus. Increíble como parezca, los principales países del mundo han sido incapaces -convenientemente- de encontrar una solución para detener la pandemia, pero eso es historia aparte. El punto para no perder el foco es que, por hoy el distanciamiento social y las medidas sanitarias de higiene, son las únicas armas que tenemos, para contener el contagio.

Por eso es que, ahora más que nunca, es importante usar el sentido común y el más común de los sentidos, la autoconciencia, e ir más allá de los intereses particulares y partidaristas con los que siempre nos han dividido y manejado. Ahora más que nunca es tiempo de empatia y solidaridad, de pensar en nuestro bienestar, en el bienestar de nuestras familias y nuestra comunidad.

La responsabilidad individual es clave durante este tiempo en el que tenemos que convivir con el coronavirus. Se nos exige ahora más que nunca un comportamiento de obediencia y nos exigen confinamiento bajo la amenaza de una pandemia y un virus que se destruye lavándose las manos con agua y jabón.  Nuestro sentido de supervivencia esta activado, y debemos de tener conciencia y aplicar un enfoque desde el cual pensar y actuar responsable y solidariamente, pero con sentido común.

A lo largo de nuestra historia más reciente, jamás se nos había impuesto un sistema de normas tan estrictas. Hemos perdido eso por lo que tanto hemos luchado a lo largo de décadas: la libertad, el libre movimiento para desplazarnos, para trabajar y relacionarnos.

Las medidas adoptadas para frenar el número de infecciones nos han hecho cautivos y presos de nuestros hogares, arrimándonos al aislamiento,  la escasez y el hambre, luego de varias semanas sin percibir ingresos para seguir manteniendo una cuarentena prolongada

Son tiempos muy difíciles, donde si usted busca el camino perfecto para salir de esto no lo encontrará. No obstante, las oportunidades de avanzar en el confinamiento y de convivir de manera más o menos exitosa con el virus son posibles si cuidamos nuestro comportamiento, nuestra manera de actuar y convivir con los demás. Es momento de demostrar nuestra madurez como humanidad, nuestra capacidad para ser responsables y cuidar no solo de nosotros mismos, sino también del otro, de ese que es igual de valioso y necesario en este mundo.

Porque más allá de las reglas impuestas, está la empatía y Solidaridad. Pero sobre todo la responsabilidad, ese sentido moral con el que saber lo que está bien y lo que está mal en cada momento.

Luego de semanas de encierro y confinamiento es crucial haber aprendido la lección: nadie tiene por qué recordarnos las medidas sanitarias de distanciamiento social, el uso de mascarillas junto a una buena higiene personal, son por hoy las armas para contener la propagación del virus. Ya llevamos demasiado tiempo siendo testigos del rumbo de esta pandemia para a estar alturas desconocer las maneras de contenerlo y no saber cómo protegernos y cómo proteger a los demás.

De algún modo, esta pandemia también debe despertar en cada uno de nosotros nuevos valores comunitarios de solidaridad, empatía y sentido común, con los que dar finalidad y sentido a todo lo que estamos viviendo.

No se trata de cumplir normas porque se lo exigen, se trata de cumplir normas por su bienestar y el de los demás. Debemos tomar conciencia, salir de nuestros propios mundos para conectar con los demás y entender cómo debemos actuar. La responsabilidad implica comprender qué estándares rigen ahora nuestra ciudad y comprometerse a ellos en todas las formas posibles.

¿Por qué hay a quien le cuesta cumplir estos principios tan básicos? En el actual contexto, tenemos dos alternativas quizá. La primera, lamentar nuestra falta de derechos: derecho a salir libremente, trabajar, relacionarnos, viajar, abrazar, etc. La segunda opción es dejar de lamentarnos y actuar responsablemente a través de la empatía, la solidaridad y el uso del sentido común.

Así que su manera de actuar y responder a esta crisis son las que puede hacer la diferencia, personas que entienden la situación y actúan en consecuencia, pensando en el otro, protegiéndose a si mismas y teniendo un poco de sentido común.

Imagen: “How-to Survive a Deadly Global Virus” de Namibian-German

.
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Lo último

Espacio para Publicidad
Diapositiva anterior
Diapositiva siguiente

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio esta protegido por reCAPTCHA y laPolítica de privacidady losTérminos del servicio de Googlese aplican.

Publicaciones

Scroll al inicio