La pandemia del Covid-19 han trastocado todos los ámbitos de la vida, amenazando principalmente la salud física y la estabilidad emocional. Pero también ha afectado la comunidad en sus luchas, organización y cotidianidad. El Covid-19 ha eclipsado todas las gestas y avances en la lucha social y de derechos humanos. De un día para otro, las prioridades y preocupaciones de lo local y mundial cambiaron.   Por eso es necesario replantearse el papel y participación de la comunidad y las juventudes frente a esta nueva situación que sobrepasa los planes y el orden establecido de las cosas. Hoy todos y todas nos enfrentamos a la crisis del Covid-19 y casi dos tercios de la población de Suchitoto esta confinada en sus hogares, con ninguna actividad social, educativa, turística y cultural.

El Covid-19 no solo limita la vida cotidiana a los aspectos domésticos de la vida para buena parte de la población, donde se carga de más trabajo de cuidado a las mujeres. También restringe de forma importante el ámbito de las relaciones personales, la comunicación verbal y el contacto físico. Nos ha cambiado radicalmente la vida cotidiana, limitando derechos fundamentales como los aspectos correspondientes al trabajo, las reuniones sociales y religiosas, la educación y la convivencia; nos ha aislado, separado y distanciado y circunscrito el espacio a la casa, que es la referencia más importante, pero ahora casi única.

Todo esto se agrava cuando sabemos que muchas casas son espacios pequeños, donde apenas cabe una mesa, la cocina y unas camas. Hacinamiento y falta de alimentos y servicios públicos no solo vuelven más duro el aislamiento, sino que ponen en riesgo la salud de familias, para las que incluso el acceso al agua y lavarse las manos,-la medida más básica de prevención del contagio-, puede ser casi imposible.

Queda claro que la cuarentena ha sido más llevadera gracias a una herramienta poderosa que está conectando al mundo y haciendo más llevadera las ordenes de confinamiento y aislamiento social y su uso -aunque no accesible para todos y todas-  ha sido el gran puente para la interconexión con la comunidad.

Ante este panorama vale la pena preguntarse ¿cómo responderemos las comunidades ante este nuevo escenario de la realidad en el municipio? Luego de varias semanas de prudencia y evaluación sobre el rumbo de las cosas, llega el momento de tomar partido frente al nuevo escenario. Esto nos lleva a la gran pregunta de cómo vamos a responder. ¿Seremos espectadores o actores del nuevo cambio?

La fuerza del municipio para enfrentarse a situaciones difíciles se ha basado en el corazón de su comunidad. La comunidad como principio y fin del progreso y el bienestar. La capacidad de organización y trabajo en colectividad. Esta es la fuerza que debemos activar.

Sin embargo, casi todos los colectivos y organizaciones sociales y grupos juveniles de las comunidades están limitados y minimizados en sus acciones y actuar. Todos están asimilando el nuevo escenario del Covid-19 al cual nadie estaba preparado. Ahora tenemos que reagruparnos y aprender a organizar y responder creativamente frente a este nuevo panorama.

Es necesario despertar y reaccionar, porque de todo esto, lo peor que nos puede pasar es que no pase nada. Debemos rebelarnos y activar nuestras redes y creatividad para transformar nuestra realidad. Por ello proponemos  #JuntasyJuntosSomosMásFuertes una iniciativa que busca reactivar el pensamiento creativo y el trabajo en colectividad procurando involucrar en su gesta a toda la inteligencia colectiva de la Comunidad en esta causa. La idea es sumar diferentes capacidades para generar y construir dinámicas que ayuden a reforzar el sistema inmunitario social y ser, en definitiva, un aporte creativo que lleve un poco de luz, acompañamiento y solidaridad en este momento tan duro para nuestras comunidades.

Como gran apuesta en común, #JuntasyJuntosSomosMásFuertes quiere articular soluciones prácticas para el ahora y también para el después. El objetivo es estimular la gestación de una respuesta colectiva a partir de las potencialidades que tenemos. Debemos pasar del espasmo y el susto a la acción. Encender el fuego y poner en marcha ideas para que los ciudadanos, universitarios, colectivos, organizaciones y juventudes, innovadores y la sociedad en general podamos trabajar juntos y juntas….

El corazón de esta iniciativa se basa en 4 preguntas generadoras:

¿Cómo podemos ayudar a paliar los efectos negativos de Covid19 en Suchitoto?

¿Cómo podemos crear comunidad y contribuir a cuidarnos ante el Covid19 en tiempos de aislamiento ahora y en los próximos meses?

¿Cómo podemos promover y mantener la esperanza ante esta situación?

¿Cómo podemos definir un nuevo marco de actividad cultural más resiliente?

Por supuesto esta iniciativa no es la solución ni la respuesta salvadora a esta situación, Persigue más bien, no ceder al pánico sino más bien a la acción resiliente, a la resistencia, al acompañamiento a la sororidad y solidaridad.  Como sabemos no hay protocolo ni fórmula mágica para resolver esta situación.

La idea es unirnos y juntar voluntarios/as en trabajo social y comunitario, líderes locales de organizaciones para plantear el reto de poner en marcha este experimento de innovación social y de dinamización de la inteligencia colectiva con el propósito de construir pequeñas respuestas, reflexiones y acciones que nos unan y contribuyan a la resistencia, resiliencia y solidaridad en Suchitoto.

La idea no es montar una competición sino poner en marcha una iniciativa que, unida a otras que se están poniendo en marcha en el país y por todo el mundo, sirva para mejorar el sistema inmunitario de la sociedad ante desafíos como al que nos enfrentamos en estos momentos.

Para ello desde el periódico comunitario La Gaceta Suchitoto y GacetaTV deseamos una serie de foros con actores locales y/o foráneos que puedan aportar en la construcción de ideas y respuestas colectivas para Suchitoto. La idea es abrir un canal para el dialogo y debate, que estimule y proponga formas de responder e interactuar coordinadamente. Frente a esta situación que rebasa nuestra preparación, deseamos tejer entre los colectivos y la comunidad, redes, conexiones e iniciativas que puedan articularse a partir del trabajo colectivo de todas las fuerzas vivas del municipio.

Creemos profundamente en que juntos y juntas somos más fuertes si trabajamos en comunidad. Para ello necesitamos actuar como una comunidad unida. Se necesitan recursos y voluntariado, pero sobre todo voluntad y sentido de solidaridad. Dar el primer paso es lo más crucial, el primer paso es aceptar el reto de pasar de la zozobra e incertidumbre a ser generadores del cambio social frente a un nuevo escenario para el cual nadie estaba preparado.