“Hay algunas mujeres a las que le he asistido hasta en tres partos” dice Cecilia Rivas durante el Tercer Encuentro de parteras de El Salvador que se realizó en la Casa de la Mujer en Suchitoto, con el objetivo de intercambiar saberes y prácticas ancestrales y caseras sobre la partería.

Cecilia de María Rivas es una partera de 64 años, originaria de El Caserío Casas Nuevas en Pepeistenango. Durante el conflicto armado que vivió el país, tuvo que abandonar junto a su madre y hermanos su lugar de origen y huir hacia Suchitoto, sin embargo, este no tenía refugio para albergar a los ocho y tuvieron que trasladarse hasta el municipio de Tepecoyo, La Libertad en el que vivieron durante tres años.

“Nos vinimos de allá porque la gente nos desconocía, decía que andábamos huyendo, que éramos guerrilleros” fueron las razones por las cuales retornaron a Suchitoto para establecerse en la comunidad El Caulote, donde vive actualmente.

“Llegamos aquí por la necesidad que hubo durante la guerra” “prácticamente salimos obligados” afirma Rivas al recordar aquel suceso que marcó su vida, ya que perdió a primos y tíos en la guerra.

Es en Suchitoto, en 1992, donde experimenta la partería casera. Específicamente se lo enseña Blanca Rubia, una señora de la tercera edad, quien se había dedicado desde muy joven a este oficio y quien también provenía de Pepeistenango. “Aprendí por la dificultad que había, no había alguien quien lo hiciera” asegura.

“Usted tiene capacidad yo le diré cómo, va hacer esto: va a venir el niño, le va a quitar el cordón umbilical, le va a poner un hilo y le va a echar alcohol” fueron las palabras que Blanca Rubia dijo a Rivas para que se motivara a emprender esta experiencia.

Y es así como asistió su primer parto. El primer bebé que ayudó a traer al mundo fue su sobrino. La esposa de su hermano confió en ella para que le atendiera durante el embarazo y el parto. Desde ese momento Rivas aseguró que sería una de las mejores parteras, pues había aprendido un conocimiento sabio y ancestral, la partería.

Afirma que en muchas ocasiones se han complicado los partos y cuando necesita algún vehículo para transportar a la mujer hacia el hospital, no hay. Sin embargo, siempre ha logrado mantener la calma y ayudar a traer con bien al bebé. Hasta la fecha son alrededor de doscientos partos los que ha asistido, ya sea en su comunidad o en lugares aledaños, incluso en otros municipios.

“Chila” como es conocida por sus allegados, utiliza pinzas, tijeras, algodón, alcohol, tensiómetro entre otros instrumentos, para asistir a los partos, muchos de estos atendidos en su casa y otros en los hogares de las mujeres. “Muchas mujeres llegan a que les haga un control sin saber que están a punto de dar a luz” es allí en donde nacen en su casa.

Es madre de tres hijos de los cuales uno ha nacido en su hogar. En la actualidad ha conseguido el carné de partera y también tiene uniforme. No obstante, busca junto a otras parteras el reconocimiento de su labor en el sistema de salud.

Pertenece a la Asociación de Parteras “Rosa Andrade”, una asociación sin fines de lucro, con personería jurídica aprobada por la Alcaldía Municipal de Suchitoto en año de 2005 la cual promueve el reconocimiento y la dignificación del papel de las parteras en la sociedad. Todas las integrantes son parteras y la mayoría también son promotoras voluntarias de salud en las comunidades.

Ellas son apoyadas por la Colectiva Feminista del municipio quienes les ayudan a luchar por sus derechos y ser reconocidas como tales. Este año se realizó el Tercer encuentro de Parteras, en la Casa de las Mujeres, para que compartieran experiencias y buscaran soluciones para su reconcomiendo. Al evento asistieron parteras locales y de municipios como San Pedro Perulapán, Nahuizalco, San Juan Opico entre otros.

Mientras tanto “Chila” seguirá asistiendo con sus prácticas ancestrales a las mujeres que dan a luz en su comunidad.