¿Para qué sirve una comunidad si no es para estar unidos?

Para qué sirve la comunidad, si no es para abrazarnos y ayudarnos durante los tiempos de crisis. Y también antes y después. Para qué sirve una comunidad si no es para darnos consuelo ante el miedo, y los días de incertidumbre al saberse en cuarentena sin suficiente pan y comida. Para que sirve una comunidad ni no es para sabernos juntos y juntas, unidos para enfrentar los problemas. Para que sirve una comunidad si vamos a caminar solos y cada quien, por su lado, quitando la fe y la esperanza a los demás de sobrevivir ante el miedo.

Para qué existen las comunidades, si no es para compartir y sabernos unidos en los malos tiempos, y celebrar en los tiempos de bonanza. Para que existen las comunidades sino es para transmitirnos la fuerza de la sangre milenaria de un pueblo luchador que siempre enfrentó la adversidad con fe y esperanza. Para que somos comunidad si no es para dudar, preguntarnos, repensar y discutir nuestros caminos en busca de soluciones. Para que llamarnos comunidades si no vamos a actuar en comunidad unidos frente a enemigos que atentan contra nuestra salud e integridad familiar. Para que llamarnos comunidad si dejamos que nos gane el egoísmo y no respondemos al llamado de solidaridad. Para que sirve la comunidad sino es para sabernos fuertes y acompañados/as ante las amenazas y catástrofes.

¿Para qué sirve una comunidad si no es para estar unidos? Porque en la afirmación no hay diálogo. La comunidad es una pregunta en constante movimiento, mirándose continuamente desde adentro con ojos de hermandad solidaria.

¿Qué gracia tiene el laberinto de la crisis si alguien desde afuera viene y nos resuelve todo? Las crisis son para templar nuestro sentido de comunidad. La crisis es el mayor reto para saber si vivimos en comunidad o simplemente somos un grupo de personas viviendo y compartiendo un mismo territorio.

¿Para qué sirven los tiempos de crisis? La crisis del Covid-19 nos atraviesa a todos, pero no nos afecta igual a todos y todas. Porque algunos/as tenemos más que otros/as, mientras otros/as no tienen nada, nada más que hambre y la esperanza de una comunidad solidaria.

Para qué sirve una comunidad si no es para imaginar la esperanza mientras afuera los días son oscuros y tormentosos. Una comunidad es el reflejo del mundo. La comunidad no es ese montón de casitas desiguales, unas con patio, otras con cercos, unas con pisos de cerámica otras con pisos de tierra, unas de adobe otras de concreto. La comunidad no es un montón de gente viviendo juntas sin saber sus nombres y penas. La comunidad no es un televisor de cristal, no es una consigna en tiempos de elecciones, ni es una vitrina para mostrar nuestras opulencias y egos.

La comunidad es el refugio, es la hermandad de un todo unido para salir juntos y juntas adelante.  La comunidad es un refugio armado con ramitas de árbol, pájaros y flores. Un lugar donde poder quedarse a ver la lluvia y caminar sin llegar a ningún lado. Es el lugar donde todos cuidamos de todas y todos. La comunidad es el principio de la cura del coronavirus, aquí y en el resto del mundo.

/ Foto Edwyn Guzmán

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