Mi vida en Suchitoto ha sido maravillosa desde que me acuerdo. Me encanta mi pequeña ciudad, la cual desde la distancia hoy hecho tanto de menos. Recuerdo días con pequeños aportes a proyectos sociales a través de la iniciativa de Amigos Solidarios, que fue y sigue siendo después de más de dos años de labor, una especie de hermosas coincidencias que la vida nos regaló, porque no fue algo pensado como tal.
Ese pequeño proyecto nació en una charla mientras tomábamos un café con una buena amiga, la cual me hablaba acerca de una madre con muchas dificultades económicas y con una niña con problemas crónicos de salud y bueno como a cualquiera le pasa sentí empatía por la situación y así comenzó todo esto y de pronto creció y creció en el camino.
De modo que en el camino con mi amiga Cristina Rivera fuimos conociendo otras personas de buen corazón que igual que nosotras querían y sentían la necesidad de ayudar y apoyarnos. Es así como se formó esto que hoy llamamos Amigos Solidarios donde participan Inmer Rodríguez, la doctora Blanca Romero , Conchy Juárez y Jaime Menjívar.
Pero como todo en la vida no puedo estar inmóvil, ni sola, ni en un solo lugar, así que un día me casé y al vivir mi esposo en el extranjero tuve que mudarme y viajar a vivir en Estados Unidos. Como siempre los cambios de alguna manera deben de llegar y nos tocan, y aunque el norte sigue siendo el gran sueño para muchas personas de nuestro pueblo, los cambios al estar aquí son muchos y adaptarse no es fácil.
Tuve la suerte de subirme a un avión y llegar hasta aquí. Para la inmensa mayoría de compatriotas no ha sido así, han tenido que hacer un largo y sufrido viaje lleno de muchos peligros que solo cada uno de ellos conoce al cruzar la frontera. Estar afuera del pueblo, es difícil, desde cosas tan chiquitas como los sabores, las calles, las amistades y la familia se extrañan mucho. Y aunque me ha recibido bien esta nueva ciudad, y tengo nuevas amistades, la adaptación a venido poco a poco, con días de nostalgia y otros de alegría.
De Suchitoto extraño su calma, las escapadas a cualquier actividad de la ciudad con mis amigas, pero también extraño la sencillez con la que se vive el día a día. Eso es algo que nunca comprendemos hasta que estamos afuera, la importancia de la sencillez en la vida cotidiana.
La vida es opuesta en las dos ciudades, pero las dos me encantan, por un lado, Suchitoto y su calma, la proximidad de las cosas, la sencillez con la que la gente vive eso me encanta de mi ciudad. De San Francisco -la ciudad donde vivo- me gusta su arquitectura, me gusta el hecho de que aquí si se cumplen más las leyes, el respeto que la gente tiene al conducir, el amor por los animales y la oportunidad de poder trabajar libremente.
La ciudad donde vivo es muy hermosa, hay tanto lugares maravillosos que he tenido la dicha de conocer. Pero yo siempre he amado a mi Ciudad de Suchitoto, nunca antes quise salir de ella hasta que me enamoré. Pero cuando sales afuera y ahora en la distancia sé que le amo más y le recuerdo con mucha nostalgia.
Se que para muchas personas estar aquí es lograr el famoso sueño americano, pero eso de sueño ha cambiado mucho, y es tan diferente para cada quien. No para todas las personas ha sido ni es fácil vivir aquí. Yo lo veo como una bendición agridulce por un lado me hace feliz poder ayudar a mi madre en Suchitoto, pero también de vez en cuando me llena de nostalgia la distancia que me separa de todo lo que consideraba mío.
En estos días de cuarentena, las calles de esta ciudad están desoladas, pocas personas están trabajando, y hay mucha incertidumbre y temor en el ambiente, y lo mismo me cuentan de Suchitoto. Así que lo que les puedo decir es que guardemos la calma y cuando la angustia y tristeza nos llegue oremos a DIOS, él es el único que puede darnos consuelo y esperanza. Esto pasará y todo volverá a la normalidad con el tiempo.
Aprovechemos para estar y compartir con la familia. Después de esto seremos mejores personas sin duda alguna, y espero que aprendamos a disfrutar más de lo simple y de las cosas sencillas de la vida… Sigamos las recomendaciones. Ánimos a todos porque esto pasará. ¡Recuerden que Dios está con nosotros y él no nos abandonará nunca!
Por Silvia Guirola (Desde San Francisco California)